Heridas

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Rupert despertó llorando. Su princesa...

Miró a su lado, esperando por un milagro del cielo que Emma estuviera allí, con él. Pero no. Estaba solo.

Cerró los ojos y se concentró en su respiración para no hacer lo mismo con el dolor que le quemaba el pecho.

Tomó su teléfono. No tenía ni llamadas ni mensajes. ¿Cómo se suponía que iba a enterarse del estado de Emma si no lo llamaba?

-Papá.

Rupert alzó la vista. Jack estaba en la puerta.

-Pasa.

Jack se acercó y se sentó junto a su padre.

-Si es por lo de la escuela, no se preocupen. Voy a llevarlos y...

-No es eso.

-¿Entonces?

Jack suspiró.

-Vine a ver cómo estás, papá.

Rupert suspiró. Jack se acostó a su lado y lo abrazó.

-No te sientas mal. Mamá va a estar bien. Ella misma seguramente te lo dijo.

-Sí, pero...

-Sé que te preocupa mucho, pero no debes quedarte triste aquí. Olvídate de la escuela. Ve con ella.

-No puedo. Me dijo que los llevara y que no lo olvidara.

Jack miró a su padre.

-Tienes los ojos de tu madre.-Susurró Rupert.

-Harry Potter te hizo mal, papá.

El pelirrojo sonrió por primera vez.

-¿Eso crees?

-Ajá.

-Me casé con tu madre por Harry Potter.

-Lo sé. Lástima para ti que no tuvieron que grabar la parte de la concepción de Rose y Hugo.

Rupert rió.

-Emma hubiera muerto de vergüenza.

-Tú no.

-Probablemente sí al principio, pero una vez que ya la cámara registra más ruidos que otra cosa, no, no tendría vergüenza.

-¿Grabaste una escena así?

-Sí. En Thinking of you. Los dos la grabamos juntos.

-¿Lo disfrutaste?

Rupert intentó ignorar el hecho de que esa noche lo habían secuestrado y casi asesinado, y asintió recordando sus manos deslizarse por la suave piel de su esposa...

Tal vez no volviera a sentirla nunca...

La voz de Jack alejó sus lamentables pensamientos.

-¿Cómo conquistas a una chica?

Se quedó pensativo antes de contestar.

-Buena pregunta. No lo sé exactamente. Creería que debes ser tú mismo...

-Pero si tienes algo que hizo que mamá se enamorara de ti, quiero saber qué es.

-Tengo ojos verdes.-Bromeó su padre.

-Hablo en serio.

-¿Quién te gusta, Jack?

Él negó con la cabeza.

-Nadie. Es solamente curiosidad.

-Si tú lo dices... Pues... Creo que la sonrisa es fundamental. No en sí misma, sino en lo que expresa. Puede mostrar desde alegría hasta tristeza. No hay nada más sincero que una sonrisa triste.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora