Capítulo 84.

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Salimos de la habitación y cogí su bolso y el mío. Me agaché y le pedí que subiera sobre mis hombros. Ella rió y accedió. La gente solía mirarnos con extrañez pero ellos no sentían como yo al estar con ella y escucharla reír. La bajé de mis hombros cuando llegó el taxi. Este nos llevó al aeropuerto. Llegamos y al darme cuenta de la hora, cogí su mano y corrí con ella hasta acercarme al que sería nuestro vuelo. Pedí a ella que sacara los pasajes de mi billetera.


Tu: Amor... -Miró sorprendida los pasajes.
Zayn: -Volteé a mirarla- ¿Qué ocurre?
Tu: Te equivocaste, el vuelo no va a Inglaterra. Va a Montana.
Zayn: -Sonreí- No me equivoqué, amor. No nos podíamos ir de Estados Unidos sin darte una sorpresa.
Tu: ¿Qué sorpresa?
Zayn: Sorpresas son sorpresas. Ya verás.

Después de media hora ya nos encontrábamos viajando a Montana. Ella estaba dormida, sentada en el asiento que daba a la ventana. Aproveché de llamar a mamá.

Zayn: ¿Cómo está una de las mujeres más bellas del mundo?
Tricia: ¿Una de las mujeres? -Rió- Estoy bien, querido. ¿Tu cómo estás?
Zayn: Maravillosamente bien.
Tricia: Así parece. ¿Sigues en Nueva York?
Zayn: No, voy en el avión.
Tricia: ¿Ya te vienes? ¿Tan pronto?
Zayn: No, vamos a Montana.
Tricia: ¿Tienes alguna entrevista?
Zayn: No, llevo a pasear a mi novia –Sonreí al voltear la cabeza y mirarla.
Tricia: Como la extraño...
Zayn: ¿A mí me extrañas?
Tricia: A ambos. ¿Cuándo me vendrán a ver?
Zayn: Te veremos en seis días, no lo olvides.
Tricia: No he olvidado tu cumpleaños, cariño. Solo que no sé si pueda ir.
Zayn: ¿Por qué no?
Tricia: Las niñas entran a clases.
Zayn: ¿Cuándo?
Tricia: El quince de este mes.
Zayn: Mi fiesta será el doce, mamá. Por favor, ve con mis hermanas.
Tricia: Si, cariño. Haremos todo lo posible por dejar todo listo.
Zayn: Gracias. Bueno, te dejo. Descansaré.
Tricia: Está bien, hijo. ¿Cuándo regresarás?
Zayn: Aún no lo sé.
Tricia: Bueno, adiós. Llámame siempre que puedas, no sabes lo feliz que me hace.
Zayn: Lo haré, mamá. Te amo.
Las horas avanzaron. Su dulce olor a frambuesa del nuevo perfume que había comprado para ella meses atrás, se posaba en mi nariz. Abrí los ojos, era lo más maravilloso despertar con ese olor, abrir los ojos y lo primero que ver, sus ojos derramando luz, amor, ansiedad, sobretodo esperanza. Sonreí y volví a cerrar los ojos. Besó mi mejilla, por lo que volví a abrirlos.
Tu: Es hora de bajar, amor –Susurró.
Zayn: -Negué con la cabeza- Bésame –Susurré.
Tu: -Rió frunciendo la nariz- Te espero abajo.

La fuerza no me daba para levantarme y bajar. Una azafata me recordó que el vuelo había aterrizado. Asentí arreglando mi cabello y refregando mis ojos. Cogí mi bolso y bajé algo adormecido. Marqué su número y me dijo que se encontraba en el baño del aeropuerto. Me dirigí a las afueras de los baños y la esperé. Fuimos por un café y de la nada le dio una tentación de risa, su voz se hizo un nudo y no paraba de reír ni para respirar, estaba nervioso y divertido a la vez. La gente la comenzó a mirar con rareza y ella no paraba de reír. Me desesperé y la tomé de las mejillas aferrándola a mí con un beso. Al apartarme me miró seria, con mis manos aun en sus mejillas y sonrió.

Tu: Entonces...
Zayn: -La miré entrelazando mi mano con la suya- ¿Entonces?
Tu: ¿Vamos a...? –Me miró curiosa y sonriente.
Zayn: A ser los protagonistas de una mágica historia esta noche.
Tu: -Rió- Zayn, hablo en serio.
Zayn: Yo también, más serio que nunca. –Salimos del aeropuerto y avanzamos a una estación de buses.
Tu: Eres tan... -Protestó sin terminar su oración.
Zayn: ¿Romántico? ¿Dulce?
Tu: Misterioso.
Zayn: ¿Si soy romántico, verdad?
Tu: -Asintió- Tengo el presentimiento de que será una gran noche.
Zayn: Lo será, lo prometo.

Subimos al bus que nos llevaría hasta donde pensaba llevarla. Dos horas tardó este en llegar. Ya estaba oscuro y hacia frio. Nos bajamos y al ver todo lo que habría que caminar, luego ver sus altos botines, le sugerí que subiera a mis hombros nuevamente. Se negó diciendo que ella podía, pero sabía a la perfección que llegaría agotada y no quería eso.
Fue más de lo que creí que habría que caminar en realidad. Al estar cerca, se bajó y la miré.

Zayn: Ahora, quiero que sepas que ahora, en este mismo instante, en este preciso respiro, te estoy amando con todos mis sentidos.
Tu: Zayn... -Musitó ruborizada y sorprendida.
Zayn: Pero debes responderme algo primero.
Tu: Tú solo pregunta, mi vida.
Zayn: ¿Me amas?
Tu: Za...
Zayn: No -Interrumpí- ¿Confías en mí? ¿Me amas lo suficiente como para confiar plenamente en mí?
Tu: Zay...
Zayn: Se sincera -Volví a interrumpir- Necesito oír la verdad porque de eso depende todo.
Tu: Za... -Iba a volver a interrumpir, pero- ¡Zayn! Escúchame. Te amo, confío en ti, te amo, ¿sí?
Zayn: -Asintió ruborizado- Lo siento, estoy nervioso. Te cubriré los ojos con mi mano, debes prometer que no correrás la vista.
Tu: -Rió- Lo prometo.
Zayn: Bien –Cubrí sus ojos y comenzamos a caminar, desde ya se veía donde debíamos llegar, estábamos muy cerca.
Tu: ¿Será mucho?
Zayn: Casi nada.
Tu: Hay piedras, ¿qué si tropiezo con una?
Zayn: ¿Crees que te dejaría tropezar?
Tu: No lo cr... ¡Ay! –Exclamó al casi caer por pisar una piedra.
Zayn: -Reí- Lo siento, no vi esa.
Tu: Si, está bien.

Narras tú:
Su mano cubría mis ojos con suavidad y la otra rodeaba mi cintura, me causaba cosquilleo. Llegó un instante en el que se detuvo y besó mi mejilla. Me susurró algo en mi oído, podría haber jurado que era árabe. Sentí su sonrisa rosando mi mejilla y quitó con toda calma su mano de mis ojos. Me abrazó por detrás mientras veía. Una cabaña, madera clara, grande, llena de luces. Un pequeño sendero de faroles que guiaban a la entrada. Ventanales incluso más grandes que la entrada, cortinas blancas, que reflejaban. Un balcón bajo, con asientos y una mesita central, en la cual había dos pequeña blancas velas y dos pequeños vasos. Todo era muy rustico, todo parecía delicado y hermoso a la vez. Observaba cada detalle que alcanzaba a notar desde donde me encontraba. Levanté la cabeza hacia atrás para mirarlo, era lo suficientemente más alto. Luego, volví a bajar está para mirar nuevamente la cabaña.

Zayn: ¿Vamos?
Tu: Si, cariño.
Zayn: Debes fijarte bien en los faroles, hermosa.
Tu: -Comencé a caminar, pero él no- ¿Vienes? –Me detuve.
Zayn: Te veo en segundos –Sonrió y corrió hacia otro lado.

Quedé extrañada durante un par de segundos y luego volví a caminar. Llegué al primer farol, cinco faroles en total, todos adornados con una cinta de mi color favorito, bajo estas, una nota agregada.
La primera:
"Quería leer todas las páginas del libro si tú eras la portada."
La segunda:
"Quería ver más allá de tu interesante aspecto;"
La tercera:
"Quería leer cada detalle de tu historia, leer tu personalidad y tu actitud, quería leer cada parte de ti; quería leerte."
La cuarta:
"Descubrí en tu historia algo más que letras, descubrí amor."
La quinta:
"Me he dado cuenta que avanzo tus páginas con el miedo de acabar, de no encontrarme con una página más."

Llegué a la entrada leyendo la quinta nota. La puerta se abrió y levanté lentamente la cabeza; Él, sonriendo y con una nota adherida a la parte izquierda de su pecho, sobre su roja camisa, el lado en donde está el corazón. Quité suavemente la nota y leí:

"Es así como me enamoré de ti; Te aprendí a leer y a apreciar cada detalle en ti."

Stole my heart | z.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora