Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]

Perdida entre líneas

Emma bostezó.

-Por suerte cambiaste de idea respecto a los estantes y me trajiste a la cama.

Rupert le dio un codazo con suavidad.

-¿Y si no lo hacía?

-De todas formas hubieras logrado lo que querías.

-Es que soy muy convincente.

-Yo diría más bien que solamente tuviste que decir unas cuantas tonterías.

-¡Eso no es cierto!

Emma rió.

-Me duele la espalda. Los libros...

Rupert la miró.

-Lo siento.

Emma giró su cabeza por encima de su hombro y rió.

-Oh, vaya. Tengo la marca de los lomos, ¿no?

Rupert asintió.

-Bah, ya desaparecerán.-Dijo ella restándole importancia.

Rupert abrió los ojos.

-¿No te importa?

-Claro que me importa. Pero al fin y al cabo valió la pena.

Rupert sonrió. Se acercó a ella y la besó.

-Te amo.-Susurró.

Ella sonrió.

-Igual yo.

Ruprt le acarició la cintura.

-¿Sabes? Estaba recordando la primera vez que me propusiste esto, en casa de Dan.

Rupert rió.

-Ahora debes haberte dado cuenta que la que estaba borracha eras tú, no yo. Tú y Dan, claro. Y luego Bonnie. Tuve que llevarlas a su casa porque iban a matarse conduciendo así.

Emma se sonrojó.

-Por suerte nadie de la prensa lo notó. ¿Tienes idea de lo que habría sido eso? Al que sí atraparon fue a Dan, pobre. Sus fotos borracho estuvieron dando vuelta en Internet por meses.

Ella asintió.

-Agradezco que hayas sido tú quien me haya llevado a casa. Imagina si hubiera sido otro... A saber qué habría hecho.

-Te digo que lo estuve considerando.

-¡Rupert!

-Es una broma. En realidad las llevé por eso mismo, para que nada les ocurriera.

Emma le besó la mejilla.

-Gracias por eso. Aunque pensé que de verdad estabas borracho cuando me mordiste.

Rupert se sonrojó.

-Yo...

-Olvídalo.

Ella se puso de pie y buscó la camiseta de Rupert para ponérsela sobre la ropa interior.

-¿Dónde vas?-Preguntó él.

-Los amigos de Jack vienen para hacer un trabajo y van a estar en la biblioteca. No necesito que vean mi ropa tirada ahí. Mejor la busco.

-¿Puedes encontrar la entrada sola?

Emma tocó un costado de una pared y se movió como por arte de magia.

-Estoy bastante segura de que sí.-Dijo antes de desaparecer por la abertura.

Rupert sonrió. Emma volvió a entrar con un montón de tela en los brazos.