Los seis pequeños ayudaron a cortar la torta pequeña que ellos mismos habían decorado con dos muñequitos representando a sus padres. Y la pareja se ocupó de cortar la verdadera torta, una enorme que Helena se había ocupado de comprar.
Emma sonreía como nunca.
-Llevo esperando este momento desde hace mucho tiempo.-Susurró a Joanne, que prácticamente no se había levantado de su silla en toda la noche.
La escritora sonrió.
-Me imagino. Mientras que no llores cuando llegues a tu casa...
Emma se sonrojó.
-¿Rupert te lo dijo?
-Sí. Y, hablando de Rupert, yo que tú tendría cuidado. Está muy ebrio. Míralo.
Ella miró hacia donde su madre le indicaba.
-Oh, por todos los cielos.
Rupert bailaba moviéndose de un lado al otro como un pulpo borracho. Y eso es lo que parecía.
Emma se acercó corriendo a su esposo.
-Cielo, ¿Por qué mejor no dejas de bailar?
El pelirrojo le guiñó un ojo con descaro y la tomó por la cintura.
-Hola, muñeca. ¿Qué tal todo?
-No otra vez...-Susurró Emma.
Rupert le besó el cuello.
-Oye, estamos en medio de una fiesta... No puedes hacer eso aquí...-Lo detuvo ella.
Él sonrió con coquetería.
-¿Prefieres subir a un cuarto?
-Prefiero que dejes de comportarte como un tonto. Se supone que deberíamos estar bailando, no yo cuidando de ti.
-Yo estaba bailando. Tú me detuviste.
-Porque vas a golpear a alguien si bailas así...
Rupert sonrió.
-Gracias, muñeca. Ven, quiero mostrarte algo.
Le tendió una mano. Emma lo miró con desconfianza.
-No muerdo.-Aclaró él.
-Está bien.
Si iba con su esposo, tal vez podría evitar que cometiera una de sus tonterías.
ESTÁS LEYENDO
Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]
FanfictionAVISO: SPOILERS. Si no leíste la primera parte de esta historia, la descripción puede darte datos que no quieres conocer todavía. Desde la última vez que nos vimos no pasaron muchas cosas. En casa de Emma y Rupert, las cosas siguen tal como antes. P...