Capitulo 43

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Al día siguiente envié un mensaje a Tiziano para que podamos juntarnos a charlar. Él pareció sorprendido, tan sorprendido que me llamó de inmediato y nos citamos en un café a donde fui luego de llevar a Rocco a su casa. Para cuando llegué al lugar el chico ya me esperaba fumando relajadamente un cigarrillo y mirando a la gente transitar por las calles aquel domingo tranquilo y frío.

-Hey –saludo provocándole un pequeño susto que disimuló bastante bien con su típica sonrisa sarcástica.

-Amigo ¿A qué se debe el placer de tu compañía? –consulta dándole un tembloroso apretón a mi mano. Me indica que lo siga y tomamos asiento en una mesa alejada donde esperamos a ser atendidos antes de comenzar con aquella incómoda charla.

Lo único que sabía era que sería completamente sincero con él.

-Rocco me pidió que hablara contigo.

-Una mala decisión sin duda, él no sabe lo que está pidiéndote –responde de inmediato.

-Dice que te nota realmente arrepentido y que por mi actitud aún me importas un poco.

-¿Lo hago? –escapa de sus labios y se sonroja a sobremanera.

-No lo sé. Sigues siendo un idiota y no creo que esa concepción que tengo de ti cambie algún día, lo que hiciste no te lo voy a perdonar nunca.

-Lo lamento –susurra inaudiblemente. Pero está bien, porque yo lo he oído y es la primera vez que él dice algo semejante; Tiziano es de esas personas que no admiten un error fácilmente. Se necesitaron de tres años y un empujó de Rocco para que él lo dijera. –No quería ser un idiota y realmente me puse mal cuando Dana me dijo que había perdido el niño... no podría haberme hecho cargo porque apenas tenía 16 años y ni siquiera la amaba pero estaba seguro que tu familia se ocuparía bien de ello.

-Aunque no nos correspondía.

-Aunque no lo hiciera, pero lo hubieran hecho porque ustedes son así. Los conozco demasiado para saber que no la hubieran dejado sola –continúa haciendo un silencio para tomar de su café. –No creo que haya cambiado mucho a pesar de que te lo dije algún tiempo atrás. Sigo siendo el mismo de hace dos años atrás Tomás, no sé si el pedido que te hizo Rocco es el mejor que pudo haberte hecho.

-¿No quieres que solucionemos las cosas?

-Claro que quiero, pero no quiero volver a fallarte.

-Mientras no te metas una vez más con Dana y la embaraces no pasará a mayores –aseguro estirándome para golpear su hombro y conseguir su mirada. –No será fácil que vuelva a confiar en ti pero haré el intento...

-De acuerdo.

-Y no te metas con Rocco –me apresuro a decir y él sonríe bajando su mirada. –Puedes ser su amigo, de hecho, ya lo son, pero nada más que eso.

-Rocco no me gusta de esa manera.

-Mejor.

-Pero –suspira y me mira entrecerrando sus ojos.

-¡Estoy soñando! –gritó Ignacio haciéndome tirar el café que sostenía en mis manos.

Lo miré fulminándolo con la mirada cuando Tiziano se ponía de pie para evitar ser alcanzado por el líquido. -¿Ustedes juntos sin pelear?

-Eres un idiota Nacho –dice el muchacho con su mano en su pecho. -¿Hacía falta que grites?

-Oh, es que se veían tan estresados –ríe y se mueve para dejar pasar al mozo que limpia el desastre en completo silencio. -¿Interrumpo algo?

1. Permanece a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora