Capítulo 37.

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Harry

Abrí mis ojos e inmediatamente mi mirada viajó hasta el ángel que reposaba entre mis brazos, enrollado a mí como un Koala. Una expresión de extrema ternura se formó en mi rostro en el instante en que lo vi, mientras que este hacia pequeños pucheros y se removía en la cama, buscando una posición más cómoda.


Me fue imposible no sonreír, más aun cuando tenía a ese pequeño rayo de sol presionándose tan cerca de mí, quemándome con su tacto. Sus parpados levemente cerrados y su respiración pausada le daban esa aura angelical y tranquila que suele poseer. Podía sentir su pecho cerca del mío, mientras que su respiración chocaba contra mi piel, erizando cada vello de mi cuerpo.


Verlo de esa manera solo me hacía querer amanecer cada mañana así, junto a él, abrazados como si nuestra vida dependiera de ello. Después de eso, ya no desearía nada más, porque ya lo tendría todo. Por supuesto, Niall es todo lo que deseo y quiero en mi vida, sin él mi felicidad no es completa... o mejor dicho, sin él no tengo felicidad.


Sonreí enternecido y le atraje un poco más cerca, viendo como sus labios se curvaban hacia arriba, en una sonrisa. Sus brazos me rodearon más fuerte, mientras que su sedoso cabello caía sobre su frente con despreocupación, esparciéndose por mi pecho. Me tenté y entonces enredé mis dedos entre su rubio cabello, sintiendo la suavidad entre mis dedos. Niall parecía un cachorrito recién nacido, buscando más contacto.

 
Pasé la yema de mis dedos por sus coloradas mejillas, sintiéndolas extremadamente calientes y suaves. Niall sonrió, una pequeña sonrisa que hizo que todo mi corazón se acelerara. Continué acariciando sus mejillas con lentitud, dándome un momento para sentir la deliciosa sensación de su piel, y de paso admirar la maravillosa criatura que tengo el placer de tener junto a mí.


Sin duda, no hay persona más hermosa que Niall en este mundo, nunca en la vida. Es perfecto, de la cabeza hasta los pies, y me siento tan jodidamente suertudo por tener la dicha de decir que es mi novio, y que es mío y de nadie más. Irradia belleza y perfección por donde va, y sin duda es algo que en cierto punto no me favorece, ya que, con tanta hermosura viviendo en este mundo, siempre hay un lobo hambriento que quiere hincar su diente en él.


Es asquerosamente insoportable tener que lidiar con todas esas personas que se quedan mirando a Niall de una forma para nada inocente, en especial los hombres. Joder, lo peor de todo es que Niall parece no darse cuenta de cuán atrevidos pueden ser en el momento en que intentan comérselo con la mirada, y soy yo quien tiene que poner cartas en el asunto.


Obviamente sé que Niall no les presta atención, pero aun así la sangre me hierve y no puedo evitar enojarme de más cuando veo que están morboseando a mi novio. Me dan unas horribles ganas de tomar a Niall y encerrarlo en una cajita de cristal para tenerlo solo para mí y que nadie más se deleite con su belleza. No es una mala opción después de todo.

 
Escuché una leve risa proveniente de Niall, y fue entonces cuando mi mirada viajó hasta su rostro. Este no estaba despierto, y parecía que no tenía ganas de despertar en un largo rato. Fruncí el ceño, sin saber si la risa que había escuchado había sido solo imaginación mía o en realidad había salido de los labios de Niall.


Le miré fijamente por unos cuantos segundos, y entonces este volvió a reír, esta vez removiéndose un poco. Reí por lo bajo, descubriendo que Niall en realidad estaba teniendo un sueño y que no me estaba volviendo loco como creí. Quise saber al instante que estaba soñando, pero entonces decidí esperar a que este despertara para no perturbar su tranquilo sueño.

Juego de venganzas -NarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora