Capítulo 62.

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  Zayn: ¿Qué tal si vas por una enfermera?, que sea... -La describía y ella se sonrojaba.
Tu: Me temo que ella no trabaja hoy.
Zayn: Uh, mal muy mal -Dije negando con mi cabeza- ¿Mañana trabajará?
Tu: Tampoco, lamentablemente.
Zayn: ¿Por qué? -Pregunté con un puchero.
Tu: Te contaré algo sobre ella, pero es un secreto.
Zayn: Sé guardar secretos -Sonreí.
Tu: Oí por ahí que ella -Se acercó a mi oído- Se ha enamorado de un paciente -Dijo en susurro.
Zayn: -Abrí los ojos como expresión de sorpresa- ¿Y cómo es él?
Tu: Pues, él es moreno, tiene los ojos más hermosos que ha visto, de seguro. Tiene una voz encantadora, una sonrisa que la mata y una personalidad que hace que su cuerpo se dejé caer con total seguridad en sus protectores brazos -Mi corazón se aceleró considerablemente.
Zayn: Y yo que me he enamorado de ella... ¿No sabes si tiene alguna hermana gemela?
Tu: Me han dicho que me parezco a ella, o que ella se parece a mí. ¿Tú qué crees?
Zayn: Eres mucho más hermosa aún -Susurré rosando sus labios.
Tu: -Rió echándose hacia atrás- Estás loco.
Zayn: Por ti, por tu dulzura, por tu forma de hablar, por tus grititos -Reí e hice una pausa- Por tus labios...
Logré sellarle un profundo beso en su boca. El olor de su cabello era como una adicción. Una de mis rodillas estaba a un lado de sus caderas y la otra al otro lado, mientras daba suaves y delicados besos en sus mejillas.

Eso le producía una especie de cosquilleo ya que se reía constantemente, me recordaba la vez en la que la hice totalmente mía y me hacía desear que ese momento se repitiera. Le decía cosas dulces al oído y por cada palabra que decía, sellaba un beso en su mejilla. Su cara volteaba hacía la ventana, en donde entraba la luz del casi atardecer e iluminaba su sonrisa. Se presenciaba un arcoíris formado por el sol que había salido luego de la lluvia ese día en Texas. No quería cargar mi cuerpo sobre el de ella aún, quería derramar besos por su cara, su cuello, sus hombros. Me miró dulcemente a los ojos, que se veían claros y húmedos, dejó salir una sonrisa y luego, me pidió en susurro que le cantara, ella amaba que le cantara, más aun en esos momentos en los que más nos deseábamos el uno con el otro. Con ella era diferente, la deseaba loca e irrevocablemente pero siempre quería que fuera especial, llenarla de amor, de todo lo que mi corazón sentía al verla, no era solo un deseo temporal que se quitaba luego de haber vivido esos momentos, era la necesidad de probarla una y otra vez, pero más que eso, era la necesidad de hacerla sentir especial, feliz.
Comencé a cantar en un tono bajo y melódico, la canción Kiss me, de Ed Sheeran. Evitábamos soltar una lágrima, ambos.
Cogí su mentón con mi mano y di una suave mordida en su labio inferior y le di un beso en el superior. Cargué mi nariz por unos segundos en su mejilla y acto seguido, comenzó a desabrochar mi camisa, besando mi pecho. Ayudé a quitar mi camisa y ella me ayudó a quitar la suya. El calor corporal se apoderó de mí y al ver sus ojos podía descifrar todo lo que quería, como esa conexión que tuvimos desde el primer momento. Quitamos el resto de nuestra ropa, quedando en ropa interior. Mi deseo era tanto que sin darme cuenta de cómo, devoré por completo su boca al instante en el que enterraba sus uñas en mi espalda. Ahogaba sus gemidos los primeros segundos, pero luego se me hizo difícil. Enterré uno de mis puños en la cama y luego, besé su cuello. Quité su brasier mientras sentía la energía que me transmitía. Entré en ella segundos después de juguetear, estaba totalmente entregado a su amor. Mis gemidos no los podía controlar y mucho menos los de ella, era loco y a la vez hermoso, como la primera vez.
Terminamos cansados pero contentos, al menos yo me sentía así. Nos cubrimos con la sabana que había y la abracé atrayéndola completamente a mí. Su cabello estaba húmedo, al igual que él mío y lo soplaba los minutos previos a quedarme profundamente dormido.

Unas risas incontroladas y un poco cargantes me despertaron. Abrí a medias los ojos sin cambiar la postura en la que me encontraba. Vi a un Louis rojo de la risa y a un Harry y un Liam atónitos. Intenté reaccionar y al recordar todo, me di un pequeño golpe culpable en mi cabeza, había olvidado considerablemente la prueba de sonido. La miré a ella y sus parpados se veían cansados, solo dormía y dormía.

Harry: ¿Qué sucedió acá? -Seguía sorprendido ante el desorden que había.
Zayn: No quieres saberlo.
Harry: -Rió- Pudieron haber esperado a que se escondiera el sol al menos.
Liam: Ya déjalo, tal vez ellos prefieren esta hora.
Louis: ¿Qué dirá Lou cuando te vea?, eres un chascón -Reía tomando mi ropa que estaba arrojada en el suelo.
Liam: ¿Y tú pantalón?
Zayn: Yo... -Miré a todos lados- no sé donde quedó.
Harry: Sabrá Dios donde arrojaron ese pobre pantalón.
Zayn: -Reí y luego miré la hora- ¿Alcanzaré a estar listo en media hora?, quedan cuarenta minutos para la prueba de sonido.
Louis: Si te apresuras y no te arreglas tanto mirándote al espejo, seguro que sí.
Harry: ¿Será eso posible?
Liam: Lo dudo -Rieron y Liam se acercó unos centímetros más para ver la cara de ____(Tn)- No la pasaron nada mal al parecer.
Zayn: Ya cállense -Evite reír- espérenme abajo, no tardo.
Harry: Más te vale -Sonrió dirigiéndose a la puerta, lo seguía Liam y más atrás Louis.
Louis: Yo sabía que esa señora psíquica de la otra vez no mentía al decir que Zayn sería el primero en ser papá, ¡Yo lo sabía! -Cerró la puerta tras de él y reí al oír a Louis.

Me bañé y cambié de ropa lo más rápido que pude. Me arreglé el cabello, en eso demoré más, era inevitable. Al estar más presentable, salí del baño de la habitación y me sorprendí al ver desde ese punto todo el desorden que había. Recogí rápidamente todo lo del suelo asegurándome de que ella no despertara. Luego, ordené la sabana con la que estaba cubierta, sonreí al ver su cuerpo que amaba sin importar los pequeños detalles que para mí, lo hacían más perfecto. Cogí un tape más abrigado y la cubrí con ese también. Besé su frente una, otra y otra y mil veces más. La tarde casi noche estaba helada, así que decidí taparla con algo más. Me acerqué al armario de la habitación, que incluía frazadas, almohadas y toallas. Cogí una almohada y una frazada y acercándome a la cama con tales cosas en mi mano, la acomodé bien, por suerte no dio señales de despertar aún. Iba a levantarme de la cama y fugazmente, mis ojos vieron una cajetilla de cigarros sobre un mueble, no recordé si fui yo quien la había dejado, probablemente no. Me levanté con ganas de querer probar un cigarrillo y la cogí para ver si estaba vacía o no. Para mi sorpresa, tenía varios cigarros, no pude evitarlo y salí al balcón con la cajetilla en manos.  

Stole my heart | z.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora