Felicidades

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Madeleine, Helena y Emily llevaban una semana planificando el cumpleaños sorpresa de su madre con ayuda de Julie, Bonnie y Evanna. Seguro que, con el viaje y el estreno, Emma ni siquiera recordaba que era su cumpleaños.

El quince de abril se despertaron muy temprano. Las niñas ya habían pasado la noche en lo de Julie, igual que Bonnie y Evanna, que se les habían unido. Ahora desayunaban mientras esperaban a Helena.

Maisy bostezó.

-Mais, no te duermas. Vas a caerte sobre las tostadas.-Le indicó Emily moviendo la manteca de donde estaba para que no se Maisy cayera sobre ella.

-Lo siento... Tengo sueño...

Julie le sonrió amablemente.

-Puedes ir a dormir un rato más. Te despertaremos cuando llegue tu madre.

Maisy bostezó y asintió. Se marchó a su cuarto.

Bonnie y Evanna se miraban.

-¿Estás pensando lo mismo que yo?-Preguntó Evanna.

Julie se golpeó la frente. Si esas dos se unían podía ser todo muy desastroso...

-Tranquila, mamá.-Dijo Bonnie dándole un beso en la mejilla.-No romperemos nada, prometido.

Ella rió.

-Son peligrosas... Recuerdo cuando en el set se fugaban para jugar con la utilería. Teníamos que reprenderlas todo el tiempo. Y eso que eran las preferidas de Joanne.

Bonnie sonrió.

-Pero a Evanna siempre la adoró. Igual que a Emma...

-Y a ti. Tú no eres la excepción. No tienes idea de la cantidad de veces que te salvaste de un castigo porque Joanne intervino.-Añadió Julie.

Evanna rió.

-Vale, admito que era divertido, pero no tanto como lo que hacían James y Oliver.

Julie suspiró exasperada.

-Cierto. Nunca olvidaré el día en que se les ocurrió cambiar de papeles y tuvimos que hacer todo otra vez.

-¿Cómo lo descubrieron?-Preguntó intrigada Madeleine.

Julie sonrió.

-James hacía de Fred y Oliver de George. Los dos eran demasiado bromistas, como sus personajes. Fue cuando estábamos grabando una escena que se les ocurrió fingir que James era Oliver y Oliver era James. Yo los descubrí. En ese momento James se había caído y tenía un raspón en la mejilla, que cubrían con maquillaje. Mientras grababan, se pasó la mano por la cara y decubrió el raspón un poco. Le dije al director sobre su intercambio y se puso furioso. Joanne y los demás, en cambio, reían sin parar. Igual que yo. Creo que James siempre se sentió mal por haber arruinado su juego. Tal vez de no ser por ese gesto no nos hubiéramos dado cuenta.

-Eres una genio, abuela.

Julie sonrió.

-Gracias.

-¿Y mamá y papá qué travesuras hacían?-Preguntó Emily.

-Se encerraban en el ático a jugar ajedrez. Decían que ahí no los molestaba nadie. Se habían llevado hasta comida. Una vez no podíamos encontrarlos. ¿Recuerdas, Mark?

Él asintió.

-Sí. Recuerdo.

-El director casi los mata cuando los vio aparecer. Que quiénes se creían para asustarnos así, que eran unos irresponsables... Creo que nunca volvieron a esconderse allí. En especial porque ya todos conocían su escondite.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora