CAPÍTULO 20-.

75 16 36
                                    

Cojo mi teléfono móvil de una mesilla que hay al lado de la camilla, la luz de las notificaciones está parpadeando.

<<1 MENSAJE DE CATHERINE>>

<<Hermano, tengo buenas noticias, nos hemos mudado a un pueblo de las afueras a una casa en medio del campo muy guay, mis padres dicen que así hay más espacio en el que hacer cosas (Además es más barato) y nuestro perro tiene mucho más espacio, te escribo porque es muy posible que no pueda hablar tan a menudo como antes porque aquí no hay cobertura, espero que al menos recibas el mensaje. Te quiere siempre, tu hermana.>>

He pensado en contestarle pero no tiene sentido si no lo va a recibir, me alegra que esté llevando una vida tan buena, me obligo a pensar que me debo separar todo lo que pueda de ella para que nada de esto le salpique.

Me meto en el buscador del teléfono y pruebo a poner espectros una vez más. A ver si hay suerte.

<<No se han encontrado resultados>>

Mierda. Busco en el historial y nada, al parecer la página en la que me metí antes no está, pruebo con <<Suceso paranormal en Chicago>> nada, no sale nada, ¿Cómo va a ser si la he visto antes?

Quizás la hayan cerrado.

Noto que alguien me observa y vuelvo a mirar a la esquina, una vez más no hay nada.

Un ruido llama mi atención, miro otra vez y me quedo paralizado, hay una persona.

No es una persona real, es más bien transparente, y me está mirando. ¡¿Por qué una persona transparente me está mirando?! ¡No estoy tan loco!

— ¿Hola? — Le pregunto, pero cuando vuelvo a mirar ya no está, me pellizco en el brazo pero mis sospechas no se confirman. Esto no es un sueño.

— Genial Peter ya empiezas a alucinar — Me digo a mi mismo.

¿Por qué tengo que ser el raro? Miro otra vez a la esquina y nada no hay nadie son solo imaginaciones mías.

Ya es tarde y al parecer la mayoría de la gente se ha ido de la enfermería, solo oigo a un chico que se ha desmayado y que lo están atendiendo, al parecer se ha dado un buen golpe porque lo oigo gritar de vez en cuando.

Me quiero levantar, apoyo las manos en la camilla e intento hacer impulso pero me es imposible, me duele mucho el torso así que me quedo tumbado mirando al techo.

Oigo algo, es prácticamente imperceptible. Algo me dice que mire otra vez a la esquina y allí está, es una chica rubia de pelo corto, lleva una túnica blanca pero no es como la de los espectros, esta está bien cuidada, la chica parece feliz, lleva una pulsera en la mano derecha.

— ¿Puedes oírme? — Lo dice con cara de asombro.

— Creo...Creo que sí — ¡Pero qué coño!.

— Qué raro, ¿Puedes verme? — Sus preguntas me parecen de lo más extrañas.

— Sí... — No lo digo muy seguro de mi mismo.

— Mmmm... Interesante – Lo dice despacio y meditando bien las palabras que digo a cada momento.

— ¿Qué pasa? ¿No te puedo ver o algo así? — Venga Peter, al manicomio de cabeza chavalote.

— No es eso, es que no mucha gente puede verme — Me asombra ver la paz que transmite — Por cierto soy Jeane Mathius.

— Ah perfecto yo soy Peter Mitrholl — Quizás solo sea una tipa loca, ¡Ah no! Que el loco aquí soy yo — A ver, que me quede claro ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Estás ya sabes...loca? ¿O soy yo el loco? — Intento que no suene muy ofensivo.

Lo Invisible LI#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora