Capítulo 95.

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  Estuvieron conmigo toda esa noche. Pude dormir y ellos pudieron hacerme reír. Eran increíbles.

A la mañana siguiente, desperté y miré mi celular. El mensaje de Kendra decía que nos juntáramos a las once de la mañana en la dirección determinada, quedaba cerca de donde ella estaba alojando. Hice caso a Louis, teníamos cosas que aclarar. Me bañé rápidamente y cogí una fruta, serían las once pronto. Dejé a los chicos durmiendo y entré a mi auto camino al punto de encuentro.

Hacia un día cálido, pero el viento danzaba. Reconocía que estaba nervioso, pensaba en devolverme, era ilógico que me siguiera viendo con la chica del mensaje que acabó mi relación, pero había algo, inexplicablemente algo que había aclarar.
Llegué a las once con quince minutos. Estacioné mi auto, veía autos rojos, pero ninguno era ni sería el de ella. Entonces bajé y caminé a paso lento, una parte de mí no quería llegar, pero debía hacerlo. No estaba en donde se suponía que Kendra estaría. Di unas cortas vueltas por alrededor, pero no la vi. Me senté en una banca, un grupo de cinco a ocho chicas se me acercaron, me hablaban y me pedían fotos, ninguna mencionó a ____. Al irse, entré desde mi celular a twitter. Nada sobre la ruptura, aun era un secreto para el mundo y eso me calmaba de cierto modo. Aproveché de ver si ____ o Kendra habían dejado una llamada o un mensaje, pero nada. Me quedé sentado esperando y pensando.

Una chica alta se acercaba, con un cabello marrón muy claro, una pálida tez y unos ojos tristes, es así como se veía. Una bufanda de lana gruesa, un abrigo color oscuro y un jeans apegado a sus piernas largas y delgadas, no podía ser alguien más que Kendra.

Me acomodé en el asiento y ella se acercó, llevaba unas ojeras y un aspecto de cansancio. Hizo un gesto con su cabeza hacia la derecha, su izquierda en su caso. Comenzó a caminar y me levanté caminando a su lado.

Kendra: Siento llegar tarde, hubo un problema en el hotel con uno de los trabajadores y no podía salir nadie, larga historia. –Concluyó mirando hacia otro lado.
Zayn: No fue tanta la demora. –Dije observando algunas tiendas desde afuera.
Kendra: ¿Cómo has estado? –Preguntó al mirarme, pero no la miré, solo agaché la cabeza.
Zayn: ¿Tu como crees?, mal en verdad, he comido poco y he dormido poco.

Caminamos unos pasos más, ella se interpuso en mis pasos, deteniéndome. Me miró de frente, con los ojos empapados y una mirada triste.

Kendra: Lo siento, Zayn. En verdad lo siento... -Intentó tomar aire.
Zayn: No... no llores... -La miré.
Kendra: Fue mi culpa que esto sucediera, perdón, Zayn... perdón...
Zayn: No fue solo tu culpa.
Kendra: Si, si lo fue... -Largó el llanto.
Zayn: -Negué con la cabeza- Yo pude haber detenido el beso, no lo hice. Los dos tuvimos la culpa y ya.
Kendra: Yo... Zayn, ¿cómo le hago? –Volví a mirarla.
Zayn: ¿Para qué?
Kendra: Zayn, no tienes idea de lo que provocas en mí. Zayn, ¿qué hago?, me atraes a ti con cada palabra o gesto que haces.
Zayn: Kendra no... -Agaché la cabeza.
Kendra: Mi vuelo despega a mediodía, no quisiera perder estos minutos.
Zayn: ¿Qué quieres que yo haga, Kendra? –La miré serio esta vez.
Kendra: Que me digas la verdad sin importar el costo, quiero la verdad.
Zayn: ¿Verdad sobre qué?
Kendra: ¿Te gusté alguna vez?, ¿te gusto?, mejor dicho, ¿tengo una oportunidad contigo? –Sorprendido, respiré hondo. Sabía la respuesta, pero no como responder. Esos ojos miel hundidos en lágrimas.
Zayn: Kendra, eres hermosa, dulce, eres maravillosa. Eres como el sueño de cualquier hombre, pero mírame, ¿lo notas?, estoy destruido, estoy destruido porque la chica que yo amo se ha escapado de mis manos. No me preguntes esto porque la respuesta es -Pausé- obvia.
Kendra: -Llevó sus manos a su cabeza, desesperada y triste- Nunca lo entendí.
Zayn: Es tu tiempo de hablar, es ahora o ya no habrá otra oportunidad.
Kendra: ¿Por qué ella?, ¿por qué no yo?, yo pude haberte dado todo lo que ella te daba y más porque...
Zayn: No -Interrumpí- Nadie pudo haberme dado todo lo que ella me dio. ¿Sabes?, la razón de porque me sentí atraído a ti, por feo que suene, fue porque tú me recordabas a ella. Tu forma de ser, de moverte, tus gestos, tu ternura, todo eso, me recordaba a ella. Es como si ella hubiera estado escondida bajo tu cuerpo, creí que eran iguales, confundibles. Ese fue el gran error, creer eso, porque tarde me di cuenta de que ella es única, que no encontraría a alguien como ella ni aunque le buscase cielo, mar y tierra. Nunca.
Kendra: ¿Qué es lo que ella tiene?, ¿qué es lo que la hace única?, dímelo.
Zayn: Kendra, estás siendo masoqui...
Kendra: Dímelo, Zayn. –Interrumpió con poca paciencia.
Zayn: ¿Realmente quieres saberlo? -Ella asintió- Bien.

Volví mi memoria atrás, lucía tan sonriente y natural.

Zayn: Su mirada, esa mirada inexplicada, ese brillo constante en sus ojos. Su risa, contagiosa, era una melodía para mis oídos. Sus manos acariciando mi cabello, mi cara, mi pecho. Era como su guardián, sentía que debía protegerla. La forma en que me sonreía, esos labios perfectos. El aroma que le caracterizaba. Su aire a perfección. Me ha dado los mejores abrazos que he podido recibir. Me hacía sentir como en casa, feliz, cómodo. La fluidez de su voz al hablar con mis hermanas o mis padres, esa dulzura incomparable. Lo que provocaba en mí cuando lloraba, cuando estaba mal, como si yo sintiera todo, conexión, desde el principio, desde la primera vez que vi esos ojos serenos; conexión. Su apariencia al despertar, siempre risueña, siempre sonriendo, diría que su sonrisa es lo más lindo que he visto, pero sus ojos brillosos y su manera de hacer le hacían competencia. Sus besos, delicados, suaves, eran tan... tan ella. No sé qué fue lo que me enamoró o tal vez sé todo lo que me enamoró, pero sigo en la búsqueda de las palabras indicadas. Tal vez era que se riera de mis aburridos chistes, se reía con naturalidad, le parecían graciosos; nadie nunca se reía de ellos. Volvería el tiempo atrás para volver a sentirla. Muchos me dicen "Hey, estás describiendo a la chica perfecta y nadie es perfecto", ellos no saben nada, ni la conocen, ni la han visto dormirse o despertar en sus brazos. Yo sí, así que para mí decir que la perfección no existe es como decir que ella no existe, pero si, si existe.

Alcé la vista con mi inspiración a flote. Enfoqué fugazmente mi vista más allá de Kendra, cruzando el parque. Y la vi. Sé que la vi. Jeans negro, blusa blanca, cabello recogido y lucía seria. Acompañada de una chica rubia, alta. Eran ellas, mi vista no me podía fallar... o quizás sí. Quizás esté tan cansado e ilusionado que las confundí.

Kendra: Zayn... -Miré la hora en su reloj de collar.
Zayn: Deberías ir camino al aeropuerto, sino perderás tu vuelo.
Kendra: Probablemente sea la última vez que nos veamos. Tú y los chicos han sido importantes para mí, serán personas y momentos que nunca olvidaré. –Volteó para emprender su camino a la parada de taxis. Le llamé antes de que se alejara.
Zayn: Nunca olvides que eres maravillosa, ¿bueno? Encontrarás a alguien que te valore como mereces, alguien a quien tú le seas correspondida. Buena suerte, mejor dicho, éxito en todo.

Ella asintió con su cabeza, sonriendo. No dijo palabra alguna, volteó y caminó sin mirar atrás. ¿Quién diría que la chica de Arizona, la tímida chica, habría de pasar por todo esto?

Subí a mi auto y conducí sin saber bien a donde quería llegar. Entré por una calle conocida de Londres y avancé lento al acercarme a un semáforo en color ámbar. Frené despacio y cogí mi celular; nada importante. Revisé algunas cosas y luego lo bloqueé. Miré hacia un lado de la ventana, ahí estaban nuevamente, eran ellas. Pasaron tan fugazmente que casi ni las noté, pero Samy me había notado desde hace más segundos que yo a ellas y al pasar a un lado de mi auto apresuró el paso junto a ella, para que no notara que estaba ahí. Al menos la vi. Mañana ella entraría nuevamente a clases y luego la vería junto a Lou en el estudio de fotografías de una revista Australiana; mañana sería un nuevo día.  

Stole my heart | z.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora