¿Hermano?

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*Pov Demian

Me encontraba en una joyería junto con la mujer más bella. Estabámos escogiendo el anillo perfecto, la pequeña andaba como niña en dulcería con una sonrisa deslumbrante, de esas que te hacen sonreír o sentirte afortunado.

-Buenas tardes Señor,¿en que puedo servirle?-una mujer como de unos 24 años apareció detrás del mostrador.

-Venimos a ver anillos de compromiso-dije educadamente, mi sonrisa se hacía más grande.

-¡Oh claro!, por aquí-camino al estante que había detrás de nosotros, la pequeña seguía embobada con unas cadenas de oro.

-Princesa-llamo su atención-ven aquí

-Ya lo encontraste-dice apenas llega a mi lado, yo sonrío y la abrazo por la cintura.

-No sé como escoger un pinche anillo-dije frustrado-por eso te traje-sonreí

-Ok te ayudo-su manera tierna me hizo sonreír.

-Mira Fede, como nosotros cuando decidiste comprar el anillo y comprometerte conmigo-una señora al lado nuestro nos veía con ternura, Dayan y yo volteamos a vernos y comenzamos a reír-espero sigan ese camino-la señora siguió.

-Un consejo para los enamorados-dijo el tal Federico-ella siempre tendrá razón en todo, así llegarán a tener muchos años de matrimonio-le sonrió a su esposa.

Le di una mirada a Dayan quien sonreía melancólica-Ella siempre tiene razón-dije para agregar- gracias por el consejo.

Dayan se había quedado en silencio el resto del tiempo que estuvimos en la joyería.

-Ya sueltalo-digo una vez afuera del local, iríamos a comer ya que ambos moríamos de hambre.

-¿Soltar que?-se hizo la desentendida,la mire y deje de caminar-Ok ok, sólo que me puso triste ver a esa pareja y me enojó que no desmintieras que tú y yo somos mejores amigos-la exasperación en su voz la hacía ver tiernita.

-Te ves adorable cuando te exasperas e intentas enojarte-estripe suavemente su cachetito-Vamos que tengo hambre.

Negó con su cabeza-¿Que haré contigo?-dicho esto nos pusimos en marcha riendo como niños pequeños

(.....)

-¿Alistaste el chupón, pañales, su juguete favorito, ropa extra por si Dayan la quiere sacar?-Zoe se encontraba en la puerta de la casa gritando, mientras yo me encontraba con la bebé en el auto ya listos para salir. Asentí con la cabeza para que dejara de gritar y se acercara al auto.

Camino al apartamento de mi pequeña sólo pensaba en lo genial que sería este fin de semana, uno inolvidable para el amor de mi vida y por supuesto que mío.

Ahora mi único miedo es que no se quiera casar conmigo, últimamente nuestra relación está en un hilo, en la cuerda floja como dirían algunos.

Unos dirán que lo mejor es separarnos por todos los problemas que tenemos, pero la amo con mi alma, amo a esa Zoe positiva y amorosa, esa Zoe enojada y tierna, feliz y triste, la amo en todas sus facetas. La Zoe de ahorita, con comportamiento de perra, no es de la que me enamore, pero aún guardo la esperanza que la Zoe de la que me enamoré se encuentre ahí todavía.

Es la madre de mi hija, mi mejor amiga y el amor de mi vida, no podría vivir sin ella o lejos de ella. Es parte fundamental de mi vida, por eso estoy cien por ciento seguro de la decisión que ya tomé.

-Llegamos-puse el freno de mano y me baje, fui a los asientos de atrás para ver a una Abby juguetona, agarré su maletín y la alcé. Camine a la puerta del apartamento de Dayan y toqué.

Sobreviviendo A La Oscuridad #GoldAwardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora