"Amor mío,
Siete años han pasado, siete años desde que me desperté de la inconsciencia sin ti a mi lado, siete años en que no puedo escuchar tu voz, abrazarte, decirte lo mucho que te amo ni tampoco sentirte. Siete años desde que hiciste lo que hiciste y te marchaste. Duele como el infierno. Siete años desde que mi alma volvió a mí, y todo gracias a ti. Pero no te lo agradeceré, porque sé que eso implicó haberte perdido, mi alma lo siente cada instante.
Mentiría si digo que jamás he llorado en este tiempo, porque así fue. Cada maldita noche he llorado por tu ausencia, y, ¿sabes? No se siente tan mal como no tenerte aquí conmigo. Ahora que mi alma está conmigo puedo entender más las cosas, puedo sentir. Pero no me refiero a ti, porque a ti en cualquier estado te amaría, sino porque puedo entender más a las demás personas.
Luego de lo sucedido, me hice más cercano a Abdel, mi hermano. A pesar de todo, logramos perdonarnos mutuamente y hoy en día nos queremos mucho. Él ha estado conmigo siempre, y lo agradezco. Es por eso que decidí retirarme del reinado y ceder el mismo a mi hermano porque yo sabía perfectamente que el reino estaría en muy buenas manos. Él no me ha decepcionado. Estoy seguro que te pondría muy feliz saberlo.
Oh, dulce Dasha. No existe día en que no piense en ti, no hay día en que no te busque. Sí, te he estado buscando desde entonces por cada rincón del planeta pero no he tenido éxito y eso duele. Pero aún así no pierdo las esperanzas de encontrarte y reunirme contigo y nuestra hermosa hija.Ya debería tener 7 años, y la extraño mucho. Ni siquiera he tenido la oportunidad de verla y ya la amo.
También he intentado dar con Analeigh, porque sí, Abdel me confirmó que ella estaba viva después de haber estado bajo un hechizo en el momento que nosotros nos amábamos. Sé que algo extraño pasó entre tú y ella. El primer encuentro que tuvimos me hizo darme cuenta de muchas cosas, además de que devolvió mi alma a mi cuerpo. Las ocasiones donde pude dar con ella la furia cegaba mi sistema y sólo pensaba en matarla, incluso llegué a dañarla con mis palabras porque sabía que le dolerían. Las pocas veces que lo hice logró escaparse, no sin antes prometerme que sería suyo. ¿A caso está loca?¿No entiende que yo siempre seré solamente tuyo?Juro que la próxima vez ella pagará por el daño que nos hizo, pagará el haberte separado de mi.
Jamás comprendí tus acciones y las razones del porqué y quizás jamás lo haga, pero quiero que sepas que no estoy enojado contigo, porque mi amor por ti es mucho más grande que el odio y simplemente no podría albergar otro sentimiento más que amor por ti.
Hoy sólo soy un hombre en busca de su otra parte, la más bella y hermosa, pura y gloriosa. Tú.
Prometo encontrarte, donde sea que estés, porque nuestras almas eternas siempre, pero siempre, buscarán la forma de reunirse, sea en esta vida o en otra, se reunirán para vivir una eternidad juntos. Sólo quiero que sepas que mi corazón siempre te ha pertenecido desde la primera vez y que está aquí, esperándote.
Te amo, Dasha Nikolov. Y prometo encontrarte, a ti y a mi hija.
Siempre tuyo,
Arek. "Sonrió tristemente antes de abrir el sobre y meter el papel dentro del mismo, luego abrió el cajón de su escritorio y deslizó la carta por su interior fundiéndola con las demás que allí había.
Sus ojos tristes estaban fijos en la ventana, contemplando la nieve caer como pequeños recuerdos de una vida pasada.
Allí, en esos ojos tan azules como el mar, ya no había ningún brillo. Estaban apagados, a la espera de encontrar una razón por la cuál volver a brillar. Su rostro que alguna vez fue terso, se cubrió de una desprolija barba y su cabello, un poco descuidado, estaba completamente despeinado.
Poco quedaba del hombre que alguna vez había sido, como si hubiese sido en otra vida. Sin ella todo era un paraíso oscuro.
Ahora, vivía en una pequeña casa a las orillas del mar porque después de lo sucedido, ya no podía vivir en aquella casa donde tantos recuerdos tenía con su otra mitad. La compró pensando que a Dasha le gustaría estar ahí cuando se reunieran ya que además de ser cómoda y pequeña-como a ella le gustaba- tenía una preciosa vista al mar.
La mayoría de las veces intentaba entender el porqué de sus acciones, pero como siempre, no encontraba respuestas. Solía recordar aquel día donde despertó solo y en el medio del bosque. Fue el peor de todos, sus barreras se debilitaban al no encontrar a Dasha, todo su ser quemaba y corazón dolía.
Intentó alejar esos pensamientos pero fue imposible, por lo que intentó distraerse con algo más. Observó su reloj y este marcaba la hora que debía de ser, eso sólo podía significar una cosa. Era hora de salir a buscar pistas sobre ella.
Salió de la pequeña biblioteca y se dirigió al perchero de la puerta principal, agarró su abrigo y se lo colocó. En cuanto abrió la puerta, la vio.
Era ella, no podía ser alguien más. Tenía las mismas facciones que la persona que él buscaba, el mismo cabello blanquecino y suave, pero había algo de él. Sus ojos azules sólo podían ser heredados de él.
Su cuerpo se paralizó y sus ojos se empañaron en lágrimas. Sin escucharlo de su boca ya sabía quién era, lo sentía. Quiso abrazarla pero se contuvo, esperaría hasta que ella dijera algo.
—¿Papá?

ESTÁS LEYENDO
Almas Eternas
VampirEl recuerdo de aquella cálida noche de verano me erizaba la piel, y no es para menos, ese día encontré a mi otra mitad. Pasé cuatro siglos buscando a quién sería mi compañera de eternidad, y cuando finalmente la encontré, huyó de mi. No soy una...