Capítulo 35.

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No hace falta decir que no estudié absolutamente nada. Y tampoco hace falta decir que Alice tampoco lo hizo.

Vale, al menos yo lo intenté. Algo debió habérseme pegado a la cabeza, pero Alice me distraía tanto con sus videos graciosos de YouTube que fue casi imposible recordar algo de matemáticas.

A la mañana siguiente conocí al padre de Alice y a su hermana. Joseph Brown y Christine.

Debo admitir que el señor Brown era bastante guapo y joven para ser padre, además era simpático. No sabría decir que había estado pensando la mamá de Alice al separarse de él. Sin embargo, notaba al señor Brown algo decaído, supuse que en verdad quería a la señora Brown. Bueno, EX señora Brown.

Christine era casi idéntica a Alice, solo que ella era un huracán mientras que Alice era un torbellino. Christine hablaba mucho y rápido, reía a carcajadas y se callaba tan de súbito que nunca podrías haber pensado que se estaba riendo. Analicé seriamente si no tendría un trastorno de bipolaridad o una mierda parecida. Pero supuse que solo era una chica con hormonas alborotadas, ya que después de haber mencionado como sesenta veces lo bonito que besaba su novio, lo sexy que era, y si sus padres habrían fajado alguna vez, el señor Brown casi se atraganta con su café. Pero suponía que era algo normal en su familia.

Alice no hablaba mucho, al menos se limitó a reírse en dadas ocasiones y a presentarme. Su padre no se opuso a que me quedara unos días, pero sin embargo notaba a todos algo tensos debido a mi estancia. Tal vez fuera mi imaginación pero no podía quejarme, al menos tenía un techo, desayuno en la mesa y una amiga con quien contar.

Al llegar a la escuela, Harry me detuvo en los casilleros.

─Hey. ─me saludó al tiempo que besaba mi frente con cariño. Alice tosió incómoda y tras un "nos vemos en clase" se alejó por el pasillo con la cabeza gacha. Me sentí mal, pero no tenía nada de malo que saludase a Harry. Aunque aún no había hablado con Alice respecto a sus sentimientos y cómo se sentía respecto a mí con Harry. Aunque dijera lo que dijese, yo no me alejaría de él.
─Hey. ─lo saludé de vuelta al tiempo que metía mis cosas a mi casillero y sacaba algunas otras. Harry se recargó en el casillero contiguo y miró mis acciones.
─¿Por qué no dormiste en casa? ─preguntó de la nada. Intenté no hacer una mueca, o echarme a llorar ahí mismo. Cerré el casillero.
─Mi madre no está bien. ─dije simplemente, y lo miré a los ojos. Creo que algo en mi mirada le dijo que no debía preguntar porque se limitó a hacer un gesto triste y a ponerme un cabello detrás de la oreja.
─Sabes que puedes quedarte conmigo, ¿cierto? ─esta vez no pude evitar una mueca.
─Sí, pero no confío en mí estando a solas contigo.

Él rió.
─Sí, bueno, esa es una buena justificación.
─Totalmente.

Después de esa conversación me rodeó los hombros con un brazo y me guió a mi salón de clases. Me detuvo un paso antes de entrar al salón y presentar mi examen. Besó mi mejilla.
─Suerte, preciosa.
─La necesitaré. De veras que sí.

Y entré sin más.

─*─

Me sorprendí a mí misma cuando contesté el examen en un santiamén. Alice a mi lado tenía problemas con algunas ecuaciones y parte de la teoría. Así que discretamente le pasaba las respuestas una que otra vez. Claro que no podía asegurar que obtendría una A impecable, pero aprobaría sin duda.

Mientras esperaba sentada en mi lugar, pasándole copia a Alice de vez en cuando y esperando a que la mitad del salón terminara, me encontré pensando que la escuela era un infierno. En serio. Quiero decir, mi vida ya estaba lo suficientemente agitada como para tener que soportar el estrés escolar. Aunque, bueno, tampoco es como si me quisiera dar de baja, pero al menos faltar unos días... No, la verdad quería que la escuela se incendiase, tal vez en lo que construían una nueva. Incluso podría mudarme... Espera, esa no es una buena opción. Harry está aquí. Suspiré, pensando que estaba simplemente cansada y me daba demasiada pereza estudiar.

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