Me quedo viendo cómo se va de la cafetería, lleva una mochila detrás de él.
Dejo que se vaya y me quedo sentado mirando el café, me lo termino y voy a la papelera para tirarlo. De camino veo a un chico, es alto y bastante fuerte, rubio con una parte de la cabeza rapada, va corriendo hasta que choca contra mí y su café impacta en su camiseta.
El chico se levanta y me mira de arriba abajo.
— ¿Qué haces payaso? — Me grita con la cara roja de rabia.
Tiene los dientes perfectamente rectos y su cara me suena un montón, estoy seguro de haberlo visto en la parte de atrás del autobús.
— Tú has sido quien has tropezado conmigo — Respondo analizando la aparatosa mancha de su camiseta.
La gente se va dando cuenta y algunos empiezan a reírse, unos más escandalosos que otros.
— Te acordarás de mí — Dice mientras sale corriendo no sin antes darme un empujón que hace que me dé con una mesa en todo el codo.
Maldigo entre dientes.
Si de alguna manera podría haber evitado esto, lo habría hecho. Ya empezamos mal, no hay nada mejor que caerle mal a un chico como él. Me supera en altura, en fuerza y en todo, como tenga ganas de pelear no sé qué voy a hacer.
Me levanto como puedo, no me duele demasiado, seguramente saldrá un moratón.
Salgo de la cafetería y voy andando hasta alejarme lo suficiente del establecimiento y me voy al parque que se encuentra más cerca de las habitaciones de los chicos.
Me encanta la sensación del roce de la hierba en mis tobillos, voy a un árbol y me tumbo de modo que la sombra me da en la cara. Cierro los ojos y pienso en mis metas en este campus, en las ideas que tengo. Intento pensar en todo lo que no pueda recordarme a casa.
Entonces en todos los altavoces se escucha la voz de una mujer, después de darnos la bienvenida al campus nos anuncia que vayamos al pabellón, el mensaje resuena por todos lados, los de cursos superiores se levantan y van todos hacia un mismo sitio mientras que todos nosotros, los nuevos, necesitamos unos segundos para analizarlo.
Los más rápidos se levantan y van justo detrás de los de cursos superiores, yo sin embargo me quedo mirando hacia arriba, lo que menos me apetece ahora es levantarme. Tras unos segundos atrasándolo apoyo una mano y me levanto, cuanto más despacio vaya más tarde llegaré. Llego de los últimos, las gradas están llenas de gente.
Voy a las gradas más altas y busco a Trevor, lo encuentro en la esquina de las gradas de arriba, voy abriéndome paso entre la gente, disculpándome cada vez que le doy un codazo o empujó a alguien. Llego donde se encuentra, está apoyado en la pared mirando el móvil.
— Buenas — Le digo mirando como quita la cabeza de la fría pared y se guarda el móvil en la mochila.
— Hola ¿Dónde has estado? Te he llamado — Dice colocando la mochila a su lado.
— Lo siento, lo tenía apagado — Digo tocándome el bolsillo — He estado tumbado en un árbol — Le específico.
— Se ve que te gusta el trabajo duro — Me alivia verlo de buen humor después de lo de la cafetería.
Me siento a su lado y echo la espalda contra la pared.
— ¿Qué se supone que hacemos aquí? — La curiosidad me puede, siempre me ha podido.
— La verdad, no lo sé pero han colocado un escenario y un micrófono — Dice señalando debajo de las gradas.
— No me jodas, nos van a dar una charla — Digo poniendo los ojos en blanco.
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Lo Invisible LI#1
FantasíaPRIMER LIBRO DE LA SAGA LO INVISIBLE Peter Mitrholl, un chico de 18 años, creía llevar una vida normal, no buena pero si normal. ¿Qué pasará en el Campus Masistor para que su vida de un giro radical? ¿Crees en los espíritus? ¿Y en los espectros? Él...