Capitulo 12

5K 513 64
                                    


Me quedé unos minutos más tratando de regular mi respiración y borrar la imagen de Tomás y yo desnudos en una cama; cuando finalmente lo logré (a medias pero lo hice) los alcancé en la playa donde ya tenían abiertas unas latas de cerveza. Antes de tomar la mía comí otro sándwich y fui a nadar un rato, necesitaba de esa agua fría para refrescar mi cabeza.

–¿Qué te pasó en el brazo? –consultó Nano cuando me senté junto a ellos a beber. De reojo vi a Tomás desviar la mirada.

–Tuve una pelea anoche –probé.

–¿Con quién? –quiere saber Ignacio.

–No lo sé, un tipo cuando volvía a casa. No pasó nada, sólo no me quería dejar ir –los tranquilizo.

–La próxima vez deberías esperar a alguno de nosotros que te llevemos –dice Nano dado que él y Tomás tienen vehículo. Asiento una vez y me abstengo de hablar de damiselas en peligro, no me había ido bien la última vez que lo había intentado.

–Así que... –Nano señala a un grupo de sujetos arrimarse a la playa, son tres y no son escandalosos, pero la mayoría de los adolescentes del lugar se aparta de ellos y se ubican alejados y ocultos de su vista. Mi hermano, Brandon y Jaime están allí. –¿Regresaron los profesores?

–Así parece –respondo cortante ocultándome también, no quería tener algún tipo de contacto con Fidel en ese momento, no después de lo que había pasado esa mañana.

–Ellos lucen más como nosotros que como nuestros profesores, es injusto, quiero llegar a esa edad luciendo tan joven –continúa Nano de mala gana prendiendo un cigarrillo.

–Podremos ser profesionales a la misma edad que ellos ¿Sabes? Sólo tenemos que estudiar y terminar en tiempo y forma –Nano y yo miramos a Tomás hablarnos seriamente y esperamos unos segundos antes de romper en ruidosas carcajadas. –Les estoy hablando en serio –insistió animándonos en nuestras risas. –Basta.

–Nosotros no servimos para eso –digo limpiando mis lágrimas y tratando de calmarme, era evidente que Tomás se había enfadado. –Probablemente ni siquiera terminemos este año.

–Habla por ti –dice Ignacio quien apenas había sonreído ante nuestras carcajadas. Él y Tomás eran muy responsables a diferencia de Nano y yo; a ellos les gustaba estudiar, querían terminar la secundaria para, probablemente, seguir alguna carrera universitaria. Pero Nano y yo no tendríamos el mismo destino, no sólo porque no nos gustaba, sino porque no teníamos los medios para hacerlo.

–Yo creo que si lo intentaran... si tan sólo.

–Tú mejor que nadie sabe que no es sólo intentarlo –interrumpe Nano a Tomás y con la mirada que le dedica da por finalizado el tema.

La vida de Nano era tan terrible como la mía. Su padre no era alcohólico y su madre no era una ninfómana que desaparecía cada semana con un hombre diferente, como los míos; pero él tenía tres hermanos más pequeños y el sueldo de su mamá no alcanzaba para mantenerlos. De hecho, sus hermanos estaban viviendo con su abuela, el padre hacía trabajos como ayudante porque debido a una discapacidad motriz no podía hacer mucha fuerza y la madre había conseguido un trabajo puertas adentro en una casa de familia. Era por eso que Nano vivía prácticamente sólo y se mantenía con el dinero que hacía los días de semana como bachero en un restaurante. No podía permitirse seguir estudiando, aunque quisiera, en ese momento no podía pensar en eso.

–¿Esa no es la chica con la que te fuiste a anoche? –consulta Ignacio para distender el ambiente.  Señala a una muchacha de estatura baja, con cabello oscuro y ojos claros. Una sonrisa disimulada aparece en el rostro de mi amigo. –Vamos a llamarla...

–No recuerdo su nombre.

–¡Tiziano! –exclamó Ignacio. No creo que ella se llamara así, sin embargo su mirada se clavó en nuestro grupo; un muchacho se levantó de donde estaba recostado y saludó con la mano.

–No lo invites, sabes que no me agrada –se apresura a decir Tomás, pero ya es demasiado tarde, Ignacio le está haciendo señas para que se acerque. –Eres un idiota Ignacio, sinceramente...

–Relájate, el tipo es buena onda.

–¿Quién es? –consulto observándolo ponerse de pie e invitar a los tres muchachos que están con él. Es un muchacho mayor que nosotros, no recuerdo haberlo visto en la escuela; es un poco más alto que yo, tiene ojos claros, cabello oscuro y una sonrisa de propaganda.

–Solía ser amigo de Tomás, se comportó un poco idiota y se pelearon –dice Nano abriendo otra cerveza y mirando a la chica que supuestamente se había ido con él la noche anterior. –Va al otro curso.

–¿A nuestra escuela? –quiero saber con sorpresa. Asienten. –No recuerdo haberlo visto.

–Porque tú nunca miras a nadie que no sea tu mesa y el pizarón.

–Por eso fuiste tan molesto conmigo ¿No Tomás? Para que te mirara aunque sea un poco. ¿Algún tipo de caridad?

–Sabes perfectamente que caridad es lo último que quiero hacer contigo –dice de mala gana y cierro la boca mirando el suelo cuando siento mis mejillas arder. No quiero saber qué estarán pensando los muchachos o qué caras tienen, ni me atrevo a averiguarlo tampoco.

–¿Todo bien amigos? –consulta el muchacho llamado Tiziano llegando a nosotros, se lo agradezco y levanto mi mirada para saludarlo; viene con dos chicas y un muchacho más. –Te conozco...

Lo observo confundido y miro a mis amigos en busca de ayuda.

–Eres el chico dark, el de la clase de al lado... –entorno los ojos y asiento: ese chico era un idiota. –Estás cambiado hombre, casi no te reconozco. ¿Cómo está tu hermana? Tú sabes que ella es así como una leyenda.

–Piera está bien –respondo cortante. Yo sabía mejor que nadie que mi hermana no tenía un pasado limpio, ella era muy conocida por ser el alma de la fiesta en ese lugar, aunque claro, ahora estaba absolutamente cambiada.

–¿Sigue disponible?

–Detente –advierte Tomás con seriedad, el resto permanece en silencio y expectantes.

–No, ella está seriamente de novia.

–Oh... es una lástima –dice observándome con sus ojos entrecerrados. –¿Te han dicho que te le pareces mucho? –niego con la cabeza, Piera y yo no nos parecíamos en nada. –Pues sí lo haces. Así que si estás disponible puedes llamarme.


1. Permanece a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora