Capitulo 8. Maratón 1/3

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Harry


Respiré hondo una vez más. Revisé mi celular, tenía como 20 llamadas perdidas de Britanny y 10 mensajes, aparte de Ana que debe estar muy preocupada por mí.



 
Llevo dos horas en mi auto pensando en todo lo que ocurrió esta noche, aún me tiemblan las manos. Las imágenes de Niall llorando, Niall gimiendo de dolor, su rostro magullado, se filtran en mi cabeza una y otra vez, torturándome. Me siento culpable y totalmente preocupado. ¿Y si está muerto? No, eso no puede ser ¿O sí? Cuando salí corriendo lo había dejado inconsciente, pero no creo que sea razón para que muera. ¡Oh, joder! No quise llegar tan lejos, en realidad los primeros golpes fueron parte de mi venganza, nunca planeé destruirlo o matarlo, mucho menos dejarlo en el maldito estado en el que lo dejé. Pero cuando lo estaba golpeando la vista se me nubló, y de un momento a otro no veía a Niall, estaba viendo a mi padre, luego a mi madre; varias imágenes mías se proyectaron en mi cabeza en ese momento. Ana y yo en navidad solos, en mi cumpleaños llorando en mi habitación, mi primer día de escuela como un niño solitario y raro, los primeros años de mi adolescencia donde necesité más que nada a unos padres que estuvieran para mí en todos los cambios que surgieron en mi vida y que cuando intentaba contactar con ellos solo me ignoraban y me decían "Ahorita no Harry, estamos muy ocupados".


 

Una lágrima silenciosa bajó por mi mejilla, casi sigilosamente, mientras que sonreía con tristeza. En ese momento no pensaba en que estaba golpeando a Niall, en ese momento solo estaba sumiso en la ira y el rencor que tengo hacia mis padres; la rabia y la soledad que me ha consumido todos estos años por mis padres. En ese momento no era consciente de que quien pagaba las consecuencias de lo que mis padres había hecho era el pobre Niall. No me estoy justificando por lo que hice, porque claramente quería golpearlo desde un principio, la venganza era algo que se iba a realizar de igual forma, pero jamás pensé llegar a tal extremo.


 

Aunque en sí, no es mi culpa, la culpa es de mis padres... sí, esos insensatos que me trajeron al mundo solo para que sufriera, para vivir infeliz, para ser desdichado, porque eso es lo que soy. Siempre estoy sonriendo fingidamente, me hago el fuerte aunque por dentro estoy destrozado, acabado. Nadie sabe cómo me duele oír de la boca de mis compañeros esas frases que quizás yo siempre quise pronunciar. Cada vez que decían "Lo siento, este fin de semana no podré salir porque tengo una cena con mis padres" o "Mi padre me ha castigado, no puedo" "Estaba tan mal ayer, y desde que hablé con mi madre, me siento mejor" "Amo a mis padres, daría la vida por ellos". Todas y cada una de esas frases duelen, duelen como una puñalada en el corazón. Cada vez que escucho a los chicos decir "Odio a mis padres, siempre se entrometen en mi vida, ojalá me dejaran en paz" solo puedo pensar que son unos malditos malagradecidos. Tienen todo lo que cualquier joven o niño desea, tienen lo que yo no, y aun así se quejan.


 

Entonces me pregunto algunas veces, ¿Qué se siente tener padres? ¿Qué se siente que te abracen y te besen con cariño, qué te lean cuentos en las noches, qué te lleven leche y galletas en las mañanas, qué te ayuden a hacer las tareas, salir con ellos a pasear, salir de compras, qué te den consejos y te cuenten sus experiencias de vida, que te reprendan y te digan que algo está mal, que cuando haya un problemas te ayuden a solucionarlo, que te digan "Te amo" cada día, que siempre te acompañen, sentir un apoyo, sentir que cuando algo en tu vida sale mal tienes a alguien que te ayudara a levantarte de las malas caídas? ¿Qué se sentirá eso? No lo sé, jamás he tenido la dicha y la suerte de sentir que es el amor hacia unos padres. Jamás he tenido el cariño que tanto deseé, jamás pude crecer en una familia con principios y valores como lo son en los cuentos de hadas. Es triste, lo sé, pero no es como si acordándome de mi amargo pasado fuera a solucionar toda la mierda que he hecho hasta hoy.


 

Lo que importa ahora es que Niall debe estar claramente en un hospital, quizás debatiéndose entre la vida y la muerta si la golpiza fue grave y yo podré ir a la cárcel si llega a morir. Pero lo peor de todo esto es que lo que menos me asusta es ir a la cárcel, lo que si me tiene la cabeza hecha un lío es él, Niall. Siento un agujero en el pecho, ganas de llorar, siento que en cualquier momento me voy a hiperventilar y solo tengo ganas de salir corriendo a cualquier hospital de Londres a averiguar si Niall está bien y asegurarme de que está vivo.


 

Odio sentir cosas extrañas que nunca antes había sentido, y que ahora que llega este pendejo a mi mundo; lo cambia todo. Odio sentir "Preocupación" como le dice Ana. Nunca antes lo había sentido, con nadie, ni con Ana, y ahora siento como mi corazón late a un ritmo veloz y como las manos me tiemblan sin control por querer saber cómo se encuentra Niall... ¡Joder, debo saberlo! debo saber cómo esta, sino la culpa y el remordimiento no me dejarán vivir tranquilo. Y no debería ser así, debería estar satisfecho riéndome de lo patético que Niall se podría haber visto al otro día con el rostro destrozado, pero todo fue al contrario, ahora estoy aquí en mi auto, preocupado, cuando debería estar en una puta fiesta follando con Britanny, quien no deja de llamarme y ya me tiene hasta los huevos. ¡Es demasiado intensa! Aunque la entiendo, la dejé plantada.


 

Pero eso no es realmente lo que me importa ahora, en mi cabeza hay solo una sola persona, y sí, su nombre costa de 5 letras. "Niall".


 

*


 

Estacioné mi auto a unos metros de mi casa, no quería que ninguno de los guardaespaldas me viera y avisaran a Ana. Sé que estoy siendo cruel, pero lo que menos quiero ahora es hablar con Ana, porque sé que me atacará con sus preguntas, además, estoy lleno de sangre, debo escabullirme por algún lado para que no me vean. Lo que en realidad no se es como hacerlo, mi maldita casa está totalmente blindada, cualquier movimiento sospechoso y quedaré atrapado.


 

Mi celular volvió a vibrar como por 90 vez, suspiré frustrado y contesté, preparándome para la cantaleta de Britanny y sus gritos.


 

Juego de venganzas -NarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora