No es cualquier sábado

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Arthur se despertó con un bostezo. Will acababa de irse a su casa para preparar a Maisy y Scott, que estaban bajo la custodia de una vecina.

En la sala de estar, estaba Ryan, que acababa de llegar; y Dan, que no pensaba dejar solo a su hijo en el día de su boda.

-Buenos días, Arthur. ¿Cómo estás?-Preguntó Ryan al verlo aparecer.

Él palideció aún más, si eso era posible, y se sentó.

-Como si fuese a desmayarme... Pero gracias por preguntar.

Dan rió. Se puso de pie y caminó hacia su hijo.

-Ya, tranquilo. Todo va a estar bien. Lo verás.

-Pero... ¿Y si ella decide plantarme?

Ryan puso los ojos en blanco.

-No lo hará, tranquilo.

Arthur suspiró. Un llanto lo sacó de sus pensamientos.

Corrió hacia el cuarto de su hijo Steve. Lo alzó y lo acunó contra su pecho.

-Al menos seguirás siendo mi hijo con Ally. Incluso si ella no quiere casarse conmigo.

Ese pensamiento, por alguna extraña razón, lo hizo sentirse un poco mejor.

***---***---***---***---***

Lyn bostezó.

-Y... ¿Qué tal Rachel?-Preguntó Helena.

Su amiga sonrió.

-Te preocupas por tu ahijada. Muy bien, muy bien. Rachel está genial, por suerte. Es un poco insistente, pero a los niños les ha agarrado un ataque de comportarse bien, y no es agobiante.

Helena sonrió.

-¿Qué defines como ataque de portarse bien?

-Como están celosos, Jason y May se portan lo mejor que pueden. Eso llama la atención mucho más que si se portasen mal. Por eso lo hacen.

-Es una estrategia inteligente.

-Y vaya si lo es. Miles está feliz de la vida con el comportamiento de los niños. No se les puede reprochar nada.

-Pero no los ignoras, ¿verdad?

-No, claro que no. Los quiero igual que a Rachel. Solamente ella es un poco más pequeña y necesita más atención. Es todo.

Helena asintió.

-Me pasa con Scott. Pero Maisy no es celosa...

-Creo que es porque no quiere darte trabajo. Teme que te vayas otra vez.

Helena suspiró.

-Ni me lo recuerdes. Fue algo completamente estúpido por mi parte.

Lyn sonrió.

-Anímate, ya estás aquí, y Ally va a casarse. De seguro será bueno estar emparentadas. Seremos como... Concuñadas, algo así.

Helena rió.

-De hecho, no seremos...

-Shhh, no arruines el momento. Gracias. Ahora sigamos hablando de los niños. ¿Qué tal Will?

La pelirroja soltó una carcajada.

-Will está bien, también. Hace un par de días que está un poco extraño, pero es todo. No imagino qué pueda ser... Anoche hasta se ofreció para traerme en auto, aún cuando vivimos a dos cuadras... Es extraño...

Lyn asintió.

-Muy normal no es, que digamos.

Helena se quedó pensativa. Mientras tanto, Lyn se acercó a la puerta del baño.

-¡A ver, ustedes dos, si apuran un poco! ¡Estamos envejeciendo aquí afuera!

Se oyeron dos risas desde adentro del baño.

-Lo siento, Lyn. Daphne es muy detallista.

-No es mi culpa. El cabello de Ally es larguísimo y es difícil de ondular.

-Yo sé hacerlo perfectamente.-Se defendió Ally.-Sólo que no me dejas hacerlo...

-¿Al menos ya estás maquillada?

-No.

-No puede ser. No llegaremos por el tiempo. Déjenme entrar así las ayudo.

-Mejor abre la puerta, Daph. Tiene que circular aire.

Daphne abrió la puerta.

Helena miró hacia el baño. Ally estaba sentada frente al espejo, mientras Daphne la peinaba.

-Te está quedando genial, Daph. Eres buena peluquera.-Dijo Lyn.

-Gracias. Ahora puedes comenzar con el maquillaje si quieres.

Ally seguía pálida.

-Tranquilízate, Al. Todo va a salir genial, ya lo verás.-Aseguró Helena desde la sala de estar.

-Pero...

-Escucha, cariño.-Dijo Lyn sacando las brochas para pintar.-No te preocupes. Arthur te ama. Va a asegurarse de que todo sea perfecto.

Ally cerró los ojos y pensó en él.

-¿Estás segura?

-¡Claro que sí!

-Tú tranquila, Al. Ya sabes que todo está en orden. Mientras que no te desmayes...

-Daphne, no estás ayudando.

-Vamos, ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Ally palideció al pensar en eso. Helena se dio una palmada en la frente.

-Escucha, Daph, te quiero, pero si sigues preocupando a Ally tendrás que irte.

Lyn rió y abrazó a su hermana.

-Ya, calma. No te preocupes...

***---***---***---***---***

Janet estaba vistiéndose cuando sonó su celular.

Suspirando, atendió.

***
-¿Hola?

-Jane.

-Barry.

Un ruido extraño se escuchó del otro lado.

-Me siento fatal. ¿Podrías venir a hacerme compañía?

-Lo siento, cielo, pero tengo que fotografiar la boda de Arthur y Ally... Es una noticia importante para el periódico y...

-Por favor. En serio estoy mal.

Janet prestó atención a la voz de su novio.

-Vale, iré. Pero solamente unos segundos.

-Gracias.

-Nos vemos, Barry.

***

Tonto Barry. ¿En qué se había metido ahora?

***---***---***---***---***

-Preciosa.-Dijo Helena mirando a Ally.

-Estás hermosa. Aunque, claro, como el cabello fue asunto mío...

Ally rió y miró a Lyn.

-¿Qué opinas?

Ella la abrazó.

-Estás increíble. Al, no puedo creer que vayas a casarte. Te deseo de corazón que seas muy feliz. Te quiero, hermanita.

Ally sonrió.

-Vas a hacerme llorar.

-No, por favor, que va a arruinarse el maquillaje.-Dijo Lyn sonriendo y abrazando a la novia.

-No es que quiera ponerlas más nerviosas, pero es hora de que nosotras nos arreglemos. La boda comienza en una hora.-Dijo Daphne.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora