14

14.8K 1.9K 460
                                    

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

Me muevo con sigilo para no ser descubierto. Hoy toca pasar desapercibido. Me acerco a mi objetivo ocultándome en las sombras, mis mejores aliadas en momentos como este. Mi respiración, algo acelerada, parece escucharse en la silenciosa noche pero sé que sólo es mi subconsciente engañándome. Lo mismo ocurre con el fuerte latir de mi corazón. Inspiro profundamente y todo sonido desaparece a medida que expulso el aire de mis pulmones.

Sé que no soy el único en el lugar, aunque no pueda verlos. Ni siquiera necesito saber dónde están para continuar mi camino, porque el punto de encuentro ya ha sido dictaminado horas antes. Simplemente debo seguir avanzando. Sencillo.

Cuando estoy llegando, noto movimiento a mi alrededor. Mis compañeros han de estar cerca también. Sujeto con fuerza mi arma y continúo avanzando, ahora apuntando al frente y esperando encontrármelos en cualquier momento pero de repente, ni siquiera lo veo venir, alguien me derriba de un golpe. Hace un segundo me creía rodeado de amigos y ahora me encuentro con tres hombres claramente hostiles, que me han arrebatado el arma.

-¿Así va a ser? - digo, aunque sé que no pueden entenderme - ¿Ni siquiera será una pelea justa? De hombre a hombre.

Me golpeo el pecho y luego muestro mis puños hacia ellos para intentar hacerme entender. Se miran entre ellos y ríen. No sé si me creen poca cosa contra los tres o simplemente están pensando en pegarme un tiro y acabar con todo de golpe, sin más miramientos. Espero que sea lo primero.

-Americano - dice el más corpulento con desprecio, avanzando hacia mí.

-Escocés, tío - digo ofendido - ESCOCÉS.

En cuanto llega a mí, lo golpeo con fuerza y lo tumbo. No sé si le duele más el golpe o el orgullo, pero no me da tiempo a averiguarlo porque un cuarto hombre me golpea con la culata de su arma por la espalda y caigo al suelo aturdido. Me sujetan con fuerza entre dos y el recién llegado me da otro golpe en el estómago, que me impide levantarme y me deja sin aire por un momento.

Descubro cerca de nosotros, todavía oculto, a Rampsey. Debería sentir alivio, pero no es así, porque veo en su mirada que no tiene intención alguna de intervenir. Parece querer decirme que ya le he causado demasiados problemas y que para él es mejor que desaparezca. Cuando el cañón del arma me apunta justo entre los ojos, me yergo tanto como puedo y desafío a mi ejecutor con la mirada. Si he de morir, que sea con mi honor intacto.

Grito en cuanto escucho el ruido del disparo y me incorporo sudando, una vez más. Mi corazón late desbocado. Malditas pesadillas. Ni siquiera miro el reloj esta vez, necesito una ducha con urgencia. Media hora más tarde, ya más relajado, compruebo que son las siete de la mañana. Hora de empezar el día aunque no me apetezca. Hoy es mi tercera cita con la psicóloga y por más que Cameron alegre la vista, no estoy de humor para una nueva guerra verbal con ella. Preferiría volver a enfrentarme a los hombres de la pesadilla que a su dura mirada cargada de reproche.

-Mierda de día me espera - suspiro mientras me tomo mi desayuno sin demasiadas ganas. Creo que me dolerá la cabeza al final del día, justo lo que me faltaba para rematarlo.

Al llegar al trabajo, me encierro en mi despacho. No tengo ánimos para hablar con nadie, así que aprovecharé para terminar los informes que debería haber entregado ayer a última hora. Thomas esperará encontrarlos en su mesa cuando llegue. No me queda demasiado tiempo, aunque están casi a punto.

ImplícateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora