No sé qué sucedió conmigo, simplemente me paralicé. No hice nada, y creo que Matt se frustró aún más debido a mi reacción. Cualquiera en mi lugar se hubiera puesto a gritar, llorar incluso, pero yo solo podía quedarme ahí sentada como una niña perdida repitiendo en mi cabeza constantemente "Silencio es un criminal. Siento algo por un criminal. Casi muero en BBG cerca de un criminal. Besé a un criminal. Un criminal. Un criminal".
No sabía dónde nos dejaba eso, dónde me dejaba eso a mí. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿Ignorarlo como lo había estado haciendo hace unos días? ¿Alejarlo de mí a toda costa?
Ese era mi debate. Porque pese a darme cuenta de que me gustaba un criminal, mis sentimientos no se vieron apagados debido a aquella confesión.
Tenía miedo, eso sí. Mucho miedo. Pero no de él, sino de las consecuencias que implicaba el hecho de querer estar cerca de él y de saber que de hacerlo pronto estaría muerta. Y Matt no me dejaría acercármele después de esto. ¿Qué tengo que hacer?
─¿Ellie? ─me llamó Matt mirándome a los ojos, pero yo miraba en un punto en el infinito que apenas me llamó, olvidé que lo había hecho. ¿Cómo podría alejarme de Silencio? Ya lo había besado, y él no parecía alejarse de mí de todas formas. Maldita sea.
─Necesito pensar las cosas ─hablé por fin, a susurros, no confiando plenamente en mi voz para hablar ─. Vete, por favor.
Y después de mi petición él se fue murmurando cosas sin sentido, o tal vez no les presté atención y por eso me sonaron como balbuceos. Porque lo único que ahora ocupaba mi mente era un solo pensamiento, que a mi parecer era bastante prematuro, pero igual no podía sacármelo de la cabeza: "Estoy enamorada de un criminal".
Ese día me la había pasado todo el día en un estado de trance del cual no podía salir. Mi madre se había dado cuenta de mi pie y decidió darme unas muletas que no supe dónde consiguió, igual no me molesté en preguntar porque en esos momentos eso era irrelevante para mí. Apenas podía mirarla a los ojos sin dejar de pensar en la enorme mentira que le había dicho.
─Anoche te oí llegar con Matt, pero me dijo que estabas demasiado cansada para saludarme. ¿Y ahora me encuentro con que tienes un pie roto? ─había reprochado, sin enfadarse pero si con el matiz de querer saber lo que había ocurrido. No era una mentirosa ejemplar, pero si me pedías una mentira rápida yo era buena. Así que me limité a responder con un:
─Fue culpa de los tacones.Y Header simplemente me había dado las muletas para poder ir al baño por mí misma en caso de que lo necesitase. De ahí en fuera, me mantenía cautiva en mi habitación, sin dejarme paso al movimiento, y yo de alguna forma agradecí que me mantuviera encerrada en mi habitación porque no me veía capaz de salir a enfrentar al mundo después de lo que había descubierto.
En pocas palabras mi familia ahora se vería involucrada con criminales, o tal vez siempre había estado involucrada en ello, uno nunca sabe. ¿Cómo es que Robert pudo vivir tan cerca de nosotras siendo un criminal? Con el peligro constante de un posible ataque a nuestra familia. Y bueno, finalmente había ocurrido con Ciara y suponía que era mejor que se hubiera alejado de nosotros, pero él pudo no meter las narices en donde no debía y todo hubiese estado bien.
Y bueno, Matt... Él era una especie de policía en cubierto, así que suponía que al menos el sabría qué hacer en una situación de vida o muerte, además de que era de los buenos, ¿cierto? Maldita sea, él también podría morir en cualquier momento, al igual que Silencio. Mierda, debería preocuparme más por mi propia vida, ¿por qué pensé en...? Ellie, calla tu maldita mente.
No sabía si era correcto mantener a nuestra madre en la ignorancia de todo este embrollo. ¿Pero cómo podría decirle, de todas formas, que su hija se había relacionado con un criminal y que su hijo ahora también formaba parte de ese lío por ser una especie de agente del "FBI" o una mierda como esa? Sí, no podía, y eso solo me hacía querer golpear algo, o alguien. Tal vez más a alguien que a algo, pero eso no es importante ahora.
Me había pasado la tarde bufando como loca ante mis frustraciones y mi estado actual de crisis mental. Y si antes no sabía qué hacer, ahora mucho menos.
Y así cayó la noche, hasta que mi cerebro no aguantó más frustraciones y dudas por un día y me dejó en la oscuridad flotando en mi propia lejanía.
Escuché el sonido de algo caerse y creo que aquello fue lo que me despertó. Yo no era de las personas que tienen el sueño "ligero" pero suponía que toda esta situación había puesto mis sentidos alerta, y agradecí a mi subconsciente por ello.
Escuché una maldición por lo bajo e intenté acostumbrar a mis ojos a la penumbra, y pronto un rostro cerca de la ventana fue iluminado con la luz de la luna y mi corazón latió desbocado al reconocer a aquella figura.
─Tú... ¿qué haces aquí? ─tartamudeé, encogiéndome en las sábanas, no muy segura de a qué le tenía más miedo. A tener a Silencio en mi habitación así de la nada, o la razón por la que había venido, e imaginé no sería algo de lo que alegrarme.
─Necesito hablarte. ─se rascó la nuca, acercándose un poco hacia mí. Me aferré a las sábanas, apretándolas en puños y encogiendo las piernas hacia mi pecho. Él se detuvo ante mi actitud temerosa.
─¿D─de qué? ─titubeé aún asustada. ¿Qué se suponía que debía de sentir ahora que sabía que era un criminal? Bueno, en realidad no tenía miedo de él, sino de... Bueno, creo que ya lo repetí como un millón de veces en mi cabeza. Él me miró dolido.
─Tienes miedo. ─sonó como pregunta pero sabía que no lo era. Y su rostro pareció descomponerse ante la idea de mí asustada de él. ─. ¿De mí?Yo negué con la cabeza porque no quería ver esa mirada de dolor en sus ojos y porque en realidad solo estaba actuando como una niña a la que le han dicho que si no se porta bien el coco vendrá por ella. Me enderecé un poco en las sábanas y le susurré un débil:
─No. Jamás tendría miedo de ti.
─¿Entonces qué es lo que ocurre? ─cuestionó acercándose finalmente. Y pese a que no quería que lo hiciera, no dije nada, porque sabía que en el fondo una parte de mí quería odiarlo por saber lo que era, pero la otra parte se alegraba de que hubiera venido. El cerebro femenino es demasiado bipolar. ¿Por qué no podía simplemente alejarme y...?
─Yo no puedo... ─susurré sintiendo el dedo meñique temblar, y sabía que esta vez no podría frenar lo que venía, porque me lo había estado guardando todo el día y tenía que sacarlo. Así que lo miré a los ojos ─. No puedo alejarme de ti. Y eso me asusta.Y entonces me eché a llorar, porque a pesar de que eso no era lo único que me asustaba era al menos una parte de toda la verdad, y era algo. Entonces él se acercó a mí, y me rodeó en sus brazos. Un abrazo de verdad, y fue lo mejor que él pudo haber hecho. Me había preguntado en algún momento, tal vez de manera inconsciente, qué se sentiría estar rodeada por aquellos musculosos y tatuados brazos. Ahora lo sabía y pese a saber que no debería de disfrutarlo como lo hacía, sentí que mi mundo se calmaba un poco, y en sus brazos al menos ya no me asustaba tanto que se alejara.
Sabía que él no me haría daño, y jamás me había sentido más segura que estando cerca de él.
ESTÁS LEYENDO
Silencio.
RandomNadie sabe su nombre, nadie lo ve venir, camina como la muerte y lo hacen llamar "Silencio". La nueva en la ciudad, la única al que él parece notar. Ella, quien no sabe si hundirse o nadar, ¿se atreverá a adentrarse en los oscuros mares del amar?