Las cosas buenas siempre suceden dos veces

602 49 43
                                    

-Okey, calma todo el mundo. Rupert, sobre todo para ti.

Las manos del pelirrojo sudaban.

-Es que no puedo calmarme, Dan. ¿Y si olvido los votos o lo que tengo que decir o si ella se arrepiente a último momento y...?

-Nada de eso. Todo va a salir de maravillas. Estamos hablando de Emma, por favor. Siempre todo sale perfecto si ella está organizando. Además, estás descontando un factor.

-¿Cuál?

-Papá... ¿Qué es todo este revuelo?

Dan sonrió mirando a Emily.

-Ese factor, Rupert. Tus hijos.

El novio se agachó para ver a su hija.

-¿Qué pasa, Emmy?

La pequeña miró a su alrededor.

-No entiendo qué está pasando... ¿Por qué tanto revuelo? ¿No era que iban a casarse mamá y tú?

-Pues... Sí.

-¿Entonces? En las películas de princesas nunca hacen todo este lío.

Rupert sonrió.

-Lo sé. Pero en las películas de princesas las cosas son diferentes. Tú nunca estuviste en ninguna boda excepto dos o tres. No sabes lo que fue la nuestra la primera vez.

-Tu papá sudaba como un cerdo.-Dijo Dan.

Emily frunció el ceño.

-No te metas con los cerdos. Ni con papá.

Rupert rió.

-Gracias, nena. Ahora... ¿Crees que puedas hacerme un favor?

-Claro. ¿Qué pasa?

Dan miró hacia otra parte, seguro de que era un secreto entre padre e hija. De hecho, fijó su vista en su esposa, que, con la cámara colgada del cuello, sacaba una foto tras otra tras otra. Y más fotos.

-¿Puedes llevarle esto a mamá?-Preguntó Rupert dándole a Emily una nota.

La pequeña asintió.

-De acuerdo. Regreso enseguida, entonces.

Rupert se acomodó en su lugar y codeó a Dan.

-Oye, cuñado, quítale la vista de encima a mi hermana y presta atención.

Dan parpadeó.

-¿Cómo?

-No puede ser. Se volvió completamente loco.-Intervino una nueva voz.

-¡Bonnie!-Sonrió su esposo.

-Hola, Dan. Rupert, te volviste loco del todo si acabas de darle a tu hija unas palabras para que lea. Es demasiado pequeña, no sabe leer bien.

Rupert sonrió.

-Por eso se la di. No es para que lea, es una nota para Emma.

-¿Es que no pueden pasar tres minutos sin besarse?

-Nop.

Will se acercó a ellos.

-Lamento la interrupción, pero querrán escuchar esto.

Rupert se metió un dedo en el cuello de la camisa para respirar un poco.

-Dime.

-Los invitados ya llegaron.

El pelirrojo empezó a temblar. Dio un paso y casi se cae. Lo sostuvo su hijo mayor, Ryan, que casualmente pasaba a su lado y lo atrapó antes de que se cayera.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora