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CAMERON

Rory duerme a mi lado, parece totalmente relajado ahora. Aunque no fue así cuando me despertó hace media hora. Puedo imaginar con lo que estaba soñando, supongo que será así en una gran mayoría de sus noches con todo lo que ha vivido, pero mis caricias en su pelo y mi voz en su oído lo relajaron al momento, sin que llegase a despertarse. Todavía es de madrugada y debería volver a dormir pero mirarlo a él me tiene completamente despejada.

Su confesión, dicha de golpe y sin que me la esperase, me dejó inquieta hasta cierto punto. Porque aunque es algo que he querido escuchar desde que descubrí lo que yo sentía por él, también sé que Rory es un hombre de los que huyen del compromiso. Al menos de aquel que implique a una sola mujer en su vida y de manera permanente. Sé que ha cambiado su comportamiento y su forma de pensar en muchos aspectos desde que lo conozco, que haya decidido confiar al fin en sus amigos es uno de los pasos más significativos. Y eso solo será el principio. Aún así, no puedo dejar de pensar en que en cualquier momento cambiará de opinión con respecto a lo que cree sentir por mí.

No sería el primero que, después de salir del hoyo donde se encontraba, cree estar enamorado de la persona que le ayudó, cuando en realidad sólo es un profundo agradecimiento. Me asusta pensar que sea eso lo que le ocurre a Rory. Y sin embargo, se sintió tan real. No únicamente sus palabras, sino el modo en que hicimos el amor nuevamente después de ellas. Algo cambió con respecto a las otras veces y aunque intenté no sentirlo de ese modo, me fue imposible. Ahora sí que estoy loca por él.

A pesar de eso, no me quiero hacer ilusiones ni adelantar acontecimientos. Mi experiencia me ha enseñado que no se pueden apurar las cosas, todo sucederá cuando tenga que suceder. Pero hay algo que sí tengo claro si es cierto lo que dice, no puedo seguir siendo su psicóloga. Imposible. Si alguien descubre lo que está pasando entre nosotros, sería mi ruina profesional y no puedo permitírmelo. He luchado mucho para conseguir sacarme el título y por hacerme un nombre entre mis colegas una vez graduada. Llegado el momento, si debo traspasar su caso a un compañero, lo haré sin vacilar. Tanto si Rory lo entiende o como si no.

Me levanto y voy al baño. Necesito moverme. Refresco mi rostro y me miro al espejo durante no sé cuánto tiempo porque me pierdo en mis pensamientos. Sacudo mi cabeza para regresar al presente y vuelvo a la cama. Rory continúa durmiendo y me recuesto a su lado. Apenas nota mi presencia, pasa un brazo por mi cintura y me atrae hacia él. Oculta su rostro en mi cuello y su aliento choca contra mi piel provocando que mi corazón bombee fuerte. Aunque creo que no podré volver a dormirme después de esto, lo hago.

De repente, un ruido me despierta y me siento en la cama de golpe. Ahora mi corazón late con rapidez de nuevo pero por distinto motivo. Lo primero que noto es que estoy sola en la cama. Busco a Rory con la mirada y lo veo cerca del baño, vistiéndose. Me mira a su vez, sorprendido por mi reacción. Entonces esboza una sonrisa que sé que vendrá acompañada de una de sus típicas respuestas graciosas.

-Tranquila, nena, que no me he ido todavía - me guiña un ojo - No me eches de menos antes de tiempo.

-No es eso lo que me preocupa - intento aparentar que no me afecta y creo que lo consigo - Puedes irte cuando quieras.