La ansiedad no me ayudaba para nada; quería que todo terminase de una vez por todas y pudiéramos, finalmente, estar en paz. Tener a tu otra mitad intentando convencerte de que ir a visitar a cierta bruja era importante, se convertía en algo abrumador.
—¿Sabes que puedo obligarte a permanecer aquí, verdad?
Bufó caminando en círculos por el lugar.
—Podrías intentarlo...—explicó—, pero de todos modos no lo lograrías, tenemos la misma fuerza,¿recuerdas?
Pasé mis manos con frustración por mi cabello.
—Buen punto,¿segura de querer ir? Es decir, quién es culpable de estos problemas soy yo, no tú.
Se colocó un largo abrigo negro; no porque sentía frío, sino porque le gustaba usar abrigos pese a que la temperatura de su cuerpo no lo necesitase.
—Tus problemas también son míos—habló—.Andando.
Tomó mi mano y comenzamos a salir de nuestro hogar, corriendo por las intensidades del vaporoso bosque. Según mis sentidos me indicaban, había menos siete grados centígrado, algo bastante frío para los humanos. Los árboles estaban cubiertos por una fina capa de escarcha dándole un toque elegante, tal cuál se vería en una película navideña. La luna alumbraba resplandeciente las oscuridades del bosque, haciendo del lugar algo más bonito.
Cuando llegamos a la entrada del viejo campamento como Analeigh había indicado,la detuve antes de ingresar al lugar.
—Si notas algún movimiento extraño de su parte, tu sólo corre al Castillo, ¿está bien?—iba a contestar pero la interrumpí—. Tú sólo hazlo, ¿sí?. Sé de lo que ella es capaz, y nos estamos arriesgando demasiado al venir aquí.
Un silencio se pronunció entre ambos hasta que ella contestó.
—De acuerdo...—murmuró—. Lo haré.
Sin embargo,de su parte, sentí una pizca de engaño.Aunque preferí pensar que me equivocaba.
Sin cruzar palabra alguna, nos adentramos y luego de unos segundos observando el lugar, una voz sonó detrás nuestro.
—Recuerdo haberte citado sólo a ti, querida Dasha—exclamó pasiva—.Aunque, debí suponer que tú vendrías, Arek Nikolov.
Nos giramos listos para enfrentarla, aunque más que nada, para oírla. O al menos eso era lo que Dasha quería. El sólo hecho de ver su figura nuevamente, me causaba repulsión. Debía admitir,sí, que se veía bella;pero jamás superaría la belleza que mi otra mitad poseía. Había algo en su mirada que parecía permanecer a través del tiempo;maldad. Su vestimenta se había adaptado a la época,sin lucir demasiado exagerada,como solía hacerlo en los viejos tiempos.
La forma en que me observaba me daba a entender que aún estaba encaprichada conmigo, y sabía, que algo intentaría hacer.La conocía—desgraciadamente—demasiado.Sabía de las cosas que ella era capaz de hacer,y no pararía.Jamás lo hacía.
El hecho de que haya robado mi alma por despecho,no significaba nada si dañaba a Dasha. El sólo hecho de pensar en que ella sufriera dolor,me carcomía por dentro y me mataba.Pero no permitiría aquello,jamás.
La amaba tanto que era capaz de entregar mi vida por Dasha,o lo que quedaba de ella.
—Debiste hacerlo, no la dejaría sola con alguien como tú—hablé con un tono que hace tiempo no usaba, uno realmente sombrío—, ¿Qué es lo que quieres?
El rencor y el odio era notable en mi voz, y no era para menos, ella fue la principal causante de muchos de mis males. La sed de asesinarla de la peor forma se hacía presencia en mi sistema con demasiada fuerza.
![](https://img.wattpad.com/cover/61876823-288-k732459.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Almas Eternas
VampireEl recuerdo de aquella cálida noche de verano me erizaba la piel, y no es para menos, ese día encontré a mi otra mitad. Pasé cuatro siglos buscando a quién sería mi compañera de eternidad, y cuando finalmente la encontré, huyó de mi. No soy una...