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Me mantengo al margen, con mi taza de café en una mano y mi tostada en otra, mientras las veo desayunar y hablar entre ellas sobre lo que han de hacer a continuación. Cameron trata de convencerlas de que todo saldrá bien, de que denunciar a Barry es un paso importante para empezar a superar el trauma. Nancy tiene la desesperación y el arrepentimiento pintado en su rostro. Seguramente está sufriendo por lo que le ocurrió a su hija y culpándose de ello. Kelly, en cambio, está pendiente de cada palabra que pronuncia Cameron y cada gesto de sus manos. Puedo ver la admiración en sus ojos y sé que entre ellas hay algo más que una simple relación de psicóloga y paciente.

Empiezo a creer que Cameron se implica demasiado con todos sus pacientes y que lo que ha estado haciendo por mí, lo habría hecho por cualquier otro. Parece que lo único que quiere es mejorar la vida de sus pacientes a cualquier precio. Y no estoy seguro de que me guste eso. No quiero pensar en que lo que pasó entre nosotros haya sido sólo parte de su estrategia para lograr que le hablase de mi pasado. ¿Sería capaz de llegar tan lejos sólo por eso? Si la respuesta es afirmativa, entonces su confesión de antes cobra un nuevo sentido. Porque seguramente ni sea cierta, sino que lo ha dicho para que me asuste y me aleje de ella ahora que no es necesario presionarme para hablar.

Es una más que probable posibilidad porque sabe que eso funcionaría. Y vaya si funciona, lo único que quiero cada vez que noto su mirada sobre mí es irme bien lejos de aquí. Sólo mi preocupación por Kelly me mantiene en esta casa. No puedo permitir que le pase nada más, ya ha sufrido suficiente para su corta edad. Y los recuerdos de... ella sólo sirven para que mi determinación en ayudar a Kelly sea más fuerte.

Es curioso que no sea capaz de pronunciar su nombre, incluso después de haberle hablado de ella a Cameron anoche. Claro que ni siquiera en ese momento lo usé. No puedo. Sería traer de regreso aquel maldito día en que le fallé, en que no fui capaz de protegerla como le había prometido. Cameron está segura de que acabaré aceptándolo, pero yo sé que no será así. Porque ella está muerta y eso no se puede cambiar. La culpa me acompañará toda la vida.

-Hora de irse - digo, incapaz de permanecer en la casa por más tiempo - Os espero abajo. Os seguiré en la moto.

Salgo del apartamento antes de que nadie pueda detenerme. Necesito aire fresco para despejar mi mente. Demasiado en lo que pensar en las últimas 24 horas. Mis ganas de desaparecer crecen al verme en la calle, pero las mantengo a raya. Ya habrá tiempo para pensan en eso en cuanto Kelly y su madre estén a salvo de Barry. Ya me gustaría tener unas palabras con él. O más bien un buen enfrentamiento, me serviría para descargar mi frustración sobre él. Pero me temo que eso no ayudaría demasiado al caso y sería darle la razón al maldito psicólogo que me obligó a recibir la terapia.

Una vez en comisaría, sólo Nancy puede acompañar a Kelly a declarar. Los demás esperamos por ellas en la sala de la entrada. Casey se aísla del mundo en su música y en un libro, aunque puedo ver cómo su mirada se posa cada poco tiempo en la puerta por la que desapareció Kelly. Cameron mantiene la cabeza apoyada en la pared y los ojos cerrados. Parece relajada, aunque el movimiento constante de sus párpados me dicen que no es así. Y yo no puedo dejar de mirarla a ella y preguntarme cuánto de verdad hay en sus palabras. Porque cuanto más tiempo pasa, más creo que solo intenta asustarme para que me mantenga lejos de ella. Y necesito saberlo.