Hola mi nombre es Clarissa Marín, tengo 16 años, soy una adolescente normal, hija única pero no era la típica consentida.
Yo amo mi estilo. Me encanta andar en Skete y mis vans.
En el cole bien, va me encanta soy la chica que se saca entre 9 y 10, e...
-Hola Clary el gusto es mío. Me gustó mucho como cantaste, tenes un muy lindo tono de voz, y buena presencia en el escenario.
-Gracias- Otra vez sin palabras.
-Mira, esta es nuestra tarjeta. Tenes un super talento para esto y no queremos que se pierda- Dijo Carlos extendiéndome una tarjeta con sus datos de contacto.
-No dudes en llamarnos, ¿si?
-Obvio, los voy a llamar. Muchas gracias, de verdad.
-A nosotros no nos tenes que agradecer nada, todo es obra de Gonzalo que nos insistió en venir, y la verdad que no se equivocó en llamarnos.
-Bueno, ahora nos tenemos que ir. Un gusto Clary- Nos dimos un apretón de manos. -Adiós Gonza.
Estaba muy sorprendida. Definitivamente era el mejor cumpleaños de todos.
-¿Te gustó tu primer regalo?
-Sí y mucho. No me lo esperaba. Gracias, gracias- Me quedé pensado en lo que dijo. -¿Primer regalo?
-De nada. Y sí, ese fue el primer regalo. Ahora vamos que te voy a dar el segundo.
Extendió su mano hacia mí y la tomé. Me dirigió hacia las escaleras y subimos hasta que llegamos al primer piso. Lo primero que hizo fue taparme los ojos.
-¿Es necesario esto?- Pregunte algo nerviosa.
-Si- Respondió sin más.
Ya no podía ver nada. Tenía miedo de caerme o algo así. Seguimos subiendo hasta que llegamos a la terraza. Escuché que Gonzalo abrió la puerta, provocando que el viento sacuda mi cabello. Él, suavemente, quitó la venda mis ojos, dejándome ver lo que estaba frente a mí.
-¿Y esto? Es hermoso- La terraza estaba decorada muy linda. Algunas luces que decoraban mantenían una tensión baja, había una mesa con sillas, un sillón muy lindo. Era un ambiente muy tranquilo y lindo.
-Bueno, con el decorado me ayudó Cande. Sabes que tenes una muy buena amiga ¿no?- Yo sólo asentí con la cabeza, todavía estaba muy asombrada. -Vení, vamos a sentarnos en el sillón.
Fuimos al sillón y ahí encontré una tercera sorpresa, era un perro. Estaba dormida y entonces Gonzalo la despertó al levantarla y extendérmela.
-Ella es Lara, tiene sólo 4 meses, es un Gran Danes. Como dijiste que te gustaban, adopté uno para vos.
-Es hermosa, gracias, la amo- Me senté en el sillón y Lara comenzó a darme besos mientras yo la acariciaba.
Gonza se sentó del otro lado y bajó a Lara del sillón
-Bueno, ahora es tiempo de tu último regalo. Cerra los ojos.... Ahora abrilos- En su mano colgaba un collar en forma de corazón que estaba dividido en dos partes, uno decía "I love" y el otro "You".
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