Capitulo 51

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Los días de vacaciones fueron bastante tranquilos. Tomás volvió definitivamente a su casa pero de todas maneras nos veíamos a diario y por la noche nos juntábamos con los muchachos, sobre todo los fines de semana cuando salíamos algún bar o al nuevo pool que habían inaugurado en esa fecha.

En casa las cosas estaban tranquilas, Piera y Fidel parecían haber arreglado sus diferencias y Lucy estaba de aquí para allá en casa de Roxanne así que era poco lo que nos veíamos y lo agradecía. Como ella sabía de mi relación con Tomás se ponía demasiado molesta y mi paciencia no se caracterizaba por ser mucha, es por eso que el último día de vacaciones nos enredamos en una ardua discusión de porqué Tomás sería mejor para ella que para mí.

Era una charla estúpida que comenzamos en el supermercado mientras hacíamos la compra del mes y mantuvimos durante el viaje de vuelta, pero que terminó de una manera inesperada cuando íbamos a dejar las cosas al cuarto de baño.

–Deja de molestar –pedí por décima vez cuando ingresamos a casa. –Aunque él no estuviera conmigo no fijaría en ti, eres apenas una niña, malcriada, maleducada, insoportable. A Tomás no le gustan las mocosas como tú.

–Eso no lo puedes decir, tampoco es que lo conoces tanto –protesta sacando los productos para el cabello y dejándolos en la ducha. –Él tuvo muchas novias antes de ti, bonitas, simpáticas y carismática. Está bien, soy menor, pero voy a crecer y en unos años más sería la pareja ideal para él.

–¿Por qué eres bonita, simpática y carismática? –consulté con voz burlona.

–No. Porque soy mujer –respondió dejándome paralizado en mi lugar. Eso realmente había dolido. Pero ella no se detuvo, por supuesto que no lo hizo. –En un futuro podremos formar una familia, nos casaremos ante todas las leyes, le podré dar hijos y podremos ser felices para siempre.¿Tú puedes hacer eso? –no respondí pero no hacía falta, hasta una idiota como ella sabía la respuesta. Dejé la pasta dental que apretaba fuertemente en mi mano sobre el aparador que allí teníamos y tomé el jabón líquido de la bolsa para repetir el proceso. –Además, soy bastante inteligente aunque no lo creas. Yo sí me iré a estudiar y puedo irme con él. Pero si no soy yo será otra persona. Rocco ¿Realmente crees que Tomás te esperará el tiempo que se vaya a completar sus estudios? No lo creo. Deberías dejar que yo lo cuide, yo si iré tras él porque sé que se me da bien estudiar y tanto Fidel como Piera pagarán mis estudios. Pero no hay futuro para ti. No hay un futuro para ustedes dos juntos.

Lo sabía. Yo ya sabía todo aquello. Me lo había planteado muchas veces antes pero lo había descartado para priorizar mi felicidad, para poder sentirme bien una sola vez en la vida. ¿Acaso no había sido egoísta de mi parte? ¿Si yo sabía que aquello terminaría al finalizar el año no nos estaba haciendo mal a ambos, a Tomás y a mí, en alimentar una relación sin mucho más futuro que unos cuantos meses? ¿O habría alguna otra solución?

–Cómo sea –suspiré conteniendo las lágrimas y con voz débil. Ella había seguido hablando, de muchas cosas, quizás hice bien en bloquear su monólogo porque tal vez la decisión que había tomado sería aún más drástica.

–¿Dónde vas? –consultó desinteresadamente acomodando la toalla limpia en su lugar.

–Iré hablar con Tomás.

–¿Qué? –se interpuso entre mi cuerpo y la salida del cuarto buscando mi mirada que por supuesto no encontró. No le daría el gusto de verme angustiado. –No... –dudó unos segundos –Rocco no lo decía en serio, era una broma.

–Sí, cómo quieras... muévete –pido y ella se mantiene estática mientras su rostro se va transformando en uno completamente espantado y lleno de desesperación, quizás había caído en la misma cuenta que yo: ella tenía razón y había una sola solución para todo eso.

1. Permanece a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora