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Cuando llego a casa de Alec y Kath, todavía sigo pensando en que Cameron me rechazó. Al salir del vestuario, no me miró en ningún momento y yo decidí hacer lo mismo. Ni siquiera volvimos a hablar hasta llegar frente a su consulta, donde me dedicó un corto y tenso nos vemos el miércoles con su rictus más serio. Tampoco yo busqué más. No estoy de humor para intentar entender por qué pasó. Lo dejaré estar por el momento, para disfrutar de la cena con mis amigos.

-Tío Rory - Faith corre hacia mí y se me olvidan todos mis males con su sonrisa. No hay nada como abrazarla para que mi día mejore considerablemente.

-Pequeña hada - la elevo en el aire unas cuantas veces, antes de acomodarla en mis brazos y besar su coronilla.

Entro en el salón, donde sé que estarán esperándome los demás. Alec dijo amigos en plural por lo que doy por sentado que Duncan y Sally estarán también aquí. Ya tengo ganas de verlos, porque creo que desde la boda no hemos vuelto a coincidir.

-Amor, ¿cómo estás? - me saluda Duncan - No he sabido nada de ti en semanas. Me tienes abandonado.

-Ya le pedí a Sally que te entretuviese por mí - rio mientras me acerco a ella para darle un beso en la mejilla - No has debido hacerlo muy bien, si ya se está quejando, querida.

-Hola, Rory - me contesta con una sonrisa en los labios pero no puede evitar que su rostro se coloree.

Me siento a su lado y recoloco a Faith para que no se me escurra del regazo. Alec aparece entonces por la puerta y se une a nosotros. Aunque intenta que su hija se vaya con él, la pequeña se sujeta con fuerza a mí y niega efusivamente. Alec me mira ceñudo cuando le regalo mi mejor sonrisa de victoria.

-Me adora - le digo - No puedes luchar contra eso.

-Es mi hija - dice - Disfrútala sabiendo que a mí me ama.

-Como niños - dice Kath, que entra detrás de Alec - Estamos todos y la cena está lista. ¿Vamos?

No necesitamos más invitación que esa, la comida de Kath siempre está deliciosa. Mientras vamos hacia la cocina, Faith abandona mi regazo y corre hacia su padre. Ahora me toca a mí tragarme su sonrisa triunfante. Estoy tentado a levantar mi dedo corazón pero me contengo por mi pequeña hada. No quiero que lo vea e intente imitarme. Kath me mataría.

Durante la cena conversamos y reímos. Me encantan estas noches en que estamos todos juntos. Me permiten abstraerme de aquello que preferiría olvidar y no puedo. Con ellos puedo fingir por un tiempo que no hay nada malo por lo que preocuparme.

Al acabar, regresamos al salón y Faith se sube a mi regazo. Empiezo a pensar que esta niña es más lista que nosotros y nos vacila, pero en cuanto se acurruca contra mí, se me olvidan sus motivos. No hay nada mejor que tener a mi pequeña hada contra el pecho. Ni siquiera soy consciente de cuándo se queda dormida, hasta que Kath se levanta y se la lleva a la cama.

-Es lo mejor del mundo - dice Alec y sé a qué se refiere. Podría dejar que se duerma así todos los días de mi vida.

Kath no tarda en regresar y se sienta en el regazo de Alec. Se miran y se sonríen como si estuviesen guardando un secreto sólo de ellos dos. Creo que no soy el único que lo nota porque Duncan le lanza a Sally una mirada muy significativa. Tengo la sensación de que será ahora cuando conoceremos ese motivo que según Alec no existe, por el que estamos esta noche en su casa.