Mamá

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Emma se movió inquieta. Estaba teniendo una pesadilla.

Rupert despertó porque ella le apretó la mano, que estaba entrelazada con la suya desde que se habían dormido.

-¿Emma?

Ella frunció el ceño.

-No.-Susurró.-No, no lo hagas. No. Por favor.

Rupert suspiró.

-Emma, despierta.-Dijo sacudiéndola un poco.

Ella no despertó.

-No. ¡Rupert!

Él reconocería este tono donde fuera. Era el que había usado para gritar cuando lo habían secuestrado y él le había pedido que lo dejara solo.

-Emma, mi amor, despierta. No es real. Es una pesadilla.

Emma no dio ninguna señal de haber despertado porque siguió implorando con desesperación.

-¡Rupert!

El pelirrojo se dio cuenta de que ella oía su voz en el sueño, su voz diciendo que despertara. Pero no podía despertar

-No lo hagas, Rupert...

Él decidió que era suficiente. Tomó a Emma por los hombros y la sacudió con fuerza.

Ella despertó confundida. Al ver a su marido sano y salvo, en una pieza, se echó a llorar y lo abrazó con fuerza.

Rupert suspiró y la envolvió en sus brazos.

-Ya, princesa, no llores. Estoy bien. Ambos lo estamos. Por favor tranquilízate, mi amor.

Ella sollozó y enterró su rostro en el hombro de él.

-Tranquila, mi amor. Ya acabó. Ya está. Estás a salvo ahora.

Emma sollozó más fuerte y lo abrazó con desesperación.

-No me dejes sola...-Susurró.

-No lo haré. Quédate tranquila. Por favor, mi niña. Cálmate. No llores. No me gusta verte llorar.

Emma suspiró.

-Es que... Fue como si... Todo estuviera ocurriendo... Otra vez... Es... Fue... Horrible...

Rupert le acarició el cabello con cariño.

-Ya pasó. Estás bien ahora.

Ella lo abrazó con fuerza.

-No me dejes, por favor.

-No voy a hacerlo, cálmate.

Emma suspiró intentando regular su respiración acelerada.

Rupert le acarició el cabello y la espalda.

-Muy bien. Estás bien. ¿Lo ves? No tienes que alterarte. Sólo respira y ya.

Emma asintió y lo estrechó con fuerza.

-Gracias...-Susurró.-Te quiero.

Él sonrió.

-Te quiero, Emma.

Ella suspiró. Rupert tomó su rostro con cuidado y le enjugó las lágrimas. Luego besó el rostro de ella en cada lugar que había tocado una lágrima.

Ella sonrió cansada.

-Gracias.-Susurró de nuevo.

-Está bien.

Emma lo miró le dio un suave beso.

-Enseguida regreso. Voy a lavarme la cara.

Se puso de pie y caminó hacia el baño. Pero tropezó con algo que estaba tirado en el suelo y se cayó. Rupert se puso de pie alarmado y se arrodilló a su lado.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora