9

14.4K 2K 753
                                    

Si quieres leer este libro completo, lo tienes disponible en INKITT. Y si quieres que suba en esa aplicación una historia inédita, sígueme allí (aparezco como Sonia López Souto). Una vez alcance 500 seguidores en Inkitt, la empezaré a subir 😊
_____________________________________

-¿Dónde está? - apenas contengo la ira que me embarga.

-¿Quién?

-Sabes perfectamente de quién hablo - grito - No me hagas repetirte la pregunta.

-Nadie lo ha visto desde esta mañana.

-¿De verdad me crees tan estúpido? - lo sujeto por los colares y lo acorralo contra la pared - Eres su jodida sombra. O me dices dónde está o te juro que tendrás que comer purés el resto de tu vida.

-Salió en coche hace unos diez minutos - lo veo tragar con dificultad, sabe que soy capaz de cumplir mi amenaza.

-¿A dónde?

-No lo sé. Sólo me dijo que tenía que deshacerse de algo.

-Mierda - lo suelto. Sé perfectamente lo que va a hacer - ¿En qué dirección?

-Hacia el norte.

No necesito más. Corro hacia uno de los coches y me subo en él. Y aunque no sé exactamente dónde está, necesito darle alcance antes de que sea demasiado tarde. Nunca antes he conducido a tal velocidad, a punto estoy de estrellarme en un par de ocasiones, pero no aminoro. Cuando doy con él, ya está apuntando a la cabeza de la joven. Salgo del coche y corro hacia ellos.

-No - grito. Me cuesta respirar y el sonido del disparo retumba en mis oídos. Ha sido otra maldita pesadilla, pero parece como si hubiese vivido aquel momento de nuevo - Mierda.

Con todo lo del psicólogo, mis sueños han empeorado. Es como si mi subconsciente supiese que alguien pretende adentrarse en él y anduviese revolucionado. Paso mis manos por el rostro, como si así fuese capaz de eliminar el recuerdo y me levanto. Necesito una ducha mañanera. Otra de tantas desde hace días.

Mientras dejo que el agua resbale por mi cuerpo, me concentro en no pensar en que hoy es el día en que debo acudir a la primera sesión. No puedo decir que esté nervioso, porque no es así, pero me siento ansioso por lo que pueda pasar. Porque desde luego, no voy a colaborar. No tengo intención de airear mi pasado con alguien a quien no conozco. Y mucho menos si es como el enano de gafas que tanto me sacó de mis casillas con aquella maldita palabra.

Me visto sin ganas y hago tiempo durante el desayuno. Cuanto más cerca está la cita, menos me apetece ir. Aún así, salgo de casa con tiempo suficiente para no llegar tarde. Soy un maniático de la hora y odio llegar tarde a los sitios. Claro que también odio tener que esperar. Me viene de mis años en el ejército, donde cada misión estaba cronometrada al máximo. No se podía actuar antes ni después. Tenía que ser en el momento justo.

Ahora en el trabajo no soy de los que siguen las reglas precisamente para que no me recuerde a aquella época. Y tal vez por eso Thomas nunca me ha puesto impedimentos en cuanto a eso. Pero en mi vida diaria no puedo evitar controlarlo todo del mismo modo que lo hacía por aquel entonces. Supongo que hay costumbres que nunca mueren del todo.

La mañana está fría y hay niebla. El verano está llegando a su fin y se hace notar. Mis días de llegar seco a los sitios también están contados. Desventajas de ir en moto, aunque no la cambiaría por nada. Que importa un poco de lluvia en la ropa cuando te sientes libre volando entre los coches. O cuando una guapa mujer se aprieta contra ti mientras la llevas a donde sea que quiera. Desde luego, la moto es el mejor medio de transporte que alguien haya podido inventar.

ImplícateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora