Capítulo 98.

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Tomé mi chaqueta y le dije a Lou que era una urgencia, ella cedió a mi petición. Le dije a Samy que debía hacer un trámite, no me dejó ir fácil. "Conduce con cuidado", "Pero cuéntame, ¿verás a un chico?"... Asentí a su última pregunta y salí antes que me preguntara su nombre, aspecto, dirección o grupo sanguíneo. Entré al auto, no me tomó más de quince minutos llegar a su departamento. Estacioné el auto un poco alejado de la entrada, temerosa. Cogí mi bolso y mi chaqueta y caminé decidida a la entrada, pero algo me detuvo. El miedo, la aflicción, una oleada de inexplicables sentimientos. Volví a alejarme de la entrada, caminando lentamente de vuelta al auto. El frio amenazaba con congelar cada uno de mis huesos, el viento azotaba de manera violenta en mi cara, de pronto el sol se había esfumado. Me coloqué la chaqueta negra en forma de protección de mis brazos contra el frio, pero parecía inútil, el frio seguía ahí, incluso peor. Me apoyé del capo del auto, abrazando mis brazos. Un cosquilleo crudo pasó por mis piernas y mi cuello, sentía mi labio cambiar de un natural rojizo a un exagerado morado. Lamentaba no traer guantes, gorro o bufanda. Levanté mi mirada a lo alto del gran edificio, departamentos costosos, se predecía a metros de distancia. La estructura era antigua, pero parecía renovado con elegancia. Divisé con mis escarchados ojos su departamento. Localicé su ventana, aquella gran ventana que tenía una vista privilegiada. Una gota dulce cayó en mi cara, viajando desde mi nariz hasta mi labio superior. Luego otra rebotó en mi mejilla. Un hombre encargado de abrir y cerrar la puerta a quienes entraban y salían estaba sosteniendo su mirada en las gotas que caían cerca de él. Sin saber cómo o en qué momento, yacía frente a él.


Tu: Hola -Sonreí evitando que mi labio temblara- ¿Puedo preguntarte algo?
Xx: Si es sobre mí, diez dólares. Si es sobre los departamentos, no es mi asunto. Si es sobre un famoso, cincuenta dólares vendrían bien. -Me miró con seriedad. Sonreí incómoda y tensa.
Xx: ¡Bromeo! –Rió, le seguí a su risa sin ganas.
Tu: ¿Has estado toda la tarde trabajando?
Xx: Ni te imaginas, mis brazos no pueden más con los calambres de abrir y cerrar una y otra vez. –Bufó.
Tu: Por casualidad, ¿recuerdas haber visto entrar a un chico... alto, delgado, tez morena clara, cabello negro, ojos...?
Xx: Zayn. -Interrumpió sonriendo- ¿Eres otra fan de esas que vienen a acosarlo?
Tu: -Negué instantáneamente con mi cabeza- Soy una amiga cercana.
Xx: ¡Oh! Gran chico. Entró hace un rato, no puedo ser exacto.
Tu: Y... ¿entró solo?
Xx: -Me miró examinándome con una incómoda mirada- ¿Cómo sé que yo que no eres una fan acosadora? –Me vi obligada a hacerlo. Levanté una de mis piernas y apoyé mi bolso de mano en una rodilla. Saqué mi celular y le enseñé el fondo, Zayn y yo. Nota mental: Debía cambiarlo.- Entró con una mujer hace treinta o cuarenta minutos. –Mi corazón volvió a ser estrujado. Celos recorrieron mi cuerpo con inquietud. No dije nada, sonreí o creí haberlo hecho.
Volví al auto con el agua chocando en mí, me empapaba, el frío crujía, de pronto no había gente en las calles, solo neblina espesa. Entré al auto y me senté frente al volante. Agarré con poca paciencia la llave y la coloqué, pero algo de mí volvió a quitarla. Quería llorar, otra mujer más, cómo podía pensar yo que aún me quería. Me quité mi chaqueta mojada y la lancé al otro asiento. Me hundí involuntariamente cansada en el asiento y en nada de segundos, me dormí pesadamente.

Unos golpecitos se escuchaban lejanos, un nudillo golpeando suavemente. El ruido hacía eco, pero mis ojos permanecían cerrados. El ruido se hizo más fuerte y claro a medida que tenía mi conciencia en la realidad. Abrí los ojos y me encontré con una mano varonil golpeando despacio la ventana del auto. Me senté derecha en el asiento y bajé el vidrio, el guardia o lo que sea del departamento, se encontraba parado ahí.

Xx: La mujer que entró con él se fue hace quince minutos. Vi el auto de usted acá y supuse que quería ver a su amigo a solas. –Dicho eso, dio media vuelta y se fue a pasos agigantados, sin darme tiempo siquiera de agradecer.

Stole my heart | z.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora