Maratón 2/3
-Si quieres que te cuente lo que sé, trae a Foren -había dicho la joven.
A él no le hace mucha gracia que otra persona sepa donde se encuentra ella, pero si así logra que hable, cederá a su petición.
Foren corre hacia la joven de tez pálida y enfermiza, que le observa con ojos tristes y cansados, sentada en el frio suelo del otro extremo de la habitación. Su espalda apoyada en la pared, su vestido tan roto que es casi igual que no llevase nada y, sus delgados brazos, donde los huesos casi se marcan bajo la piel, están llenos de cortes y arañazos, al igual que el resto de su cuerpo.
Él no sabe cómo reaccionar cuando ella se abalanza sobre su cuello obligándole a agacharse para quedar a su altura. La muchacha esconde la cara en su pecho mientras algunas lágrimas escapan de sus mejillas.
-¿Qué te ha pasado? -logra preguntar él con sincera preocupación.
Luio les observa de pie junto a la entrada del viejo salón.
Cuando se ha calmado lo suficiente, Diana se separa un poco de él para poder mirar a Luio a los ojos.
-Díselo tú, Luio -su voz es firme y segura, pero con un toque escondido de súplica.
El marqués permanece en silencio cómo si se tratase de una estatua y no de alguien vivo. Ante su silencio Diana continúa hablando.
-Díselo Luio, no seas cobarde -su vieja seguridad ha vuelto a ella. Él tendrá sus respuestas, pero eso será su sentencia final-. Dile que no es tu hijo.
-¿Qué? -pregunta Foren girándose hacía Luio sorprendido por esta revelación. Pero el marqués sigue sin decir nada.
-Dile que en realidad es tu sobrino, el hijo mayor de Rakel. Díselo -hace una breve pausa para coger aire-. Dile que yo soy tu sobrina y su hermana pequeña. Que Fuimos separados por tu culpa. Que pegabas a tu hermana e, incluso abusaste de ella.
Luio permanece inexpresivo, mientras que el rostro de Foren es una explosión de emociones: sorpresa, incredulidad, rabia, odio, furia...
-Dile que tú mataste a nuestro padre -sigue revelando ella.
-Fue un accidente -se defiende él en un susurro casi inaudible.
-Dile que Eld es un personaje que inventaron Carlps, Releio y nuestro padre solo para fastidiarte. Que tras la muerte de papá, Carlps decidió darle vida para hacerlo más real. Que siempre le culpaste de quitarte a la mujer que amabas y de que ella muriese al dar a luz a su único hijo.
Dile que en realidad fueron Rakel y Mera las que interfirieron para que se casase con él y no contigo.
Luio parece pensativo, asimilando lo que ella está revelandole.
-Dile que tú fuiste quien me secuestró, que abusaste de mí, que me torturaste para obtener estas respuestas que podrías haber obtenido sin mi ayuda. Que... -la voz le falla en ese momento. Niega con la cabeza y finalmente murmura en un susurro mientras sus ojos vuelven a llenarse le de lágrimas -Que estoy en estado.
Foren no aguanta más. Clava sus ojos en los de su tío y, se pone en pie con los puños apretados. Parece dispuesto a enfrentarse a él, pero la joven le detiene tirando de la parte baja de su camisa.
-No merece la pena -murmura-. Solo sácame de aquí.
Él asiente.
-Ya tienes tus respuestas Luio, ahora déjala ir -le ordena intentando controlar su ira.
-¿Te atreves a decirme qué hacer? Ella sigue siendo mi prisionera. Y, en realidad, tú también -añade casi para sí.
-Pero en su estado necesita atención médica. Está enferma, ¿no lo ves?
Luio se limita a negar y les da la espalda.
-Es tu sobrina. Por la memoria de mamá -grita. "Mamá", que rara se hace esa palabra en sus labios al no referirse a Hila-, no puedes dejarla aquí.
Luio parece pensarlo un momento.
-Está bien -cede finalmente-, la llevaremos a casa, pero sigue siendo una prisionera.
-Es tú sobrina, no un trofeo de guerra.
-Es lo único que tengo para atraer a Carps.
-Es un ser humano, no un objeto.
-Será lo que yo quiera y, si quieres sacarla de aquí tendrás que aceptarlo.
-No merece la pena -murmura Daina-, no importa, ya se nos ocurrirá algo.
-No pienso permitir que vuelva a tocarte, no dejaré que te haga más daño.
-Entonces déjale que crea que sigue teniendo el control.***
Daina es consciente de que haber salido de esa casa ruinosa no es lo mismo que ser libre. Pero, ahora Luio ha perdido el control.
Nada más llegar, Hila se hizo cargo de ella. Su tía no le ha quitado el ojo de encima en ningún momento. Daina cree que Luio la está usando como vigilante para que no pueda escapar.
Pobre mujer, usa kilos de maquillaje para ocultar las cicatrices en su rostro, siempre con mirada triste y callada. Daina la observa con pena, la misma con la que su tía la mira a ella. Ambas mujeres son víctimas del mismo hombre y, ambas compadecen en silencio a la otra por su situación.
Su hermano la ha puesto al día del mundo real. Se alegra de saber que Carlps está recorriendo cada centímetro de la ciudad y sus alrededores para encontrarla. ES un alivio saber que alguien mantiene la esperanza de encontrarla con vida. Solo espera que le perdone por haber revelado la verdad a su enemigo. Pero él siempre ha sido muy comprensivo y, muy consciente de que Luio no está muy bien de la cabeza. Es esa ceguera por la venganza el odio lo que probablemente no le ha permitido ver la verdad con sus propios ojos.
También la reconforta el saber que Foren tampoco había perdido la esperanza de que apareciese viva y, que empezase a atar cabos antes de le revelase el secreto. Su tío no había logrado cegar al muchacho como había hecho consigo mismo, él solo se comportaba así para pasar desapercibido en esa casa que más era como una prisión para los tres.
También le contó que los demás sí habían perdido la esperanza de que siguiese viva. Tenía toda su lógica, no les iba a culpar por eso.
—Gabelt y Meicel no parecen hacerse a la idea. Sobre todo lo veo en Gabelt, que es a quien más veo. No termina de asimilarlo, sabe que es lo más lógico, pero no quiere reconocerlo — hizo una breve pausa—. Respecto a Mashel... Él cree fielmente que estás muerta. ¿Qué otra cosa esperar de una chica pobre? No creo que se le haya pasado por la cabeza la posibilidad de que el objetivo fueses tú y no las infantas. No puedo decirte si para él eras un juego, o realmente sentía algo hacia ti... —Foren negó con la cabeza como si fuese a añadir algo más, pero lo hubiera desechado—. Ayer se comprometió con Lina Dua, la hija mayor del Marqués de Llisa.
Ella se había limitado a asentir ante esta afirmación. No se esperaba otra cosa. Sintiese lo que él sintiese por ella, su deber era casarse con alguien de la alta nobleza. Si el secuestro no hubiese tenido lugar, su secreto no habría sido revelado y nadie sabría que ella pertenece a la alta nobleza tanto como Lina. Seguramente Releio y Mera sí lo sabían y, no la hubiesen rechazado como nuera, pero no estaba segura de que su hijo le hubiese propuesto algo serio creyendo que era una huérfana sin nada. ¿Cómo se lo tomaría cuando supiera la verdad?
—Voy a ver a Foren –le indica a Hila aburrida de estar sentada en la salita ayudándola con unos patucos de ganchillo.
—Luio dijo que te quedases conmigo –le recuerda su tía casi como una súplica.
—Ya sé lo que dijo. No voy a salir de la casa, solo voy a estirar las piernas un rato.
—Nos meterás en problemas, Daina.
—Deberías dejar de temerle, Hila. Le vi marcharse hace un rato.
-Ten cuidado –le advierte su tía y, con un profundo suspiro, la deja marcharse de la habitación.
Foren se encuentra en su escondite secreto sobre la escalera.
-¿No estabas con Hila? –le pregunta al verla entrar por la trampilla.
-Así es en teoría, pero necesitaba pedirte un favor.
-Dime. ¿DE qué se trata?
Daina guarda silencio un momento. ¿Logará convencerle de que acepte?
-Necesito que vayas a casa de Carlps y le cuentes lo que ha pasado.
-¿A casa de Carlps?
-Sí.
-Pero allí estarán Gabelt y su primo. Sabes que no les caigo bien.
-Confía en mí, no te harán nada.
-¿Segura?
-Ninguno de los dos seremos libres mientras nuestro tío no pague por sus delitos. Sé que eres valiente hermano, o dejes que te intimiden. Tal vez no les caigas bien, pero son inofensivos. Además, tú eres el único que puede salir de esta casa.
-Tienes razón, Daina. No quiero ser cómplice de nuestro tío. Es nuestra oportunidad. Iré ahora mismo.
La joven se aparta de la trampilla para dejarle bajar a él primero. Después ella egresa a la salita con Hila, mientras Foren va a por su abrigo para salir a la fría calle en busca de Carlps.
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La huerfana
Teen FictionDaina ha crecido en la pobreza, valiente y temeraria. Foren ha crecido en el mundo de apariencia que es la corte, siempre ocultando su verdadero yo. Sus caminos no debían cruzarse, pero el destino a veces guarda sorpresas inesperadas. Un...