Juego de venganzas -Narry

Capítulo 17.

Niall


 

Aun no podía creer lo que estaba pasando, estaba en shock. Que alguien te encierre en un auto y te diga que ahora deberás tener sexo con él no es algo normal, mucho menos viniendo de Harry, es totalmente loco.

 
Harry me observaba con picardía y malicia. Lo único que podía hacer era retroceder en mi asiento, algo imposible, ya que estaba completamente pegado a la puerta del auto. Ya no había nada más que correr, estaba perdido.


 

Mis ojos miraban con detenimiento a Harry, buscando alguna señal de broma o burla, pero no era así, era completamente en serio, y eso me aterra. No es como si no quisiera hacerlo con Harry, joder, él es más que sexy y follable, pero aún sigo creyendo que esta es una maldita y asquerosa broma. Es Harry, cualquier cosa puedo esperar de él.


 

Harry se subió a horcajadas sobre mí, quedando peligrosamente cerca de mi cuerpo. Su sonrisa se iba ampliando por segundo, mostrándome sus blanquecinos dientes. Mi respiración empezaba a parecer irregular, mis manos sudaban y mi corazón palpitaba con fuerza en mi pecho, como si quisiese salir.

 Harry tenía los ojos cerrados, mientras que nuestras frentes permanecían unidas. Su respiración era agitada, y su pecho subía y bajaba al ritmo de esta. Varios mechones de pelo colgaban en su frente, provocando cosquillas en mi rostro.



 
Abrió los ojos finalmente y sonrió de medio lado al verme. Sus manos curiosas fueron a parar a mi pecho, el cual estaba cubierto por la camiseta. Con suma delicadeza, y sin quitarme los ojos de encima, fue desabrochando mi camisa, botón por botón. Solo la desabrocho hasta la mitad, dejando gran parte de mi pecho descubierto. Lo mire a los ojos con miedo y confusión, sin entender aun su comportamiento.



 

-Harry... yo –Susurre con suavidad. Harry me puso un dedo en los labios y murmuro un "Shh". Hice caso a su petición, quedándome callado finalmente.

 Me sentía completamente indefenso debajo de Harry, este solo me observaba con lasciva y malicia, mientras que yo solo podía pensar si esto era un sueño o realmente estaba pasando.



 

Las manos de Harry fueron a parar directamente a mi pecho, pero sin moverse de allí, solo las dejo quietas. Con tan solo ese simple tacto sentí mi cuerpo estremecerse, y como mi estómago daba un revuelco.

Empezó a desplazar sus manos por todo mi pecho con cuidado y delicadeza, explorando con sus dedos cada rincón de mi abdomen. Sentía corrientes eléctricas recorrer todo mi cuerpo y como mi corazón explotaría en mi pecho en cualquier momento. Una de sus manos se cerró sobre uno de mis pectorales, apretándolo con saña y brusquedad. Con sus dedos empezó a delinear cada parte de este, como si fuese un tipo de dibujo o algo así.

 Cuando termino de desabrochar mi camiseta iba a quitármela, pero una de mis manos atrapo la suya con nerviosismo. Harry me sonrió con picardía, para luego retirar mi mano suavemente y continuar con su labor. Retiro mi camiseta con lentitud, como si quisiese hacerlo de esa forma solo para torturarme. Quise desabrochar su camiseta, pero este negó con la cabeza y quito mis manos de su cuerpo.



 
-No, claro que no, soy yo quien manda aquí –Murmuro con la voz ronca. Me quede callado en mi lugar, sin hacer o decir algo al respecto, solo asentir. Ahora es cuando me recrimino lo idiota y débil que parezco, como un pequeño niño indefenso y sumiso.



 
Harry se acercó peligrosamente a mí, quedando a pocos centímetros de mi rostro. Podía sentir su respiración chocar contra mi nariz, pero eso simplemente no me importaba. Los orbes verdes de Harry me observaron fijamente, y luego miraron mi cuello, el cual pareció haberle interesado, ya que no le quitaba los ojos de encima.



 
-Ahora pagaras por haberme dejado estas –Señalo su cuello. Fruncí el ceño, sin saber que era lo que trataba de mostrarme. Este se destapo, dejando a la vista los lindos chupones y las mordidas que le había hecho. Reí entre dientes, sintiéndome orgulloso de haberle dejado aquellas marcas.