Capitulo 49

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Cuando desperté al día siguiente respiré aliviado porque Fidel estaba durmiendo en su cama, sano y salvo. Luego de hablar con Brandon me recosté esperando el regreso de mi hermano, pero no tardé en dormirme y no lo había oído aunque seguramente hizo un gran escándalo.

El reloj de mi teléfono indicaban que apenas pasaban de las 11 de la mañana pero de todas maneras decidí levantarme; podía oír a Piera en la cocina y no sería malo que desayunemos juntos para poder charla del comportamiento de Fidel ya que era evidente lo molesta que eso lo ponía.

-Buenos días –saludo al entrar siendo recibido con un cálido saludo y un café bien cargado. Me siento frente a ella y le sonrío pero ella no parece estar para nada bien. -¿Qué pasó?

-¿Te das una idea de cómo volvió Fidel ayer?

-Puedo darme una idea... Tomás dijo que estaba muy borracho así que probablemente lo hayan traído los muchachos, no lo sé –me encojo de hombros y ella da un triste asentimiento. –Está bien Piera, él solía hacer eso todo el tiempo cuando tú no estabas en casa.

-La diferencia es que no había estado apunto de morir hacía menos de un mes.

-Lo sé, pero ya es grande y no hay nada que podamos decirle ¿No? –consulto para tranquilizarla pero por el contrario ella se para y comienza a limpiar las cosas de la cocina, sacar ollas, vasos, platos, todo sin cuidado alguno. –No vas a conseguir más que hacerlo despertar con una horrible resaca y un humor de perros.

-Se lo merece por irresponsable.

Sonreí sin decirle nada más y disfruté de mi desayuno ambientado por los ruidos del lugar. Lucy se levantó de malhumor, tomó algo y se fue frente a la televisión con un libro en sus manos; al igual que Fidel, ella aprovechaba sus ratos libres para poder leer cualquier cosa que cayera en sus manos. En eso, ellos y yo, éramos un poco diferentes; me gustaba leer pero no a ese nivel, yo era más de series y películas.

Cuando Piera comenzó a cocinar mi pequeña hermana se acercó con su celular en la mano para contarnos acerca de alguna tonta pelea de sus amigas y sus novios; no la escuché porque comencé a revisar mis propios mensajes. Tenía muchos y todos eran de Tomás.

Los primeros eran para decirme que, a pesar de estar pasando un buen tiempo con los muchachos, estaba atento a Fidel, no lo dejaría irse a menos que fuera en taxi y acompañado por sus compañeros. Los siguientes eran para contarme que no había gente divertida en ese lugar y sólo estaba disfrutando la compañía de los chicos; los otros me decían que desearía que estuviera con él porque eso lo haría más divertido, sobretodo porque los demás se habían ido con unas chicas pero no podía dejarlos porque Nano realmente estaba borracho. Y él último me hizo sonreír como un idiota sin importar que ambas mujeres me estuvieran viendo atentamente y me acribillaran con preguntas.

Acabo de darme cuenta de algo... no es el lugar o la gente con la que esté; si tú no estás conmigo entonces nada es divertid o siquiera tiene sentido. Te amo. Nos vemos mañana.

Le respondí de inmediato mientras oía mis hermanas molestarme a sobremanera pero las ignoré concentrándome en mi respuesta.

Cuando estás borracho eres un pesado. Nos vemos en la tarde.

De inmediato lo borré y lo corregí, porque no me importaba quedar como una niña enamorada, siendo frío con la persona que más amaba no me ayudaría en nada.

También te amo. Nos vemos en la tarde, escríbeme cuando despiertes.


1. Permanece a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora