Voy corriendo hacia el lobo, está gritando cada vez más alto de modo que me tapo los oídos para que no se me meta en la cabeza.
Observo cómo se tumba en el suelo abatido y sin fuerzas. De pronto veo algo que brilla, al principio no lo reconozco pero poco a poco se va formando una llama y va calcinando al animal desde la cola hasta la punta del hocico.
Me acerco al sitio donde se ha quemado y nada, no hay nada. Parpadeo para poder espantar las lágrimas que ahora bajan por toda mi cara hasta la barbilla cayendo posteriormente en el suelo de tierra.
Me levanto y me seco los ojos.
— Esto no es real, Sabrina está muerta — Digo en voz alta cogiendo un puñado de tierra y dejándolo escurrir entre mis dedos.
Me incorporo y me apoyo en un árbol para no caerme a causa del mareo producido por el alto nivel de alcohol en mi sangre.
Veo una superficie de piedra erguida verticalmente en el suelo <<— Esto es artificial, la naturaleza no puede crear piedras tan perfectas — Pienso>>.
Me acerco y cuánto más cerca estoy, me voy dando cuenta de unas inscripciones que están talladas en la lámina de piedra pulida.
Caigo en la cuenta que se trata de una lápida, es una lápida funeraria creo. Me acerco y en el suelo hay tirados ramos tristes de flores marchitas.
— Joder... — Exhalo intentando mantenerme en pie.
Paso mis dedos por la inscripción y observo que no está desgastada, sé que la piedra no se desgasta así porque sí, me refiero a que tiene que pasar cientos de años y al parecer esta es reciente, es legible.
<<Aquí fallece la estudiante de quinto grado Jeane Mathius, siempre te recordaremos por lo que fuiste y por los irrepetibles momentos juntos>>
Ahora mismo estoy flipando y no es por el alcohol, esta chica era de aquí. Empiezo a encontrar una parte siniestra en este campus de la que nadie parece hablar, vuelvo a mirar la lápida y observo la fecha, 2001, es relativamente reciente, aún no me lo creo. Toco la lápida y pasa un segundo, pero este segundo se alarga, ¿¡Señor Robinson!?
— Eres especial — Su voz es casi inaudible, dejo de tener conexión con la fría piedra y el señor Robinson desaparece, no me atrevo a volver a tocarla.
No sé si esto es real o es solo fruto del alcohol. Se me escapa un grito, me empieza a doler el estómago, intento vomitar pero no puedo, en cambio me quema la garganta, noto el sabor de la bilis en mi boca y me entra otra arcada, esta vez me pongo de rodillas y dejo salir todo lo que llevaba en el estómago.
Me levanto como puedo, me quema la garganta; me limpio la boca con la manga de la camisa y sigo andando.
Vuelvo sobre mis huellas y consigo llegar al edificio donde la fiesta sigue.Entro y busco a Sandy, está en medio del edificio, está bailando con un chico mayor, está muy borracha. Se balancea de un lado a otro y se sale del corro mientras un chico la agarra del brazo, se quita el brazo de encima y se va junto a Debie que está al lado de la mesa de bebidas con Dave y una chica de pelo rosa.
Voy a la salida cuando alguien me agarra del brazo, es Trevor.
— ¿Ya te vas? Si solo acaba de empezar — Apenas se mantiene en pie y arrastra las palabras.
— Si, me voy, y te aconsejo hacer lo mismo — Digo reuniendo la poca cordura que me queda.
— Luego voy, tengo que hacer una cosa más.
— Bueno vale, mañana ya nos vemos — Estoy algo cabreado y no sé ni si quiera a qué se debe.
Salgo del edificio y voy por el camino de asfalto, mil preguntas resuenan en mi cabeza, miro hacia el frente y veo algo, no es nada material y nunca antes lo he visto. Va levitando por el aire y se va acercando silenciosamente, intento huir y salir corriendo pero no puedo, no hay salida.

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Lo Invisible LI#1
FantasíaPRIMER LIBRO DE LA SAGA LO INVISIBLE Peter Mitrholl, un chico de 18 años, creía llevar una vida normal, no buena pero si normal. ¿Qué pasará en el Campus Masistor para que su vida de un giro radical? ¿Crees en los espíritus? ¿Y en los espectros? Él...