Un engaño

548 47 2
                                    

El Sargento revisó su computadora.

-Está en el registro. Veré si puedo rastrear su ubicación.

Helena le tomó la mano a Lyn y la apretó. Su amiga sonrió alentándola.

-Lo encontré. Los encontré. Y... Oh, cielo santo. Hay que pedir refuerzos con urgencia. Llamen a todos sus parientes y que vuelvan a sus casas. Es urgente.

***---***---***---***---***

-Emma, despierta. Llegamos.

Ella bostezó.

-¿Qué...?

-Acabamos de aterrizar.

Emma enterró su rostro en el pecho de Rupert.

-Cinco minutos más...

Él sonrió.

-No podemos. Vámonos. Tenemos que llegar al hotel y...

-Tengo sueño.

-Podrás dormir en el hotel, lo prometo. Ahora vamos.

Ella bostezó.

-De acuerdo.

Los recién llegados bajaron del avión.

-Tenemos que registrar la llegada.

Emma asintió.

Después de hacer una larga fila, pudieron registrar que habían llegado.

Rupert alquiló un coche y salieron para el hotel.

-¿Podrías decirme por qué te cansas tanto? Hace varios días que estás así.

Emma suspiró.

-No he dormido, literalmente.

Rupert frunció el ceño.

-¿Qué?

-La otra vez te expliqué por qué había dormido mal. Pero anoche... Anoche estábamos... Tan ensimismados como siempre, hasta que dijiste que mejor lo dejábamos para el viaje porque teníamos que dormir. Tú te dormiste, pero yo no. Tenía un mal presentimiento. Me quedé despierta e hice guardia en las habitaciones de los niños. Subí y bajé las escaleras miles de veces. Estaba realmente cansada, pero al día siguiente nos íbamos y el mal presentimiento persistía. Cerca de las seis y media pensé que a las siete tendríamos que levantarnos para salir. Subí al cuarto y me acosté junto a ti sólo un segundo para despertarte y... Me quedé dormida.

Emma miró hacia afuera. Sus mejillas estaban levemente sonrojadas.

-Suena tonto, lo sé. Pero anoche no estaba pensando con claridad y te deseaba y...

Se calló.

Rupert no dijo nada por unos kilómetros.

-¿Te quedaste despierta toda la noche?

-Sí.

-Ay, cielo. No estás para hacer esas cosas. Y si no te vestiste antes de salir del cuarto te debes haber muerto de frío...

Emma se encogió de hombros.

Rupert se quedó pensativo. Le apoyó una mano en la rodilla y la apretó. Ella sonrió.

-Me haces cosquillas.

-Lo sé.-Sonrió él.-La próxima vez, habla conmigo. Despiértame si es necesario, no importa. Si estás preocupada es mucho más importante. No te quedes así.

Ella asintió.

-¿Crees que tu mal presentimiento...?

-¿...Sea por algo que aún no ocurrió? Eso espero. Aunque en verdad no lo sé... ¡Rupert, mira eso!

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora