Capítulo 41.

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Niall

 



No era plenamente consciente de lo que hacía, me movía por impulso y me dejaba llevar por el extraño y alocado latir de mi tonto corazón. La lujuria y el deseo me habían vencido, y mi mente se encontraba nublada por una capa de excitación que se extendía a cada rincón de mi cuerpo. La poca fuerza de voluntad que minutos antes logré mantener se fue por la borda, al igual que la promesa que me había hecho a mí mismo y al propio Daniel de alejarme de Harry.


 

Tener sus labios sobre los míos, devorando todo a su paso y moviéndolos con salvajismo y fiereza, era lo mejor que me había pasado en lo últimos días. Su duro y musculo pecho rozando el mío y sus manos furtivas deslizándose sigilosamente por mis muslos me volvían loco. Su respiración agitada me golpeaba la nariz y el olor a sudor y sangre me bloqueaba los sentidos, haciéndome perder largos minutos de la realidad. Podía sentir el sabor de su sangre en mi boca, además de la mía propia. Nuestros pechos estaban empapados de aquel líquido rojo que minutos antes salía con intensidad, y el dolor de las heridas mezclado con la excitación se veía reflejado en nuestros rostros.



 

Acaricié su cabello suavemente, deleitándome con los jadeos que dejaba escapar de su boca, logrando que una sonrisa un tanto picarona se formara en mis labios. Podía sentir su hambrienta lengua escabulléndose en mi boca, explorando sin cansancio cada rincón escondido, robándose cada suspiro y jadeo que salía de mi garganta, dejándome sin aliento. El corazón tamboreaba estruendosamente en mi pecho y mi cuerpo se sacudía en espasmos de placer y deseo.



 

Sentir su cuerpo presionándose lo más cerca posible contra el mío y calor abrazador que desprende me hacen querer más y más, me hacen desear que me tome aquí y ahora, sin importar quien pueda sospechar de que la puerta del baño esté cerrada. Ahora solo puedo pensar en Harry y sus besos, Harry y sus caricias, Harry y las marcas de su lengua deslizándose dulcemente por mi cuello, haciéndome gemir y estremecer.



 

Todo él es adictivo, y solo deseo que me de más de ese salvaje beso que me dejaba sin respiración y me oprimía el pecho, ya que sabía que después de aquello me estaría arrepintiendo el resto de mi vida por haber caído otra vez en los dulces encantos de Harry.



 

-Oh, Harry... -Gemí en su oído, notando el violento estremecimiento de su cuerpo. Jalé su cabello hacia atrás con fuerza y este gimió, sus ojos llameantes y llenos de pasión y deseo encendían esa llama ardiente que quemaba todo mi interior con tan solo verle. Sus ojos verdes, ahora oscurecidos por la calentura del momento, me inspeccionaba fielmente, haciéndome sentir cohibido y algo nervioso. Una sonrisa socarrona y encantadora cursó sus labios antes de que sus dientes y su dulce boca volvieran a hacer de las suyas en la piel de mi cuello, marcándola.



 

-Extrañaba que g-i-m-i-e-r-a-s m-i n-o-m-b-r-e... -Gimió en mi cuello con la voz entrecortada, temblando de placer al sentir mis manos en su entrepierna, tocando sin pudor y algo de malicia aquel lugar que tanto me encantaba. Su lengua se movía cuidadosamente por el lóbulo de mi oreja, haciéndome vibrar con cada movimiento. Este se restregaba a propósito contra mi mano, buscando más caricias de mi parte en aquella zona abultada, gimiendo al sentir el toque de la palma de mi mano abierta extendiéndose en todo su esplendor a lo largo de su miembro. La forma en la que su espalda se arqueaba y la respiración se quedaba atorada en su garganta me demostraba cuán a gusto se sentía con que hiciera aquello.



 

Gemí y blanqueé los ojos cuando sus dedos apretaron dulcemente mi trasero, deshaciéndome en espasmos y temblores que recorrían cada vena de mi cuerpo. Busqué sus labios con algo de desespero y jadeé de puro gusto al sentir su furtiva y rápida lengua enrollándose a la mía, encajando a la perfección. Sus gemidos ahora eran un poco más escandalosos, a medida que iba apretando su entrepierna, algunas veces más fuerte y algo brusco, y otras un poco más suave y lento, tentándolo a propósito.

Juego de venganzas -NarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora