Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]

Una pareja feliz

Helena y Will salieron de luna de miel. Decidieron ir una sola semana para poder regresar y estar con Maisy.

Llegaron a México un día después de su boda.

-Helena...

-¿Qué pasa?

-Todavía no entiendo por qué no nos quedamos.-Respondió Will mirando el recibo del pasaje de avión.-Es demasiado caro como para ir solamente una semana.

Helena sonrió.

-Sí, pero definitivamente va a valer la pena, ¿no crees?

Will sonrió y le acarició una mejilla.

-Tú lo vales...

Helena sonrió.

-Supongo que no tengo que repetirte que no podemos...

Will frunció el ceño.

-No entiendo por qué. Es nuestra luna de miel, vamos.

Helena suspiró.

-Hay posibilidades de que esté embarazada, no podemos arriesgarnos. Puede ser peligroso para el bebé.

Will suspiró.

-Vale, tienes razón.

-Lo siento.

-No importa. No te preocupes por eso. Disfrutaremos igual.

La pelirroja sonrió.

Probablemente Will tuviera razón.

-Dime.-Dijo con una sonrisa. ¿Qué quieres hacer primero?

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La pareja se vio en la necesidad de hacer muchos trámites antes de poder registrarse en el hotel. Will estaba bastante enojado por eso.

-No puedo creer que hayamos tenido que esperar tres horas sin habitación porque "no estamos registrados en el sistema".-Se quejó.-Llevo meses planificando esto y ahora resulta ser que no podemos registrarnos como se debe. Me pone de mal humor. Esto es ridículo...

-Pierde cuidado.-Le respondió Helena quitándole importancia con un gesto.-Lo importante es que ya estamos aquí.

-Sí, pero definitivamente no es una forma de perder el tiempo que valga la pena. Tenemos solamente una semana, casi no tenemos tiempo para desarmar las valijas. Hay que aprovecharlo, no pasar horas en la recepción de un maldito hotel...

Helena suspiró.

-Mira, Will, yo voy a la playa. Haz lo que quieras. Si quieres venir, adelante. Y si no, no importa. Pero no pienso perder el tiempo escuchando tus quejas sin sentido. Sé que no te gusta esperar, tampoco a mí, pero ya está. No importa.

Will suspiró.

-Lo que digas. Tal vez tengas razón.

-Verás que sí. Ahora vamos a la playa.

La primera tarde transcurrió bastante tranquila y sin sobresaltos. Los recién casados disfrutaron del mar y las olas como si fueran niños otra vez.

Helena corría por la playa intentando que Will no la atrapara. Los gritos y las risas de ambos resonaban en todo el lugar. Varios adultos los miraban con reprobación, pero la mayoría sonreía al ver a dos jóvenes divirtiéndose.

Al final Will logró alcanzarla y tumbarla sobre la arena. Se inclinó sobre ella para besarla.

-¡Oye! ¡No es justo! Hiciste trampa...-Protestó ella.