Entramos lentamente por una puerta trasera desconocida para mí. Los chicos creyeron que tal vez en la puerta principal nos estuvieran esperando, así que la sorpresa sería nuestra mejor arma.
El problema era que todos sabíamos que nos estaban esperando, así que de sorpresivos no teníamos mucho.
-Revisaremos en los salones, ¿está bien? –susurró Harry a lo que todos asentimos. Comenzamos a caminar, Harry al frente, yo detrás de él y Zack y Lucian cubriéndonos. Pasamos varios salones sin señales. Pero en cuanto pasamos por el salón del conserje no pude evitar detenerme. Los chicos estaban revisando en un salón adelante, sin notar que me había quedado atrás. Así que con cuidado y tratando de hacer el menor ruido posible, abrí la puerta donde había conocido por primera vez a mi fiel amigo Joe.
La puerta se abrió sin chirridos ni trabas como suele pasar en las películas. Todo adentro estaba completamente oscuro. En realidad, todo el instituto en general estaba a oscuras. Así que saqué mi celular de mi bolsillo y alumbré un poco en el interior, y me adentré.
La puerta se cerró detrás de mí con suavidad e intenté calmar los latidos acelerados de mi corazón. Guardé silencio, esperando escuchar algún ruido. Solo escuchaba mi respiración. Iba a dar media vuelta para salir cuando algo captó mi atención. Algo como un quejido. Alumbré hacia donde estaba el escritorio de Joe, pero no vi nada. Otra vez el quejido. Alumbré a todas partes hasta que vi una pierna cubierta por unos jeans viejos y sucios en el suelo. Me acerqué a pasos lentos. Y ahí estaba Joe, amordazado y atado en manos y pies. El corazón casi me salta de alivio al encontrarlo. Tenía la cara amoratada y sangre brotaba de su ceja, pero seguía vivo. Gracias a Dios.
-Joe, ¡Joe! –susurré su nombre a gritos mientras me acercaba a él y lo abrazaba rápidamente. –Dios, lo lamento tanto.
Él comenzó a quejarse más y le siseé que guardara silencio.
-Te voy a sacar de aquí, lo haré, en serio. Lo siento, lo siento. –no paraba de disculparme mientras mi dedo meñique temblaba (el viejo tic antes de las lágrimas), solo que ahora no me avisaba el llanto, si no que yo ya estaba llorando como magdalena. Dejé mi arma en el suelo mientras sujetaba el celular con la boca y le quitaba las cuerdas de las manos y pies. Finalmente le quité el trapo que cubría su boca y me quité el celular de la boca. –Ya está, ya está, Joe. Lo siento mucho.
-No, Ellie. –tosió él, su voz sonaba ahogada y tomo mi rostro entre sus manos. La desesperación asomando sus ojos. – Es una trampa.-Sabía que usar a tu amiguito te traería aquí. –una voz nueva pero conocida me sobresaltó. Giré mi cabeza, moviendo el celular frenéticamente hasta encontrarme con el cuerpo de dónde provenía la voz.
-¿Alice? –pregunté con la voz ronca. Me incorporé, cubriendo a Joe con mi anatomía. Ella encendió entonces una linterna, alumbrándome con ella, cegándome unos instantes. Ella apenas se veía detrás de la luz, pero lucía asustada, la seguridad fingida se le notaba en la cara. Un arma ocupando su otra mano. -¿Qué estás haciendo?
-Lo que debo hacer. Ahora ven conmigo. –ordenó ella con la voz algo temblorosa. A pesar de que apenas la veía, le noté los ojos rojos. No entendía mucho.
-¿Y Joe? –pregunté mirándolo por sobre mi hombro, él ya se había puesto de pie. Alice señaló la puerta con la linterna.
-Él también viene. Andando.Coloqué el brazo de Joe sobre mis hombros, ayudándolo a avanzar. Alice iba detrás de nosotros, asegurándose que camináramos. Entonces me di cuenta que había dejado la pistola en el suelo.
En cuanto salimos, vi a Harry, Lucian y Zack siendo inmovilizados y conducidos por el pasillo. El único que forcejeaba era Harry, y en cuanto me vio dejó de moverse y los ojos se le abrieron como platos.
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Silencio.
RandomNadie sabe su nombre, nadie lo ve venir, camina como la muerte y lo hacen llamar "Silencio". La nueva en la ciudad, la única al que él parece notar. Ella, quien no sabe si hundirse o nadar, ¿se atreverá a adentrarse en los oscuros mares del amar?