Clima hogareño

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-Eres tú mi príncipe azul que yo soñé...

-Papá, te quiero, pero por favor no cantes.

Will soltó una carcajada.

-Vale, Mais. Lo siento. Es que tengo que ver La Bella Durmiente contigo porque tu madre está durmiendo y la canción es pegadiza.

Maisy sonrió.

-Sí, pero no cantes. Quiero escuchar.

La pequeña pelirroja volvió a mirar la televisión y se concentró en los dibujos animados.

-Aurora es tan bonita...

-Tú eres más bonita.-Respondió Will con una sonrisa acariciando su cabello.

-Lo dices porque eres mi papá.

-Y porque eres bonita.

-Mamá también es bonita.

-Sí. Mamá es preciosa. Ella es mi reina. Mi Bella Durmiente.

-Pero Aurora era una princesa.

-Pero se casó y se convirtió en reina. ¿No prestas atención cuando te leo por la noche?

-Sí. Pero estoy hablando de la película. No importa. Dime, ¿Por qué mamá es tu Bella Durmiente?

-Porque la desperté con un beso.

-No inventes.

-Es cierto, lo juro. Pregúntale a ella si no me crees.

Maisy miró a su padre.

-En realidad no te creo.

Will sonrió y alzó las cejas.

-Ya verás. Cuando termine la película te contaré.

Maisy asintió.

Mientras tanto, Helena acababa de despertar. Se puso de pie con un bostezo y se acercó a la cuna de Scott para amamantarlo.

Fue entonces cuando escuchó la canción de la Blancanieves.

Evidentemente, Will y Maisy habían cambiado de película.

Sonrió y se acercó a la sala de estar sin soltar a Scott.

-Deseo...-Empezó Will.

-No, no, no, por favor no cantes, papá.-Rogó Maisy cubriéndose los oídos.

Will rió y se calló para mirar la película.

-Después de esta sigue Cenicienta.-Comentó Maisy.

-¿Otra más?

-Es una maratón de princesas.

-Oh, qué bien.-Refunfuñó Will.

-Está en propaganda. Dime qué ocurrió con mamá.

Helena alzó las cejas. Ellos dos no la veían, era obvio. Se puso más cerca de la puerta y agudizó el oído.

-Mmm... Mejor te cuento un cuento.

Maisy asintió.

-Había una vez, una hermosa princesa que vivía en un enorme castillo con siete hermanos.

Helena sonrió y le acarició la nuca a su hijito.

-La princesa se enamoró de un pobre príncipe...

Vaya hipócrita, pensó Helena. La casa de Dan y Bonnie era un castillo, sin duda.

-...Y quisieron casarse. Pero la princesa tuvo un accidente y cayó bajo un profundo sueño.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora