Capítulo 35.

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Harry.


 

El silencio que reinaba en el lugar era intenso y perturbador. Se podía sentir la tensión en el ambiente, la incomodidad que emanaba de nuestros cuerpos se podría cortar con una tijera. Quería acercarme, quería abrazarle y explicarle todo lo que preguntaba de una manera concreta, pero ni siquiera sabía de qué forma hacerlo.


La pregunta me había dejado desconcertado. Nunca pensé que volvería a hablar de lo que pasó entre Daniel y yo, mucho menos que alguien lo supiera. Juré que nunca iba a mencionar ese tema, que quedaría en el pasado, pero ahora estoy aquí parado, frente a la persona que más quiero en el mundo, listo para darle una explicación que no sé cómo empezar.



 
¿Qué puedo decirle? Nunca planeé que diría en una situación como esta. Ni siquiera se me llegó a pasar por la cabeza que iba a estar en estas condiciones, fue algo a lo que nunca le tomé importancia, ya que estaba convencido de que nadie se enteraría.


 

El imbécil de Daniel y yo llegamos a un acuerdo, o bueno, al menos yo le obligué a que aceptara mis condiciones. Ambos prometimos que nunca en la vida, alguien sabría sobre la pequeña "relación" que hubo entre nosotros dos, y ahora el muy cínico le contó a Niall, y todo porque no soporta que yo tenga su amor, el que él desea.


Ahora es cuando me arrepiento de todo lo que hice en el pasado. Si no me hubiese metido con Daniel solo por arrebatarle el puesto que tanto quería, entonces no estaría en esta situación, con un Niall triste y decepcionado. Joder, estaríamos acurrucados en mi cama o en la suya, o quizás viendo una película en el cine.


Fui un imbécil, y aun lo sigo siendo.


-Quiero que me respondas –Demandó Niall con un tono de voz autoritario y seco, un tono que me caló los huesos y me hizo plantear seriamente que era lo que pasaba por la cabeza de Niall en estos momentos.


-Yo... -Intenté responder, en serio que lo intenté, pero las palabras parecían quedarse atoradas en mi garganta.


Niall ladeó la cabeza y se cruzó de brazos, aun con esa mirada fría y aniquilante sobre mí, taladrándome con sus hermosos ojos azules. Podía descifrar lo que su mirada decía, y no había más que dolor y cierto enojo en ella.


-Yo te explicaré todo ¿Ok? Pero por favor, cálmate –Pedí en voz baja, intentando acercarme a él para calmarle un poco, ya que podía ver el temblor de su cuerpo y la fuerza con la que apretaba sus puños.


-Estoy calmado –Masculló entre dientes, con su mandíbula tensa, lo que me indicó que estaba mintiendo y que verdaderamente solo quería matarme.


-No, no lo estás –Me miró fijamente a los ojos y un brillo de furia destello en los suyos, lo que me hizo detener en medio camino.


Me volví a quedar de pie, a un metro de distancia de su cuerpo, acomodando en mi mente todos los acontecimientos para no cometer algún error.



 
-No me digas como estoy, yo sé cómo me siento –Amenazó con dureza, dejándome un poco desconcertado y sorprendido por la rabia que desprendía de su cuerpo.

Juego de venganzas -NarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora