Capitulo 25

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Cuando Tomás preguntó porque no seguí respondiendo sus mensajes mentí diciendo que me había quedado dormido y desvié el tema para que no insista con esa pregunta; él pareció quedarse conforme con la respuesta y no indagó más enganchándose en el tema sobre una fiesta el mes entrante.

Esos días evité las invitaciones reiteradas a su casa para estudiar para los exámenes que se aproximaban dándole como excusas que las cosas en mi familia no estaban del todo bien, lo cual era cierto.

Ese mismo fin de semana mis hermanos, mi cuñado y mi pequeña sobrina fueron a comer una asado a casa. Era la primera vez de Roxanne, Jorge y Oliva en ese lugar y la cara de mi hermana fue para pagarla: seguramente no creía posible que pudiéramos vivir en esa casa que parecía que se caería a pedazos. No quise decirle nada para no tensar el ambiente y me dediqué a prender el fuego de la barbacoa mientras ellos recorrían el pequeño lugar.

–Roxanne mencionó que aún no regresas a casa –digo llamando la atención de Piera que se sienta cerca de mí tomando mi cerveza que descansa sobre la mesa.

–No, le pedí a Leo que me diera unos días más –le da un trago y me mira seria. –Él debe entender que actuó mal y que no quiero verlo o hablar con él por ahora.

–Estoy más que seguro que ya entendió...

–He estado fuera de casa más de tres días Rocco, no exageres. Nuestra relación no es todo color de rosas, lo supieras si preguntaras.

–Lo sabría si lo hubieras mencionando, quiero decir, si por lo menos hubiéramos sabido que estabas de novia –reprocho con molestia. Enterarnos que estaba de novia a punto de casarse no había sido una noticia agradable, mucho menos el hecho de que nos haya dejado de lado por el hecho de estar con ese sujeto.

–Sí... –suspiró. –Supongo que debí mencionarles algo a ustedes. Bueno, tú deberías presentarnos a la tuya antes de que nos enteremos por otra persona ¿No crees?

La miro de mala gana ¿Cuánto más insistirían con eso del noviazgo? Acaso no se daban cuenta de que no era de esas personas... aunque no fuera gay, no me gustaría tener una relación seria, aún era muy joven para eso.

–Ya le dije a Roxanne que eso no va a pasar –insisto mirando mi teléfono. Tenía un mensaje de Tomás aunque decidí no abrirlo de inmediato, guardé el aparato y miré a mi hermana que sonreía con picardía.

–Rocco, tienes a penas 18 años, algún día te guste o no vas a encontrar a la indicada.

–No me jodas Piera.

–Podría ser peor, tú sabes... –interrumpe Roxanne volviendo al exterior. Sonrío ante esos, me había imaginado una reacción un tanto más exagerada cuando hubiera terminado de conocer la casa.

–¡Roxanne! –advierte Piera con espanto.

–Sabíamos que dirías algo así Roxy, de hecho te imaginábamos gritando escandalizada –ríe Fidel. –La cara de Piera la primera vez que estuvo aquí fue impagable.

–Yo no hice ninguna cara –se defiende ella devolviéndole la mirada y noto el sonrojo en sus mejillas.

–Oh, sí la hiciste –la acuso con maldad. –Mirabas a todos lados pensando "dios, dónde se vinieron a vivir estos chicos... ojalá no se me caiga nada en la cabeza".

–Son unos pesados –dice avergonzada provocándonos aún más risas.

El resto de la tarde fue tranquila, un día memorable dentro de mi familia, nadie se había peleado con nadie y eso ya era mucho pedir.

1. Permanece a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora