Capítulo 23.

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─Vale, estás cabreada.

Le di otra bofetada.
─De acuerdo, esa me la merecía. ─dijo mientras se masajea su mejilla roja y entonces es cuando mira mi rostro, como viéndolo de verdad ─. ¿Qué te ha pasado en el rostro?

Otra bofetada de mi parte.
─¿Y esa por qué fue? ─abrió sus ojos, intentando comprenderlo, pero yo tampoco puedo hacerlo, y simplemente giro mi mirada, alejándola de sus ojos verdes. Sin responderle en absoluto. ─. Ellie...

─Una hora más de castigo ─ahora es la vieja maldita detrás del escritorio a quién escucho hablar, observando hacia nuestra dirección, y tengo el impulso de enseñarle el dedo medio, claro que no lo hago porque eso sería igual a dos horas más de castigo, pero mentalmente estoy asesinándola con un cuchillo.

─Noelle ─escuché la voz de Harry intentando hacer que lo mire, y no quiero hacerlo. Bueno, la verdad es que sí, pero se supone que no debería. Estúpido orgullo. ─. ¿Quién te ha hecho eso en el rostro?

─¿Y a ti qué demonios te importa? ─espeté entre dientes. ─. Ni siquiera deberías estar aquí de todos modos, ¿no era eso lo que querías?
Parpadeó, como intentando comprenderme un poco, y suponía que lo entendía, porque de no hacerlo sería un completo imbécil. ─Me importa ─murmuró por lo bajo, tomando mi barbilla entre su mano e intentando hacer que lo mire a su rostro, esta vez no me resisto, y lo dejo examinar cada una de las heridas de mi rostro. Cierro mis ojos, porque sus manos níveas están recorriendo mis heridas suavemente, y no puedo evitar sentirme del modo en que me siento. Se supone que debería de pensar algo así como "A Tres Metros Sobre el Cielo" pero odio lo cursi, y aunque en estos momentos me sienta de esa manera, jamás lo admitiré. Al menos no en voz alta...

─¿Te he dicho lo guapa que te ves cuando estás cabreada? ─siento su sonrisa a través de mis párpados cerrados y frunzo el ceño, aun sin abrir mis ojos.
─Cállate.
─Ellie...
─He dicho que te calles. ─alejo mi rostro una vez más, y un vacío en mi pecho me dice que estoy siendo estúpida. ¿Por qué lo alejo ahora? Mierda, lo necesito, pero no puedo...
─¿Me dejarías explicarte...? ─su voz es casi suplicante y por un momento me hace querer perdonarlo, abrazarlo, o mejor besarlo aquí mismo. Pero rápidamente corto esos pensamientos, y antes de que termine de formular su pregunta le respondo secamente.
─No.
─Yo sé que quieres perdonarme.

Abrí mis ojos, no es posible que esto sea cierto. ¿Tan desesperada me veo por estar cerca de él? Demonios, Ellie.
Pensé en negar con la cabeza, incluso decirle y aclararle en su mismísimo rostro que aquello no era verdad. Pero estaría engañándome a mí misma, e incluso no quería hacerlo. Así que simplemente me quedé quieta, como una estatua y lo dejé hablar.
─Ellie, yo sé que estoy siendo un gilipollas. ─"Bastante" pensé, pero me callé, dejándolo continuar ─, pero yo no quiero alejarme de ti. Deberías saberlo.
─¿Entonces por qué lo haces? ─pregunté y entonces mi voz entrecortada por el nudo en mi garganta me hace sentirme expuesta y vulnerable. Aclarando mi garganta, y esperando que él no lo notara, dije ─: ¿Por qué te alejas de mí?
─Tu hermano me lo ha pedido ─suelta como en un susurro, pero lo escucho, lo escucho realmente y es ahí cuando en verdad me cabreo.
─¿Que ese gilipollas te pidió qué? ─casi grité, como una especie de gruñido gutural más bien parecido al de un animal. Y Harry parece arrepentirse de haberlo delatado. Ese hijo de puta me iba a escuchar al terminar la escuela.
─Dice que es por seguridad. Él asegura que te vieron conmigo y por eso ahora te buscan, por eso la balacera en BBG, por eso estamos tan jodidos como estamos.

Tragué fuertemente, sintiendo la bilis en las papilas gustativas, y sintiéndome egoísta. ¿Por qué todo se reducía en mi mente a lo que yo quería?, ¿Por qué no había pensado antes que era para evitar causar más problemas de los necesarios? Pero entonces un pensamiento me hace querer que me trague la tierra y golpearme contra la pared: ¿eso significa acaso que soy una carga y un obstáculo para él?

─¿Ellie? ─me pregunta él y su aliento me quema el cuello, haciéndome estremecer. Mierda, soy demasiado débil.
─Harry... ─casi gimo su nombre, y me siento avergonzada. Pero él parece no importarle, porque susurra mi nombre una vez más antes de mirarme directamente a los ojos con su hermoso iris verde jade.
─No te desharás de mí fácilmente. ─promete y por un lado aquella declaración me hace sonreír.
─¿Ya no podremos hablar tan seguido, cierto? ─pregunto en un hilo de voz y la sonrisa se borra de inmediato de mi rostro. Pero entonces siento sus labios contra los míos, y sonrío en el beso, aunque haya sido por solo unos segundos. Él se aleja, aun cerca de mis labios, y sus palabras llegan como susurros a mis labios.
─Yo nunca le prometí a tu hermano cumplir con todos los términos y condiciones.

Sonreí.

─Dos horas más de castigo. ─de nuevo la voz de la vieja al frente de la clase, y Harry me da un beso más antes de acomodarse de nuevo en su pupitre.

Mi sonrisa no se desvanece y me encojo de hombros ante las palabras de la vieja amarga. Valió la pena.

Todas las miradas están sobre nosotros, los chicos malos del otro lado incluso parecen sorprendidos. No me importa. Solo siento una mirada, la única que me importa: la de Harry.

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