Capítulo 26.

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En cuanto me levanté por la mañana ante el sonido de la alarma en mi celular, noté dos cosas: a) que Harry se había ido; y b) que había una flor al lado de mi cama junto con una nota. Sonreí como el gato Cheshire y rápidamente me incorporé para oler la flor a mi lado. Suspiré su aroma, y pese a no saber qué flor era, sentía que ya la había visto antes. Tomé la nota, desdoblándola para leer el mensaje, que segundos después hizo que mi sonrisa se ampliara aún más.

"Buenos días, dormilona. Quiero decirte dos cosas: la primera, que luces terriblemente sexy con tus shorts de pijama; y la segunda, que tuve que salir para no levantar sospechas, tu sabes... Matt y tu madre. Como sea, nos vemos en un par de horas.
PD: si tenías curiosidad, la flor es un narciso.
─Harry."

¿Había alguna mejor manera de iniciar el día? No lo creo.

─*─

─¿Qué hay, nena? ─Alice llego a mi casillero, golpeando su cadera contra la mía levemente y haciendo sonar el "nena" casi como "nigga". Reí un poco. Pero después caí en la cuenta que debía responder a su pregunta, y dudé entre contarle sobre lo sucedido ayer con Harry, pero finalmente decidí que sería mejor no decirlo. Después recordé lo sucedido en el baño, con Olivia, pero también deseché la idea. Lo bueno era que el golpe contra el lavabo pudo cubrirse con maquillaje.
─Nada nuevo ─respondí finalmente. ─Ayer te extrañé.
─Hablando de eso, ¿qué paso ayer? No te vi en biología, y supe que te llevaron a detención.
Me mordí el labio, ¿debería contarle al menos una pequeña parte? Sí.
─Bueno, fui a detención porque me salté biología.
─¿Y se puede saber el motivo? ─preguntó ella, yo cerré mi casillero y comencé a pensar en una excusa que pudiera salvarme por el momento. Finalmente dije:
─Estaba haciendo un amigo.
─¿Es guapo? ─me codeó ella mientras comenzábamos a andar y yo reí por lo bajo.
─Bueno, si el conserje te parece atractivo, supongo que sí.
Alice arrugó la nariz y frunció el ceño ante lo que acababa de decir, y yo solté una carcajada ante su expresión de asco. Aunque Joe no fuese atractivo, tampoco era feo, simplemente viejo.
─No sabía que te gustaban los mayores.
─Idiota.
Finalmente rió, y supe que me había librado de ésta por el momento. Nos despedimos, yendo a nuestras respectivas clases.

Las primeras horas fueron eternas, sin Harry en ninguna clase sentía que el tiempo pasaba más lento, aunque tal vez solo fuera mi paranoia de saber que no lo vería, probablemente, hasta el descanso. Después de todo, dicen que mientras más ansías que avance el tiempo, más lento va.

Finalmente cuando la campana se escuchó en toda el aula, todos corrieron hacia la cafetería, ansiosos por liberarse un poco del estrés de las primeras clases. Y admito que ésta vez yo también corrí ansiosa.

En cuanto entré a la cafetería, no sabía si sentirme feliz o decepcionada, o las dos cosas al mismo tiempo. Alice estaba en nuestra mesa de siempre, con Alex frente a ella... Ni una señal de Harry en todo el lugar. Suspiré avanzando hacia Alice y Alex, y sentándome rápidamente al lado de mi amiga. No es como si no quisiera sentarme junto a Alex, pero ahora estaba con Harry (o algo así), y se sentiría raro, supongo.
─Hola, Ellie ─saludó Alex en cuanto me senté, con su casual sonrisa de comercial y una papita entre sus dedos. Le sonreí de vuelta, aunque con menos entusiasmo.
─Hola.
─Ellie, Alex y yo estábamos pensando que sería buena idea que ustedes dos salieran en una cita ─exclamó Alice con alegría mientras embarraba su papa frita con cátsup. Tragué saliva. Esa no era buena idea.
─Eh... ─no sabía qué decir y tampoco quería ser grosera, pero Alice no pareció escucharme porque siguió hablando, como pensando en voz alta mientras se llevaba sus papitas a la boca.
─Sólo piénsalo, harían una hermosa pareja. Ellie y Alex. Después pensaríamos en la forma de hacer que Silencio se quedara conmigo, y podríamos hacer citas dobles, ¿no creen? ─hablaba con tanto entusiasmo que por un momento me sentí feliz por ella. Hasta la parte donde dijo que Silencio (MI Harry) podría salir con ella.

No podía creer que Alice hubiera dicho eso, mucho menos frente a Alex. Pero entonces caí en la cuenta de que ella ya me había dicho que él le gustaba, y Alex era un medio para quitarme del camino que ella, imaginariamente, estaba creando para poder estar con Silencio (de nuevo, MI Harry). Jamás creí que lo que me había dicho en los baños, esa vez que se echó a llorar, fuera tan en serio. Todavía me rebotaban en la cabeza las palabras que yo le había dicho "Jamás te haría eso" y ella había respondido "Pero yo sí". Ahora no sabía qué pensar de Alice.
¿Qué podía protestar de aquello? Yo ni siquiera le había dicho que había besado a Harry, mucho menos que ahora estaba en una especie de relación con él.

Me ahorré de tener que darle una explicación en cuanto sentí a alguien sentarse a mi lado y después vi aparecer a los rostros de Zack y Lucian frente a mí. Entonces supe que Harry se había sentado a mi lado, y Zack y Lucian junto a Alex. Los ojos de los recién llegados recayeron en Alex, y me sentí un poco mal por él.
─Largo. ─dijeron los tres al unísono, y Alex abrió los ojos como platos ante la orden. No era petición, no era pregunta, era una orden, y admito que me sentí fatal. Él no merecía eso.
─¿Qué? ─preguntó Alex sin podérselo creer, pero las miradas de los chicos no dudaron ni un minuto. Me encogí en mi lugar.
─Hey, él es nuestro amigo ─protestó Alice desde su asiento, y en cuanto vio a Harry a mi lado, sus mejillas enrojecieron. "Puta", me sorprendí al pensar eso en mi cabeza, pero sabía que solo eran los celos. Maldita sea, era la peor amiga del mundo.
─No lo volveré a repetir. Podemos hacer esto por las buenas o por las malas ─sentenció Harry a mi costado y no pude quedarme callada por un segundo más.
─Sí ─dije con la voz pastosa. Todos los ojos se dirigieron a la mesa, en especial los de Harry, y Alex. ─Sí, quiero salir un día contigo, Alex.

En cuanto las palabras salieron de mi boca, supe que fue una mala idea. Alex sonrió con satisfacción y con un "te llamo después", se alejó de la mesa sin vacilar. No iba a preguntar cómo tenía mi número, porque imaginé que Alice se lo habría dado, y si no se lo daría de igual manera.

La mesa se quedó en un silencio tan largo que pensé que la había cagado de verdad, pero entonces sentí la respiración de Harry junto a mi oído y con su voz rasposa me susurró:
─¿Estás de broma, verdad?
Sentía mi corazón latir desenfrenadamente en mi pecho, y por un momento pensé que cualquiera en un metro a la redonda podría escuchar el vibrar nervioso de mis palpitaciones cardiacas. Tome una fuerte respiración antes de responder en un hilo de voz.
─Solo será una salida entre amigos.
Lo escuché bufar, o gruñir, o tal vez rugir porque se veía demasiado molesto, y ahí me abofeteó la realidad: la había cagado, y mucho.

Se levantó rápidamente de mi lado y dejando a mi lado un cartón de jugo de naranja (mi favorito) con una brusquedad que me hizo brincar en mi lugar, se dirigió a mí desde arriba, mientras yo lo miraba aún desde mi lugar.
─No lo entiendo, Noelle ─habló entre dientes, y sentí un temblor en mi mano cuando escuché mi nombre salir de sus labios. Cuando mi madre me llamaba Noelle significaba que algo iba mal, y con Harry se sentía lo mismo, pero peor. ─Parece que damos un paso adelante y dos hacia atrás.

Y dicho esto se marchó de la cafetería, atrayendo todas las miradas presentes hacia su figura, para después recaer en nuestra mesa (sobre todo en mí). Mi dedo meñique tembló, y sentí mis ojos picar. Todo era mi culpa. Noelle Jordan cagando las cosas desde tiempos remotos, había vuelto a aparecer.
Miré a Zack y Lucian, que me devolvieron la mirada con una disculpa y un poco de decepción en sus ojos. Finalmente miré a Alice que parecía un poco confundida, pero feliz a la vez. Supongo que era por haber cedido ante la invitación de Alex. Bueno, al menos alguien era feliz. Aunque no podía evitar sentirme algo traicionada por su parte.
─Bueno, ¿y eso qué fue? ─preguntó Alice como para tener algo que decir ante el silencio incómodo y yo solo agaché la cabeza.
─Te... Tengo que irme. ─tartamudeé, notando el nudo en la garganta y me levanté vacilante de mi lugar. Alice ni se movió, y pensé que ahora ella estaba siendo mala amiga, ¿pero qué podía hacer? Ella no sabía.
Sentí dos brazos rodearme a mis costados, y observé que Lucian y Zack me estaban sosteniendo, y a la vez dándome su apoyo. Me sentí indigna y no merecedora de su amistad.
─Iremos contigo ─apremió Lucian con una sonrisa triste, y yo negué con la cabeza.
─Solo llévenme a la sala del conserje, por favor. ─balbuceé mientras intentaba retener las lágrimas, y aunque ellos parecían no entender mis motivos por querer ir ahí, me llevaron sin hacer ni una pregunta.
─¿Y yo qué? ─el grito de Alice se escuchó a mis espaldas, pero yo no pude ni voltearla a ver.

En cuanto los chicos me dejaron frente la puerta del conserje, les di las gracias y entré sin decir nada más. Joe se encontraba en el mismo lugar que ayer, y en cuanto me volvió a ver en tal estado, la preocupación se alojó en sus ojos, y yo no pude hacer más que correr hacia él y echarme a llorar a sus rodillas.

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