Papá

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-¡Papá!-Dijo Emily cuando, a la mañana siguiente, Rupert apareció en su cuarto para levantar las persianas.

-Buenos días, dormilona.

Ella sonrió.

-Qué bueno es verlos otra vez.

-También es bueno verlos.

Emily se sentó en la cama.

-¿Qué sientes por mamá?

La pregunta lo tomó por sorpresa. Se sentó junto a ella.

-¿Cómo dices, pequeña?-Preguntó pasando una mano por el cabello castaño en un intento de peinarlo.

Emily lo ahuyentó con una mano.

-Está bien así.

Rupert sonrió. Emma odiaba que le tocaran el cabello cuando era pequeña. Ahora parecía haberse resignado.

-Te pregunté qué es lo que sientes por mamá.

-¿Por mamá?

Emily asintió.

-Bueno, a tu madre la amo de verdad. No sé cómo explicarlo mejor.

Su hija lo miró.

-¿Es todo? ¿Nada de mariposas en el estómago?

Rupert sonrió.

-Ah, las mariposas. Claro que sí. Eso es amor, Emmy.

-No entiendo.

-Yo la amo, en eso estamos de acuerdo. Pero cada uno experimenta el amor de una forma diferente. En el caso de muchas personas, se siente un cosquilleo en el estómago. A eso le llaman mariposas. No son mariposas de verdad. Es una metáfora.

-Pero, ¿qué sientes por ella si no son mariposas?

Rupert pensó.

-Nunca se me había ocurrido pensar en eso. Es una pregunta muy inteligente. Supongo que...

Emily sonrió. Rupert sintió dos manos sobre sus ojos.

-¿Quién soy?

-Hola, Em. Justo hablábamos sobre ti.

Emma frunció el ceño.

-Así no vale.-Dijo quitando sus manos.

Rupert sonrió y volteó para darle un beso.

-No te enfades, pero era obvio que eres tú.

-¿Por qué?

-Porque de todos los niños, ninguno es tan pesado como para que el colchón se hunda cuando te sientas. Y además eres la única que usa anillos.-Dijo tomando sus manos.

Ella suspiró.

-¿Podré sorprenderte algún día?

-Todos los días me sorprendes.-Contestó él acomodando un mechón de cabello tras su oreja.-Eso es.-Murmuró.-Lo tengo, Emmy.

Rupert se dio vuelta hacia su hija y sentó a su mujer en su regazo. Emma sonrió y Emily también.

-Eso es. Lo que siento por mamá. Que con ella cada día es una sorpresa. Una maravillosa sorpresa. Un sueño del que no quiero despertar jamás. Eso es lo que se siente estar con ella. Además de las mariposas, claro.

Emma lo miró.

-Sé que llego tarde a esto pero te amo. ¿Lo sabes?

Rupert la tomó por las mejillas y la besó.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora