Capítulo 28.

19 3 1
                                    


Antes de poder continuar tomando de aquella bebida exótica─desconocida por mí, decidí ir a los baños a despejarme un poco de aquel ambiente.

Me llevé una no tan agradable sorpresa al abrir la primera puerta que vi, pero después de dos desafortunados intentos más, encontré un baño vacío y libre de hormonas alborotadas. Me senté en la tapa del váter y tomé mi celular en las manos, jugando con él, moviéndolo entre mis dedos solo para tener algo que hacer con ellos en lugar de morderlos.

Suspiré. La verdad no me esperaba aquello. Pensaba que al menos iríamos a cenar, tal vez a ver una película, algo más privado y menos ruidoso, pero jamás pensé que vendríamos a éste lugar.

En Minnesota, solo iba a fiestas en las que Amy estaba invitada, y ella era la que me hacía tomar hasta soltarme. Claro que para que pasara eso debían de haber dos factores: a) que Amy estuviera ahí; y b) que alguien sobrio pudiera cuidarnos y llevarnos a casa (el novio de Amy por ejemplo).

Hubiera sido mejor si Alice hubiese estado aquí. Entonces recordé nuestra primera salida juntas, en la cual Alex había preferido bailar con ella que conmigo, ¿por qué ahora se mostraba interesado en mí puesto que la última vez me ignoró? Probablemente había hablado con ella sobre mí y esa era una pobre excusa para que no me enterara, o tal vez fue planeado. Preferiría pensar que no fue así.

Mi celular vibro en mis manos y por un momento voló por los aires hasta que pude cogerlo y evitar que cayera contra el suelo estrepitosamente.

Era una llamada, y decía "Harry". Contesté, tapándome un oído para evitar escuchar aún más ruido de la fiesta.
─¿Hola? ─inicié nerviosa, apenas logrando escuchar mi propia voz. Hubo un sonido en la otra línea, algo como un bufido, y después escuché la voz de Harry hablar con un tono que me pareció peor que molesto.
─Así que en realidad fuiste.

Tragué saliva, y guardé silencio, eso fue suficiente para él. Una risa sin emoción salió de su boca.
─No sé por qué me sorprende, tal vez esperaba otra cosa de ti.
─¿Qué quieres decir? ─pregunté con mi voz temblorosa, no sabiendo a dónde nos dirigiría esto. "Por favor, que no cuelgue, que no cuelgue" rogaba internamente. Hubo un silencio, casi tan largo que pensé que había cortado la llamada, pero segundos después recibí unas palabras en respuesta.
─Quise decir lo que dije. ─y eso fue todo. Escuché los pitidos que indicaban que la llamada había terminado y quise lanzar el teléfono contra la pared, en cambio lo guardé de nuevo en mi blue─jean y me llevé las manos a la cara, cubriéndola por completo y respirando hondo para calmarme.

"Que se joda, Ellie, no estás haciendo nada malo. No estás haciendo nada malo. Nada."

Repetí aquello en mi cabeza cual mantra motivacional y salí del baño tras arreglarme un poco el cabello. Regresé a la barra donde Alex y Carter mantenían una conversación, pero en cuanto sintieron mi presencia, sus voces cesaron, impidiéndome escuchar lo que tenían que decir.
─¿De qué hablaban, chicos? ─pregunté como quien no quiere la cosa, y alcancé mi bebida para darle un buen trago y olvidar la llamada de hace unos minutos. Ambos chicos sonrieron cómplices, aunque no le di demasiada importancia.
─De ti ─dijo Alex encogiéndose de hombros para después rodearnos a Carter y a mí con sus brazos sobre nuestros hombros ─. Y de que ésta será la mejor noche de nuestras vidas.
─¡YOLO!* ─gritó Carter alzando su copa hacia la multitud para recibir un "¡YAAAAAAY!" en respuesta. Todos tomaron otro trago de sus bebidas, incluyendo a Alex que ahora tenía una botella de cerveza en su mano, así que hice lo propio.

Solo se vive una vez, ¿no?

─¡Amo esa canción! ─y sin más, Alex me llevó a la pista improvisada de baile.

Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora