Escrito

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-No creo que...

Rupert sonrió. La tomó por las mejillas y la besó.

-Nunca creí enamorarme tanto de ti...-Susurró.

Emma sonrió.

-Si lo dices solamente para que te muestre lo que escribí...

-No soy tan insensible como parezco. Lo digo en serio.

Ella lo besó.

-Te am...

Los labios de él atraparon los suyos antes de que terminara su frase.

-Al menos dime sobre qué trata la historia.

Emma negó con la cabeza.

-Intentaré adivinar, entonces. Se trata sobre un apuesto pelirrojo que...

-No.

-Bien. Tal vez sobre algo feminista...

-Tampoco, aunque no sería mala idea.

-Mmm... Se trata sobre...

Emma logró girar para quedar encima de él y besarlo.

-Mmm... Se... Trata... Sobre...-Intentó decir él, entre sus labios.

-¿Y si mejor dejamos esto para mañana?-Susurró ella.

-¿Y tú desde cuándo eres tan...?

-Vivo en una casa con cuatro hombres, la picardía es contagiosa.

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Rupert le acarició el cabello. Sonrió. No podía creer su buena suerte al tenerla a su lado.

Emma se movió con un bostezo.

-Lo lamento, no quise despertarte.-Dijo él.

Ella sonrió.

-No importa.

Rupert la estrechó con fuerza.

-Bien... Anoche estábamos hablando de algo...

Emma se sonrojó.

-No recuerdo.

El pelirrojo sonrió.

-¿No? Entonces de seguro no te importará si husmeo en tu mesita de noche para sacar un cuaderno.

Rupert se estiró por encima de ella. Emma maldijo y le hizo cosquillas debajo del brazo, pero solamente consiguió que él sonriera victorioso.

-Ajá. Sabía que escondías algo. Y es tu novela, ¿no?

-Si lo dices así suena raro.

Rupert se inclinó sobre ella y la besó con dulzura.

-Nena, deberías dejar de intentar desviar mi interés. Primero, porque no está funcionando, y segundo, porque mi atención no está en la conversación sino en tus labios.

Emma sonrió y envolvió sus brazos alrededor del cuello de su esposo.

-Solamente intento que no leas lo que escribí, es todo.

-¿Para qué me dijiste si no quieres que lo lea? Si yo fuese músico, por ejemplo, no esperarías que te ocultara mi música. Insistirías tanto que tendría que ceder. Aunque luego de algunas caricias y besos, claro.-Rupert sonrió.-¿Eso es lo que quieres?

-Yo...

Emma no llegó a terminar su frase porque los labios de él se pegaron a los suyos como si fueran imanes de polos opuestos.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora