Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]

El motivo

"Picture:

You are amazing. You have more talent than anybody that I know. Somebody should tell you that everyday."

("Imagen:

Eres increíble. Tienes más talento que cualquiera que yo conozca. Alguien debería decirte eso todos los días.")

***

-Eres un soplón.-Lo reprendió Ally.

Arthur sonrió.

-Ayudé un poco a mi cuñado, ¿vale?

-¿Diciéndole a qué hora va a estar Daphne en su restaurante favorito? Me suena a demasiada ayuda. Demasiada.

Arthur puso los ojos en blanco.

-Vale. Como quieras. Al menos yo no seguí las instrucciones de un candado en un puente para encontrar a la supuesta novia muerta de un tal J.P. que no conozco.

Ally rió.

-Y YO tampoco lo hice. NOSOTROS lo hicimos. Y te recuerdo que gracias a eso nos hicimos novios y te acostaste por primera vez conmigo, así que no te quejes.

Arthur le sonrió. Se acercó a ella y le acarició el vientre con cariño.

-No lo haré.-Susurró antes de besarla.

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Ally acababa de guardar la última toalla en su lugar cuando se percató de que aún tenía que doblar todas las sábanas. Suspiró frustrada.

-¡Arthur!-Gritó.

-¿Qué?-Se escuchó la respuesta.

-¿Hay más sábanas limpias en el cuarto? ¿Para doblar?

-¡Sí! ¿Quieres que te las alcance?

Ally miró la pila de ropa para guardar. Tenía que acabar con todo eso antes.

-¡No! ¡Voy a buscarlas!-Gritó en respuesta.

Cuando hubo doblado todo se dirigió al cuarto para buscar lo que faltaba.

En cuanto la puerta se cerró tras ella comprendió que Arthur estaba allí.

-Ally...-Susurró.

-No puedo, Arthur, sabes que si estoy embarazada...

-No es eso.

Ella se dio vuelta y sus labios quedaron a milímetros de los de él.

-¿Entonces?

Él tomó aire y le acarició una mejilla.

-Sólo quería decirte algo. Mira, estamos por formar una familia, y pensé mucho en esto. Eres fabulosa. Eres la persona más talentosa que conozco. Amas lo que haces. Eso es genial. Y alguien debería marcarte esto todos los días. Por eso pensé en algo.

Arthur se alejó unos centímetros de ella.

-Y por cierto, no hay más toallas, fue una excusa.

Ally sonrió. Pero aún no entendía a dónde iba a parar Arthur con su discurso.

O al menos, no lo entendía hasta que se arrodilló frente a ella, sacó un anillo y le preguntó:

-Ally Smith, ¿te casarías conmigo?

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Daphne suspiró y se sentó.

-Hola, Daph.

Ella sonrió.

-Hola.

El recién llegado tomó asiento frente a ella.