¡¿QUÉ?!

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Arthur se quedó de una pieza.

-¡¿QUÉ?!

Lo que Helena acababa de decir no podía ser cierto... ¿O sí?

Maldijo el estúpido día en que dejó de preocuparse por el humor cambiante de ella.

La pelirroja miró a su cuñado.

-Arthur, es comprensible que estés confundido y hasta enfadado. Pero el motivo por el que Ally no sabe si la amas o no es porque no has notado una cosa sencilla como esa.

Will parpadeó.

-Ahora resulta que sí habrá otro Weasley...

Helena sonrió y le besó la mejilla.

-Tú tranquilo, Will. En cuanto quieras otro más me avisas.-Bromeó.-Pero no puedes decirle a Ally que sabes. Se supone que no se lo dije a nadie. Arthur, esto también va para ti. ¿Arthur?

Oh, sí señor. Arthur se había ido.

-¿Ahora dónde está?

***---***---***---***---***

Ally suspiró y se apoyó contra la puerta del baño, cerrando los ojos.

-Al, por favor abre.-Insistió Lyn.

-No puedo, Lyn, no entiendes...

Un grito de rabia se escuchó afuera.

-¡Daphne! ¿Con quién estás peleando?-Gritó Lyn.

Ally no alcanzó a escuchar la respuesta, pero al parecer Lyn sí, porque rió.

-Déjalo, pobrecillo. Debe estar desesperado en serio.

Daphne protestó a lo lejos.

La voz de Lyn se hacía cada vez más lejana, hasta que Ally escuchó cerrarse la puerta de su cuarto.

-Ally.-Dijo alguien desde afuera.

Ella suspiró.

-¿Qué estás haciendo aquí, Arthur?

-Sé que estás embarazada.

Ally esperó el "¿Por qué no me lo dijiste?", pero este nunca llegó.

-¿Estás bien, Al?

Ella suspiró.

-No lo sé. Es difícil saberlo.

-¿Te molesta tener otro hijo?

-No en realidad. Tú eres quien me preocupa.

-¿Yo? ¿Crees que no estoy listo para ser padre?

-No. Creo que no podrás soportarme a mí, a Steve y al nuevo integrante al mismo tiempo. Seremos demasiados.

-Es mi familia, Al. Es todo lo que importa. Porque es hijo mío, ¿verdad?-Bromeó Arthur.

Ally sonrió.

-No sabría decirte.

-Vamos, sé que eres completamente obediente con tu novio y no podrías engañarlo.

Ella volvió a sonreír.

-Ahora, nena, quiero que escuches. Escucha muy bien.

-No. Tú escucha. Tienes que saber lo que siento por ti. Te lo he dicho muchas veces y siento que, además de dudar tú, estaba dudando yo. Tengo que decirlo en voz alta para convencerte.

Arthur no dijo nada por unos segundos.

-Si no quieres hablar, no es necesario que lo hagas...

-Sí. Es necesario.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora