Daina ha crecido en la pobreza, valiente y temeraria.
Foren ha crecido en el mundo de apariencia que es la corte, siempre ocultando su verdadero yo.
Sus caminos no debían cruzarse, pero el destino a veces guarda sorpresas inesperadas.
Un...
La vieja casa va recobrando algo de su prestigio, pues la muchacha, aburrida, pasa el día limpiando el polvo y las telarañas de la mansión.
Intenta mantener la mente ocupada pero a menudo se pregunta qué habrá sido de las princesas. Confía en que estarán bien y espera que hayan sido rescatadas con vida.
¿La estarán buscando a ella aún?
Conociendo a Carlps no se dará por vencido fácilmente, pero lo más seguro es que tarde o temprano la den por muerta.
Luio viene a verla todos los días, tanto a primera hora de la mañana, como a última de la tarde. Pero no ha conseguido de ella más que su indiferencia.
Está empezando a usar algunos métodos de "tortura" que él prefiere llamar "persuasión".
Su última ocurrencia ha sido llevarse un rico manjar para comer delante de suyo, mientras lo observa, para luego dejarle solo un poco de pan duro y una manzana para todo el día. Pero eso no hará que hable.
En realidad, a parte de sus preguntas podría contestar el mismo si se parase a pensar sobre ello, por no decir a todas. ¿Cómo podía conservar su fortuna si no parecía ser capaz de sumar dos y dos teniendo las respuestas ante él?
Sabía por qué odiaba tanto a Eld. Había centrado en él todo su odio, aunque fuesen otros los causantes de sus desgracias. ¿Pero realmente ese odio le había impedido ver que lo tenía delante todo el tiempo? Seguramente cuando descubriese la verdad se sentiría realmente estúpido. Pero no llegaría a esa verdad a través de ella. Nunca traicionaría a un amigo.
***
Foren lleva días deprimido.
Se pasa las horas jugando con el viejo medallón.
Alxa no sabe qué hacer para animarle, simplemente se limita a contemplarle y estar ahí a su lado en todo momento.
-No entiendo por qué es tan importante ese medallón -comenta para romper el silencio.
-Porque me recuerda a ella -responde él sin mirarla-. La última vez que la vi, le enseñe el medallón, y le hizo gracia que la mujer de la imagen se pareciese mucho a ella.
-Ya veo -comenta su amiga con un leve asentimiento de cabeza.
-Sabes, no sé si te había contado alguna vez lo de ese sueño que tanto se me repite -comenta él distraídamente, ella simplemente responde con un tímido no-. Es un sueño muy extraño...
El muchacho le cuenta su sueño. También añade que cada vez está más seguro de que la voz y los ojos de la niña son de Daina, pero le parece imposible.
-Solo es un sueño -intenta consolarle ella-. No le des mayor importancia y, por favor, hace un día estupendo, salgamos un rato a dar un paseo.
Él suspira, pero finalmente cede, tal vez un poco de aire fresco le haga bien después de todo.
