Escuchaba el sonido de algunas voces hablar, lejanas, distorsionadas, pero familiares.
Me parecía ser que eran mi madre, Matt y Alice. ¿Alice? ¿Dónde estaba?, ¿por qué no podía abrir mis ojos? Esperen, ¿qué estaba diciendo?, ¿estoy dormida? Hace frío. Quiero descansar. ¿Qué estoy haciendo en la oscuridad?
Abrí los ojos, la habitación estaba en la penumbra y apenas distinguía los muebles en mi habitación. ¿Mi habitación?, ¿cómo llegué aquí? Yo estaba en la escuela, había ido a los baños y choqué con un tío apuesto. ¿Cuál era su nombre? No lo recuerdo.
Intenté levantarme pero todo me dio vueltas, mis ojos viendo manchitas negras debido a mi cambio abrupto de posición. ¿Por qué todo se siente diferente?
Tomé mi cabeza entre mis manos, intentando calmar el dolor de cabeza cada vez más fuerte, y entonces escuché la puerta abrirse y la luz encenderse, para seguidamente ver la figura de mi madre acercarse a mi cama con varias cosas en una bandeja y dejarlas en mi buró al lado de mi cama, para después sentarse a mi lado.
─¿Cómo te sientes, cariño?
¿Qué?, ¿ahora me hablaba?, ¿después de haberme ignorado por una estúpida pelea? Y yo era infantil, eh.
Decidí evitarme más peleas, así que dije la verdad. ─Me duele la cabeza.
Ella asintió. Tomó un vaso de agua de la bandeja y dos pastillas blancas, me las pasó y espero hasta que me las tragara. En cuanto lo hice, me volví a tirar sobre el colchón y cerré los párpados fuertemente, suspirando. Sentí la mano cálida y nívea de mi madre acariciarme el rostro y abrí los párpados lentamente, observando el rostro perfecto de mi madre. Sin duda mi madre era hermosa, pero yo había salido más a mi padre. Matt y Ciara habían sacado el encanto y belleza de Header, tal vez por eso no me querían tanto, porque no era tan bonita como ellos.Me dejé llevar por las caricias de mi madre y cuando estaba a punto de caer en la inconsciencia de nuevo, ella habló.
─Alice te trajo a casa en la mañana. Se veía muy preocupada, y me dejo su teléfono pidiéndome que le avisara cualquier novedad. Supongo que no irás mañana a la escuela, ¿quieres que le diga?
Por un momento me debatí entre ir mañana o no a la escuela, pero decidí que lo mejor sería ir. Ya me había perdido las demás clases del día, además de que iba atrasada debido a mi repentina entrada a aquel instituto. Finalmente dije ─: Iré mañana.Mi madre asintió y una sonrisa traviesa se alojó en sus labios.
─Alice y Matt se llevaron muy bien ─me dijo como quien cuenta un secreto a su mejor amiga, y abrí los ojos como platos al escuchar aquel tono de voz en mi madre. Jamás me había hablado en ese modo de confidencialidad, tan íntimo. Pensé que sería debido al momento, pero decidí ignorar lo negativo y le seguí la corriente.
─Sabía que le gustaban las rubias.Mamá rió. Matt siempre se refería a las rubias como huecas, así que verlo de coqueto con Alice (que no es para nada hueca), era algo de lo que sacar provecho.
Sonreí, disfrutando este breve momento madre─hija que tanto había anhelado de pequeña, y dejé que su mano me acariciara el rostro como quien cuida de un bebé. Y el sueño se apoderó de mí, llevándome lejos, con una imagen aleatoria apareciendo tras mis párpados antes de desvanecerse: él, Silencio.
─*─
Cuando Matt me dejó en la entrada del instituto, no me sorprendió verlo buscar con la mirada a mi mejor amiga Alice. Quien a su vez, al reunirse conmigo en la entrada del colegio, miró hacia mi hermano y lo saludó tímidamente con la mano. Entonces él aceleró, desapareciendo de mi vista. Miré a Alice, alzando las cejas y ella simplemente se sonrojó cual quinceañera.
─Cállate ─me había dicho mientras nos dirigíamos a nuestros casilleros. Yo había alzado las manos con gesto inocente mientras una risa se escapaba de mis labios.
─Eh, si no he dicho nada.Cuando cada quien se dirigió a sus clases, entré al aula de Matemáticas, percibiendo todas las miradas de los ahí presentes sobre mí. Fruncí el ceño sin entender, y antes de poder dirigirme a mi asiento al fondo de la clase, la figura de una castaña de ojos azules se alzó delante de mí: Olivia. Sentí su perfume dulzón asfixiar mi nariz e intenté no estornudar. La observé, lo suficiente como para notar que su aspecto era demasiado… como una puta. ¿Cómo es que pensé que era como Ciara? Pero entonces la miraba al rostro y… Bueno, era la viva imagen de ella.
─Te dije que te alejaras de él. ─gruño ella con las manos en sus caderas, autoritaria. Yo fruncí el ceño sin entender.
─¿De qué me hablas?
─No finjas, zorra. Casi te lanzaste a Silencio. Un cartel de “soy más fácil que la tabla del uno” en tu frente hubiera sido más útil.Una oleada de furia se apoderó de mí. ¿Cómo se atrevía a hablarme así? El pensamiento de golpearla se hizo presente en mi mente, y estuve a punto de hacerlo, pero entonces vi la mirada dulce de Ciara en ella por unos instantes y sentí que golpearla sería como un delito. Pero entonces la mirada venenosa de Olivia volvía a estar ahí y me permití escupir las siguientes palabras.
─Escúchame bien, puta ─escupí lo más venenosa que pude, e intentando alejar los recuerdos que me venían de Ciara cada que la miraba ─. El hecho de que tú le pidas cada noche que te coja por el culo, no significa que él vaya a hacerlo.
─Al menos tengo culo, no que tú…
─Al menos no me pongo relleno, no que tú… ─le devolví y en el aula se escuchó un “¡Uuuh!” de parte de todos los estudiantes. Ella hizo un gesto indignado, y frunció el ceño, formando arrugas alrededor de sus ojos.
─Freak. ─dijo.
─Plástica.
─Puta.
─Perra hocicona.─¿Qué sucede aquí? ─la voz del profesor Sheldon se hace presente y aquel gordinflón logra hacer que todos vuelvan a sus asientos excepto nosotras, que nos miramos mutuamente como si una declaración silenciosa de guerra se estuviese planteando entre nosotras.
─¿Señorita Granatti?, ¿señorita Jordan? ─nos llamó el profesor, incitándonos a sentarnos de una manera discreta. Olivia se gira.
─Esto no se ha terminado, Jordan. ─me susurra de espaldas y se dirige a su asiento. Yo hago lo propio y no me sorprende caerme al suelo en cuanto paso por su asiento, ella me ha hecho caer. Toda el aula se ríe, y siento el dolor de cabeza volver a crecer en mí.
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Silencio.
RandomNadie sabe su nombre, nadie lo ve venir, camina como la muerte y lo hacen llamar "Silencio". La nueva en la ciudad, la única al que él parece notar. Ella, quien no sabe si hundirse o nadar, ¿se atreverá a adentrarse en los oscuros mares del amar?