Héroe

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Rupert se quedó de una pieza.

-¿Qué?

Pero Emma ya se había acercado a él y lo besaba como si el mundo fuese a acabarse en cualquier instante.

-Em...

Ella lo ignoró y siguió besándolo.

-Emma...

Él intentaba respirar para articular alguna palabra.

-Emma...

Suspiró. Cuando ella volvió a atrapar sus labios, la empujó hacia la cama.

-Espera.-La detuvo cuando ella intentaba quitarle el saco.-Antes quiero una explicación. ¿Qué te pasó esa noche?

Emma suspiró y cerró los ojos.

-Podríamos dejar las explicaciones para después, ¿no crees?

Rupert cerró los ojos igual que ella, para no caer en la mirada de cachorrito que seguramente su esposa le estaba mostrando.

-No.-Dijo con firmeza.-Quiero hablar ahora. Si no, no hay trato.

Ella volvió a suspirar.

-Vale. ¿Quién empieza?

-¿Cómo dices?

-No soy yo la única que te debe una explicación. Estaba bastante sobria, pero de todas formas lo vi como un sueño. Quiero saber qué fue lo que ocurrió. Ahora tú empiezas.

-¿Por qué yo?

Emma señaló su corbata blanca.

-Las blancas mueven primero.

Rupert sonrió y miró el cuello de ella, que llevaba un collar con un dije negro.

-¿Ahora quieres jugar al ajedrez?

-Bueno, no. Prefiero jugar a otra cosa contigo. Pero no quieres, así que te toca. Empieza a hablar, venga.

Él cerró los ojos. Emma se inclinó sobre él y lo besó.

El pelirrojo sonrió. Le pasó una mano por la espalda y la atrajo hacia sí.

-Vale. Voy a empezar. Por el principio...

***---***---***---***---***

<<Admito que tener la oportunidad de tener a una mujer en la cama no es algo que hubiera podido pasarme a mí. Sobre todo si llevaba enamorado de ella desde los nueve años.

La cosa empezó, como suele ser, por una apuesta. Una tonta apuesta.

A que no te atreves a sacarme a bailar.

A que sí me atrevo.

Algo así. Pero voy a empezar por el principio.

Después de la sexta película, Emma se mostraba algo fría conmigo. Supongo que tenía que ver con el hecho de que yo había tenido que besar a Jessica, pero de eso me doy cuenta ahora. En ese momento no tenía idea.

Cuando tuve que grabar esa estúpida escena, y vi a Emma llorando, sentí una necesidad irracional de abrazarla y pedirle perdón. Irracional porque no éramos nada.

Sin embargo, antes de esa, durante la quinta película, nos habíamos llevado bastante bien, éramos inseparables...

Estuvimos por besarnos muchas veces... Ella sabía que yo estaba perdidamente enamorado de ella. O eso pensaba yo. Entonces, ¿por qué no decía nada?

Narcisos para Emma (Continuación de &quot;Junto al río Támesis&quot;) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora